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La diyéi Ely Fania hizo de la Plaza de las Artes pista de baile para unas 4 mil personas

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La diyéi Ely Fania hizo de la Plaza de las Artes pista de baile para unas 4 mil personas

Israel Campos Mondragón

 

Periódico La Jornada
Viernes 29 de marzo de 2024, p. 7

El que la pide, la baila, gritaron unas 4 mil personas en el ciclo Con la música en las venas: sonideros en el Cenart, cuando una mujer en silla de ruedas pidió a la diyéi Ely Fania, La princesa de la salsa y el sabor, la canción Eres mi sueño.

Los asistentes, que llenaron la Plaza de las Artes del Centro Nacional de las Artes (Cenart), al escuhar ese tema, compuesto por el colombiano Juan Fernando Fonseca Carrera, lo cantaron a todo pulmón e hicieron una rueda para que la mujer bailara con su pareja, y ella en cada vuelta demostró que las limitaciones no existen si se hace lo que a uno le gusta.

El ciclo, organizado por el Cenart con motivo de su 30 aniversario, comenzó este miércoles. Además, tiene el propósito de reconocer y revalorar al movimiento sonidero, declarado patrimonio cultural inmaterial de la Ciudad de México.

Entre el público había jóvenes, familias y personas de la tercera edad que presumieron sus mejores pasos; unos cuantos llevaban pareja, pero hubo otros que no, y al calor del ambiente invitaron a bailar a algunas de las personas que estaban ahí, aunque no se conocieran.

Un niño se acercó a Ely Fania y le contó que le gusta la música que pone, pero que le da miedo bailar. Ella pidió un aplauso al respetable para animar al pequeño y que se aventara a la pista.

En la fiesta, que comenzó a las 18:30, no hubo bebidas alcohólicas ni cigarrillos, sólo se vieron botellas de agua y vasos con palomitas.

El Cenart fue pista de un bailazo sonidero, de los que se realizan en los barrios de la capital mexicana cuando los vecinos cierran las calles.

En un atardecer naranja, la música sonó a través dos pequeñas torres de bocinas que la diyéi hizo retumbar con sus controles de audio. El público invadió el escenario de la plaza, las parejas bailaron poco más de dos horas.

Sin faltar a la tradición

Ely Fania, desde el micrófono, mandó saludos sin parar: a Colombia, a distintas alcaldías de la ciudad… Cuando fue el turno de Iztapalapa, se hicieron presentes los gritos y aplausos.

Con 30 años en el medio tropical, Ely Fania considera que la música es cultura y el baile es un deporte; hay que practicarlo. Así que reprodujo en sus controles canciones de diferentes géneros, como el tema salsero Reyes del amor, que hizo famosa el Grupo Sabor, en 1989.

▲ Los asistentes disfrutaron de la primera sesión del programa, que se desarrollará el último miércoles de cada mes durante el año.Foto José Antonio López, Cenart e Israel Campos Mondragón

La sonidera también ofreció la guaracha Qué chévere, qué chévere y la Cumbia negra. Dedicó a los intelectuales y hípsters La cumbia del monte Fuji, interpretada en japonés por el grupo nipón Minyo Crusaders en colaboración con los colombianos del Frente Cumbiero.

El folclor que existe alrededor de la cultura sonidera se hizo presente con personajes que mostraron su peculiar forma de bailar, considerado estilo tibiri, así como los tradicionales pachucos, que lucieron sombreros con plumas y trajes color naranja.

Ely Fania pidió que no se bailara cerca de las conexiones, pero eso fue misión imposible debido a la cantidad de público que asistió, que no paraba de moverse al ritmo de la música, lo que sin querer interrumpió dos veces la presentación. Además de mover el cuerpo, los asistentes entonaron el tema Quién no dice una mentira, del Grupo Niche.

La princesa de la salsa y el sabor, conmovida, agradeció al público su asistencia. Expresó sentirse muy contenta de que el movimiento sonidero esté más vivo.

La historia de los sonideros en la Ciudad de México se remonta a 50 años. En ese entonces las fiestas se amenizaban con orquestas de música tropical en vivo, lo cual tenía altos costos, por lo que contratar a esas agrupaciones no estaba al alcance de toda la gente. Esta situación llevó a los barrios populares a buscar alternativas como la contratación de los llamados sonidos, que reproducían música grabada y con un par bocinitas y una tornamesa armaban el baile.

Así se llegó al movimiento sonidero, el cual promueve música de todos los géneros. Con el paso de los años, los dueños de los sonidos empezaron a apropiarse de los espacios públicos, a tener mayor aceptación y finalmente ser parte de las costumbres de la capital.

Los sonideros más representativos del país se presentarán el último miércoles de cada mes de 2024 en el Centro Nacional de las Artes. El programa completo del ciclo y de las demás celebraciones de aniversario se puede consultar en la página www.cenart.gob.mx.

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