El cubano Lorenzo Pérez, de 27 años, denunció que los agentes de Migración de México cobran entre 300 y 500 pesos mexicanos (17 a 28 dólares) a cada migrante procedente de Cuba y Venezuela que pasa por cada uno de los 15 retenes que hay entre Tapachula (Chiapas) y Oaxaca. “Es una estafa. En México no hay ley para los migrantes. ¿Cómo va uno a pagar más de 400 dólares para llegar a otro estado”, lamenta.
Pérez, que formaba parte de la caravana “Éxodo de la Pobreza”, que se integró en diciembre del año pasado ante la negativa a otorgar permisos de tránsito, cuenta a 14ymedio que decidió abandonar el grupo junto con otros cuatro cubanos al enterarse que este martes les iban a enviar a Juchitán un ómnibus para llevarlos a Oaxaca. “Eso es una mentira, te suben a la guagua y lo que hacen es que te retornan a Tapachula (el punto de partida de la ruta a EE UU desde México, en la frontera sur). La vez pasada los llevaron con la promesa de trabajo y una visa humanitaria, pero al final les dieron un papel para estar 30 días en México y al final debías abandonar el país”.
El abogado defensor de migrantes José Luis Pérez Jiménez confirmó a este diario la versión del cubano. En el municipio de Juchitán (Oaxaca), recuerda, se dio el caso de un grupo de africanos a quienes los agentes intimidaron y mantuvieron más de 17 días detenidos. “A estas personas les exigieron 5.000 pesos (más de 280 dólares) por dejarlos en libertad. Al final lograron tramitar un amparo y ya no pagaron la extorsión”, relata.
Para evadir los retenes de los agentes de Migración y los militares de la Guardia Nacional, muchos de los migrantes recurren a coyotes que usan motos para llevarlos desde Tapachula a Oaxaca. “Las motos están al lado de los retenes. Ellos les pagan a las autoridades una parte de los 400 pesos que cobran a cada migrante”, asegura Lorenzo Pérez, natural de Pinar del Río.
El abogado, por su parte, coincide: existe una complicidad entre las autoridades y estos “traficantes motorizados para seguir explotando a los extranjeros irregulares”, como los describe.
La migración es un negocio redondo en Tapachula, asegura el abogado. “Un cuarto con dos camas es rentado a grupos de hasta 25 o 30 personas. A cada uno les cobran 200 pesos diarios (11 dólares). El baño es compartido y algunos no cuentan con sanitarios (inodoros), son letrinas”.
Pérez lamentó que hasta los lavaderos se les renten a estas personas. “Les cobran 5 pesos mexicanos por que laven y les advierten que si gastan demasiada agua deben pagar el doble”.
Ante éxodo de extranjeros irregulares en el estado de Chiapas y el desinterés de las autoridades mexicanas, Pérez denunció la falta de compromiso del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que en enero del año pasado pregonó la construcción de un centro para atención a migrantes con una inversión de 16.000.000 de pesos (924.199 dólares), con la participación de EE UU y Canadá. “En tres meses dijo que estaría, ya es un año y no hay avances del proyecto. En concreto no existe nada”, lamenta el letrado.
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