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A Damo Suzuki le interesó más dar un concierto poderoso que estar en la historia de la música

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A Damo Suzuki le interesó más dar un concierto poderoso que estar en la historia de la música

▲ Sólo soy una persona singular viviendo en un universo paralelo, dijo una vez el músico japonés.Foto tomadas de @dark_shark y @elijahwood

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▲ Sólo soy una persona singular viviendo en un universo paralelo, dijo una vez el músico japonés.Foto tomadas de @dark_shark y @elijahwood

Hernán Muleiro

Especial para La Jornada

Periódico La Jornada
Martes 13 de febrero de 2024, p. 7

Damo Suzuki, nacido en Kobe, Japón, murió el 9 de febrero. Es reconocido como el segundo cantante del fundacional grupo Can y por su trabajo de décadas al frente de Damo Suzuki’s Network, con el que improvisó en todo el mundo con diferentes músicos.

El krautrock fue un movimiento musical que incluyó a grupos muy diferentes: Neu!, Cluster, Can, Popol Vuh, Guru Guru, Faust y Kraftwerk, entre otros. El término tiene su origen en el apodo despectivo de los soldados yanquis hacia los alemanes en la segunda guerra mundial. Kraut significa repollo. Otra palabra para ese periodo del rock en Alemania es kosmische, cósmico, una forma de decir que estas agrupaciones son parte de una reinterpretación peculiar de la sicodelia proveniente de Inglaterra y Estados Unidos, o más bien que tomaron este movimiento como punto de partida con el fin de desarrollarlo a su manera.

Cultura beatnik

Para Suzuki, Can no entra en ninguna categoría. Se conocieron cuando el resto del grupo lo observó tocando en las calles de Munich. Por esos días llevaba un estilo de vida nómada, influenciado por la cultura beatnik.

Damo fue el segundo cantante de Can, remplazando a Malcom Mooney, quien dejó el grupo en parte por prescripción sicológica. El cambio quedó registrado en Soundtracks (1970), disco que incluye, además de las dos canciones de Mooney con ese grupo, la configuración de la formación más conocida de éste: Damo Suzuki, en la voz; Holger Czukay, en el bajo; Michael Karol, en la guitarra; Irwin Schmidt, en los teclados, y Jaki Liebezeit, en la batería. En la canción Mother Sky están presentes muchos de los elementos destacables de la agrupación. Por un lado, lo que el cantante de The Fall, Mark E Smith, llamó las tres erres: repetición/ repetición/ repetición, enfatizadas por la base baje/ batería, que dan paso a formas antes desconocidas y sorprendentes, porque cuando parecen establecerse en una hipnosis rítmica pasan a crear un lugar nuevo. Fue un grupo que buscó más habitar un espacio propio que pertenecer a su época. Sobre todos los sonidos ensamblados Damo cantó: la locura es demasiado pura, como el cielo madre.

No muchos grupos tienen seguidillas de discos como Soundtracks (1970), Tago Mago (1971), Ege Bamyasi (1972) y Future Days (1973). En estas grabaciones hay una disciplina de la ampliación musical constante, los integrantes de Can no sólo fueron influenciados por el compositor Karlheinz Stockhausen, también por James Brown y su baterista, Clyde Stubblefield, y por mucha música de diferentes partes de mundo, que incorporaron a su estilo con una naturalidad casi inexplicable. No creo que haya un disco mejor que el otro dentro de este cuarteto, el preferido de Suzuki era Future Days, un elepé de cuatro canciones, en el que también desplegaron su propia visión de la música etnográfica. En una entrevista con el sitio web británico Terrascope señaló: Es el mejor que hice con Can, porque fue muy fácil renunciar al grupo después de ese disco; estaba musicalmente satisfecho y no quería nada más de él. Nadie más llegó a ese espacio; es una nueva dimensión, no necesité hacer música después de eso. En ese álbum no estuve al frente, sino dentro del paisaje sonoro. Fue magia pura.

Declaró nula su notoriedad

Exceptuando algunas colaboraciones, luego de este disco Damo dejó la música de mediados de los años 80 a mediados de los 90. La enorme cantidad de integrantes que conformaron los grupos de Damo a través de los años podían ser consagrados o bien completamente ignotos; para él, era lo mismo.

Suzuki estaba muchísimo más interesado en dar una actuación poderosa en vivo que en ocupar el lugar en la historia de la música que le fue otorgado en vida. Resolvió su notoriedad de forma ejemplar declarándola de nula importancia y se dedicó a hacer giras por el mundo incansablemente en lo que llamó Damo Suzuki’s Network, tocando con grupos diferentes cada noche, ejecutando improvisaciones en vivo, un método de composición instantánea cuya energía prefería por sobre la de tocar la misma serie de canciones.

Superar el trauma del nazismo

Aunque Damo no incluyera a Can en las filas del krautrock, todos los grupos de esa escena musical tenían en común la intención de superar el trauma histórico del nazismo a través del arte, habían sufrido tener parientes relacionados con el fascismo y también profesores. El tecladista de Can Irwin Schmidt fue expulsado de su colegio por exponer el vínculo entre sus docentes y el nazismo.

En 2017 tuve el privilegio de compartir escenario con Damo en Córdoba, Argentina. La misma gira lo llevó a México para su última presentación en el país, en el festival Marvin. La sala de conciertos estaba vacía mientras Damo Suzuki hacía una breve prueba de sonido, hasta ese momento de la tarde parecía retraído y cansado de viajar, hasta que subió a las tablas, tomó el micrófono y empezó a lanzar un monólogo en alemán, que sonaba como la imitación de un militar, cómica, pero más seria que la de Charles Chaplin en El gran dictador. Tal vez fue gracias al eco del foro vacío ampliando el sonido, pero la transformación de un Damo a otro fue notable.

En junio de 2009, se presentó por primera vez en Buenos Aires, junto a integrantes del grupo experimental Reynols, antes de ese concierto entrevisté al cantante y la conversación arrojó lo siguiente:

–¿Le gusta el tema que le hizo el grupo de post punk británico The Fall (I Am Damo Suzuki)?

–Sí, Mark E Smith, el cantante de la banda y yo somos amigos. Creo que él es verdaderamente Damo Suzuki.

–Y ¿usted es Mark E Smith?

–No, sólo soy una persona singular viviendo en un universo paralelo.

–¿Habla con alguno de los integrantes de Can?

–No, para nada (risas). Todos los días hablo con dos o tres personas me preguntan si tengo algún contacto con los miembros de la banda y si planeamos tocar juntos de nuevo algún día.

–¿Qué se imagina haciendo cuando deje de ir de gira?

–Es una pregunta difícil, porque no pienso dejar de tocar nunca. Voy a hacer música hasta el final. No me considero tan importante para ser recordado, así que eso es lo que voy a hacer.

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