Cuba prevé un déficit fiscal del 18,5% para 2024, el más alto desde el que tuvo en 1993

Sobre el duro panorama económico de Cuba para 2024 se cierne una amenaza más. Las medidas anunciadas este miércoles por el primer ministro, Manuel Marrero, y presentadas como un “programa de estabilización macroeconómica” no servirán para nada, como demuestra la previsión del déficit estimado en el Presupuesto del Estado que se hizo público ayer.

El economista Pedro Monreal, atento a las sesiones del Parlamento de estos dos días, tiene un diagnóstico contundente: “Con un déficit estimado en 18,5% del Producto Interno Bruto (PIB) no habría macroestabilización”, dijo en su cuenta de X, donde considera “papel mojado” todo lo anunciado horas atrás: un paquete de medidas de austeridad que incluye el alza de los precios de los combustibles, la energía y el subsidio universal de la libreta, entre otras cosas.

“Presentar ese déficit galáctico indica que reducir la inflación no es una prioridad ministerial. La aprobación en forma de ley por parte de los parlamentarios de ese despropósito burocrático coloca en el Parlamento 100% de la responsabilidad por el proceso inflacionista”, añade el experto. En mensajes precedentes, Monreal había explicado la manera en que, a su juicio, debía llevarse a cabo el proceso.

“Si el déficit quedase en el entorno del 10% del PIB no es creíble una macroestabilización”

“El supuesto ‘cambio esencial’ anunciado en la gestión macroeconómica necesitaría informar si esta se guiará por ‘meta de inflación’, por ‘meta de PIB nominal’, o por alguna otra meta. Si el déficit quedase en el entorno del 10% del PIB no es creíble una macroestabilización”, explicaba.

Las previsiones son aún peores, pues como advirtió el ministro de Finanzas y Precios, Vladimir Regueiro, en una reunión que pasó desapercibida y fue poco destacada por la prensa oficial, el déficit presupuestario del 18,5% del PIB es “el segundo porcentaje más alto desde la caída en 1993 a raíz del Período Especial”.

Regueiro, que comenzó la presentación del Presupuesto recordando que hubo que hacer una rectificación al de 2023 la pasada semana precisamente por el aumento del déficit fiscal en un 44%, presentó las cifras para el próximo año. “Este resultado y las proyecciones para el año 2024 confirman que la contención y reducción del déficit fiscal son los desafíos inmediatos del desempeño del presupuesto estatal”, advirtió.

El gasto previsto será un 37% mayor que el año actual y ascenderá a 480.707 millones de pesos, de los cuales un 63% irá destinado a Salud, Educación, Cultura, Deporte, y Asistencia y Seguridad Social, hecho muy valorado por el Gobierno aunque el porcentaje está en la línea de algunos países con esos mismos servicios públicos, como España.

La mayor cuantía se la lleva Sanidad, con un 26%, en buena parte destinado a la atención primaria, que en los últimos años ha sufrido una grave debacle por falta de medios y profesionales. Con el fin de intentar retenerlos, el Gobierno prevé pagos adicionales por guardias nocturnas, por exposición y complejidad, por años de servicio y por máximo esfuerzo.

También están programadas subidas extra por antigüedad, sobrecarga y otros beneficios para los docentes, un sector que se reserva el segundo porcentaje más amplio del Presupuesto, aunque no fue especificado

También están programadas subidas extra por antigüedad, sobrecarga y otros beneficios para los docentes, un sector que se reserva el segundo porcentaje más amplio del Presupuesto, aunque no fue especificado. Ese dinero respaldará la educación de 1.388.000 estudiantes y casi 400.000 alumnos de enseñanza superior. La prensa oficial incluye en ese apartado el transporte y la alimentación, así como libros o uniformes, aunque la práctica ha demostrado –ya en el año en curso y otros que lo precedieron estando algo mejor la situación económica– que las carencias son patentes en todos estos servicios complementarios.

