Un enorme cuenco transitable. Esa fue la ilustradora idea que debía dar origen al Monumento a la Unidad en Berlín. Cuando la gente lo pisara, se balancearía en una dirección: en la dirección hacia donde fuese la mayoría. El Bundestag alemán decidió construirlo hace 17 años, para conmemorar la protesta pacífica de los ciudadanos de la RDA, que condujo a la caída del Muro de Berlín y más tarde a la unidad alemana. Pero, 35 años después de la reunificación, el monumento sigue sin terminarse. Tras bastidores, una disputa lo pone en peligro.
Los implicados son dos ministerios, una agencia de Stuttgart y una empresa de construcción con acero de Westfalia. Se trata de dinero, sensibilidades personales y un tira y afloja legal. “La ministra de Cultura, Claudia Roth, y su cartera están trabajando (…) con gran esfuerzo para implementar las resoluciones del Bundestag sobre la construcción del Monumento a la Libertad y la Unidad y para encontrar soluciones viables”, respondió a DW una portavoz de la política verde. Su comunicado da una idea de lo complicada que es la situación.
Muchos retrasos
En realidad, el Monumento a la Unidad debió inaugurarse en 2019, en el 30º aniversario de la caída del Muro. Pero no pudo ser: debates políticos, obstáculos burocráticos, problemas de seguridad y falta de dinero retrasaron primero el inicio de la construcción y luego también su finalización. Los cimientos, la base y la rampa necesaria ya se han completado junto al Museo Universal Foro Humboldt, en el corazón de Berlín. Ya se podría montar la carcasa de acero. Pero no está. En ella, justamente, reside la disputa.
La empresa de construcción metálica Rohlfing, en Stemwede, Westfalia, comenzó a construir la estructura en 2020. Pero, tres años más tarde, se produjo una ruptura entre Rohlfing y la agencia de Stuttgart Milla & Partner, responsable del proyecto de 18 millones de euros. En diciembre de 2023, Rohlfing GmbH fue despedida. En ese momento, se había completado un 85 por ciento del monumento. Desde entonces, los 32 componentes se encuentran almacenados en la nave de producción de Stemwede.
La pieza como “rehén”
La agencia Milla & Partner quiere que el metalúrgico Rohlfing entregue la carcasa para que otra empresa pueda terminar la construcción del monumento. Irá a la corte con ese objetivo. “No quiere liberarla, la mantiene como rehén”, dijo a DW el jefe de la agencia, Milla. “Ahora, el Tribunal Regional Superior de Hamm nos ha dado la razón. Sí, hay que entregar la estructura”.
El problema es que el tribunal impone una condición a su orden provisional: se deben depositar 100.000 euros como garantía. Milla no aclara si se ha proporcionado esa garantía hasta la fecha. “El caparazón pertenece desde hace mucho tiempo al Gobierno, porque hemos demandado en nombre del Gobierno”, sostiene, “pero la BBR [Oficina Federal de Construcción y Planificación] se ha negado a pagar este depósito y dice además: ‘El problema es de ustedes'”.
Evidentemente, existe una enorme tensión entre la agencia de Stuttgart y su socio contractual berlinés (la BBR), así como con la Comisaria de Cultura y Medios del Gobierno Federal (BKM), políticamente responsable. “Debido a los retrasos, el aumento de los costos de construcción y nuestros costos fijos, el monumento es cada vez más caro”, afirma el empresario Milla.
“No tenemos dinero. Por eso le dijimos a la BBR que necesitamos entre tres y cuatro millones de euros más para continuar con el proyecto”, asegura Milla. Las negociaciones con la BBR y la BKM duraron seis meses. “La BKM y la BBR se pasan el problema como una papa caliente”, se queja.
Metalúrgico en quiebra
Pese a los nuevos pagos de la BBR, Milla & Partner no ha podido resolver su conflicto con el fabricante de acero al que contrató. Eso es lo que lleva a la situación actual, aclaró a DW la portavoz de la ministra alemana de Cultura. Además, las cifras y conceptos presentados por Milla & Partner no aportaron “información suficiente sobre las causas del aumento de los costos de construcción y los retrasos”. Para aclarar el uso de los fondos hasta el momento y los costos previstos para la construcción del monumento, el Gobierno alemán encargó una auditoría externa.
Entretanto, la empresa de construcción metálica Rohlfing se declaró insolvente. Frank Schorisch, administrador de la quiebra, debate “si la empresa debería terminar el monumento y en qué condiciones”, dijo a DW un portavoz. “Aún no se ha tomado una decisión y, por lo tanto, la liberación de las piezas fabricadas no es tema en este momento”.
La agencia Milla & Partner también se declaró en quiebra. El trabajo continúa con normalidad y, según Milla, los inversores están haciendo cola para hacerse cargo de la agencia. “Queremos continuar con el monumento”, asegura, “la pelota está ahora en el tejado de Claudia Roth”, la ministra de Cultura. Desde Berlín, se informa que el Gobierno busca una solución y habría solicitado fondos adicionales al Bundestag.
Según Milla, sería concebible que finalmente hubiera que desechar la estructura casi terminada y derribar los cimientos nuevamente. “Esas imágenes de televisión darían la vuelta al mundo”, advierte: “Mostrarían cómo Alemania derriba el Monumento a la Libertad y a la Unidad 35 años después de la reunificación”.
(rml/ers)
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