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Periódico La Jornada
Lunes 8 de julio de 2024, p. 6
Washington. Un astronauta de la NASA toca con fuerza tres veces una puerta y grita con entusiasmo: ¿Listos para salir?
La respuesta es inaudible, pero debajo de la máscara, el hombre parece sonreír mientras abre la puerta a cuatro científicos que han estado alejados de todo contacto humano durante un año, en medio una misión simulada a Marte, quienes son recibidos entre vítores y aplausos.
Anca Selariu, Ross Brockwell, Nathan Jones y la líder del equipo, Kelly Haston, han pasado los últimos 378 días confinados dentro de un hábitat marciano en Houston, Texas, parte de una investigación de la NASA sobre lo que se necesitará para llevar humanos al planeta rojo.
Han cultivado hortalizas, hecho caminatas marcianas y han operado bajo lo que la NASA denomina factores estresantes adicionales
, como retrasos en la comunicación con la Tierra
, incluidos sus familias, aislamiento y encierro.
Es el tipo de experiencia que haría poner los pelos de punta a cualquiera que haya vivido confinado en la pandemia de covid-19. Sin embargo, los cuatro resurgieron el sábado radiantes, emocionados y con el pelo sólo un poco desordenado.
Hola. En realmente maravilloso poder saludarlos
, dijo entre risas la bióloga Haston.
Contacto humano
De verdad, espero no llorar aquí frente a todos ustedes
, expresó Jones, médico de urgencias que estuvo a punto de quebrarse al ver a su esposa entre la multitud.
El hábitat, Mars Dune Alpha, es una instalación impresa en 3D de 160 metros cuadrados, con dormitorios, un gimnasio, áreas comunes y una granja vertical para cultivar alimentos.
Cuenta con un área separada por una esclusa llena de arena roja y donde el equipo se ponía trajes para hacer Marswalks (caminatas marcianas).
Steve Koerner, subdirector del Centro Espacial Johnson de la NASA, dijo a los asistentes que fue un año de ciencia determinante, la mayor parte basada en la nutrición y en cómo afecta su desempeño
.
Estoy muy agradecido
, agregó.
La misión es la primera de una serie de tres planificadas por la NASA agrupadas en el título Chapea (Misión análoga de exploración de rendimiento y salud de la tripulación, por sus siglas en inglés).
Entre 2015 y 2016 se llevó a cabo una misión de un año que simulaba vida en ese planeta en un hábitat en Hawái, y aunque la NASA participó en ella, no la dirigió.
En el programa Artemis, Estados Unidos planea enviar humanos a la Luna para aprender cómo vivir allí a largo plazo y ayudar a preparar un viaje a Marte, lo que se realizaría hacia finales de la década de 2030.
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