Hay también un 15% destinado a la Seguridad Social, 3.000 millones de pesos más para más de 1,8 millones de jubilados y pensionados, y para la ampliación de la prestación por maternidad. En términos reales, el aumento se quedará probablemente muy corto para cubrir tres meses más por cada nacimiento y unas pensiones que, en medio de una inflación cercana al 30%, no dan de sí para los gastos más básicos.

Por último, habrá 6.000 millones de pesos para asistencia social y vulnerables. “Se protege a las madres de hijos con discapacidad severa y se aseguran los asistentes a domicilio, el pago de servicios de transportación para recibir atención médica especializada fuera del territorio de residencia, así como el pago del consumo eléctrico a pacientes con enfermedades crónicas, para mantener su vitalidad en el domicilio”, dijo Regueiro.

Tras repasar el dinero que irá a cultura y deporte, el ministro se centró en el sector agropecuario. Entre esas partidas destaca la de 80.000 millones de pesos que subsidian algunos suministros básicos, desde la electricidad y el agua a la leche y los medicamentos, brillando todos ellos, sin excepción alguna, por su ausencia. Regueiro, en todo caso, recordó que este modelo está en sus últimos estertores e insistió en una frase ya convertida en mantra: “Estos subsidios deben transformarse gradualmente en subsidios a personas, lo que trasciende el ejercicio fiscal proyectado”.

Es generosa la partida de 28.182 millones de pesos para las inversiones, mucho mayor, en línea con la política habitual, que el reservado al programa de vivienda, con apenas 5.196 millones de pesos

Es generosa la partida de 28.182 millones de pesos para las inversiones, mucho mayor, en línea con la política habitual, que el reservado al programa de vivienda, con apenas 5.196 millones de pesos.

También se mencionaron 21.812 millones de pesos para compensar precios de distintos tipos por importaciones, tanto de leche como pienso a los ganaderos y de productos para elaborar los que van en la canasta, entre otros.

Menor importancia tienen, pese a lo cacareado, las áreas de ciencia e innovación, que se quedan en apenas 2.184 millones de pesos. Además, hay 2.000 millones para la banca destinados al fondo de siembra de caña y el fomento agrícola, además de 1.267 millones a la recuperación de la actividad industrial del níquel.

Por último, 564 millones de pesos son para azúcar, 650 millones para la Unión Nacional Eléctrica, 110 millones para la agricultura y 99 millones de pesos para agua y saneamiento.

El ministro detalló a continuación los ingresos, concluyendo que hay una gran insuficiencia, por lo que habrá que “perfeccionar la captación para su redistribución a sectores sociales y económicos”. Entre las maneras de mejorar, destacó Regueiro el control a la evasión de impuestos, un logro difícil de cumplir en el contexto cubano.

La Habana es la única provincia con superávit, anunció el ministro, sin añadir ninguna explicación más a por qué le sobra dinero a la capital

También se habló largo y tendido de la autonomía provincial y municipal, que prevén cuentas negativas que rondan los 21.209 millones de pesos, mejor, pese a todo, que el año actual y otros ejercicios anteriores. La Habana es la única provincia con superávit, anunció el ministro, sin añadir ninguna explicación más a por qué le sobra dinero a la capital.

Finalmente, el ministro puso en pesos el déficit fiscal previsto: 147.391 millones, superior al estimado en 49.027 millones y resultado de recaudar ingresos netos por 333.316 millones y gastar un total de 480.707 millones.

Además, se prevé una deuda de 201.760 millones de pesos, con las amortizaciones de deudas del año y los “financiamientos aprobados a bancos y entidades por la devaluación del peso cubano”.

Las cifras consolidan unas perspectivas terribles que explican que, si hace dos años la agencia de calificación Moody’s colocaba el riesgo crediticio en un nivel Caa2 (muy alto y solo después de Belice, Ecuador y Surinam), hace apenas dos semanas optó por, directamente, retirar a la Isla de sus listas alegando “información insuficiente o inadecuada para respaldar el mantenimiento de las calificaciones”.

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