Generalmente, entre los 40 y 48 años de edad, las mujeres experimentan cambios en el metabolismo, en el ciclo menstrual, alteraciones digestivas, variaciones en el estado de ánimo y en el peso corporal; que son propios de la transición hacia la menopausia.
Esta etapa previa se denomina perimenopausia y puede variar de persona a persona, pero suele ocurrir durante los cinco años anteriores a la ausencia de sangrado. En esta fase es importante brindarle al cuerpo el soporte necesario y balancearlo por medio de nutrientes y suplementos específicos.
La doctora Karen Wedel, médica integrativa y máster en Salud Intestinal y Hormonal, recalca la importancia de recurrir a un plan de alimentación antiinflamatorio que incluya antioxidantes, por ejemplo: frutas y vegetales de agua y hoja verde; además, grasas saludables o fuentes de Omega 3, como el pescado, semillas, aceite de oliva, aguacate, aceitunas y cacao; otro básico es la fibra, que puede encontrarse en cereales integrales y leguminosas; también consumir probióticos, presentes en el yogur y los alimentos fermentados, y prebióticos, que se obtienen principalmente de vegetales de raíz.
Wedel recomienda suplementar la vitamina D3, vitaminas del complejo B y C, minerales como el magnesio, selenio y zinc, probióticos y adaptógenos hormonales como el ashwagandha, cúrcuma y jengibre.
La especialista enfatiza que la suplementación debe adaptarse a las necesidades específicas de cada persona y siempre bajo la guía de un profesional.
Para ponerse en contacto con la doctora, puede seguirla en Instagram a través de @dra.karen_wedel o visitar su sitio web en www.drakarenwedel.com.
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