Bailarinas de Pamela Franco confiesan cómo es trabajar con ella: Los viajes en bus, el pago y por qué no se bañan

Pamela Franco ha visto un notable incremento tanto en su tarifa como en su popularidad después de los recientes escándalos amorosos que han marcado su vida personal. Tras su separación de Christian Domínguez, padre de su hija, y su pasado amoroso con el futbolista Christian Cueva, su cotización por presentación ha experimentado un sorprendente salto, pasando de facturar entre 1 500 a 2 000 soles a cobrar ahora 30 000 soles por evento. Esta información fue revelada por la periodista Magaly Medina, quien destacó cómo Franco ha sabido facturar en su carrera profesional.

El auge en la demanda de los espectáculos de Franco no sólo ha traído consigo un incremento en sus ingresos, sino también un mayor reconocimiento para aquellos que trabajan con ella. Sus bailarinas, por ejemplo, han ganado fama en redes sociales compartiendo detalles sobre lo que implica colaborar con la cantante. 

Lucero Vílchez y Sofía Ñauri, dos de las jóvenes que acompañan a Franco en sus shows, revelaron en TikTok lo que significa ser parte del equipo de la cumbiambera y cómo es trabajar con ella. Entre los aspectos compartidos, resaltan las largas jornadas de viaje, el proceso de preparación antes de cada show y las peculiares condiciones en las que a veces se encuentran entre presentaciones.

En un vlog publicado por Vílchez, se desglosa una típica jornada laboral que comienza con el viaje hacia el lugar del evento. “Este capítulo se llama todo lo que sufrimos los artistas en los viajes”, mencionó al inicio de su relato, evidenciando los desafíos del itinerario. Las paradas para estirarse y almorzar son parte del día a día, así como la adaptación a las limitadas condiciones de higiene, utilizando pañitos húmedos para refrescarse en el bus cuando no es posible ducharse.

A pesar de las complicaciones, el equipo suele encontrar momentos para celebrar y disfrutar el paisaje en ruta a su próximo destino. La alimentación es otra faceta curiosa de su rutina, siendo el pollo a la brasa el plato recurrente en sus viajes. “Siempre nos llevan a comer pollo”, comentó.

Sin embargo, lo que más ha llamado la atención es la logística de los desplazamientos, pues mientras las bailarinas se movilizan en autobús, Pamela Franco a menudo viaja por avión, dependiendo de su apretada agenda. Esta diferencia en el modo de viaje pone en relieve las jerarquías dentro de la agrupación y las distintas realidades que enfrentan sus miembros.

“¿Pamela no va con ustedes (en el bus)?”, le preguntaron. “A veces si, a veces no. En realidad, depende mucho de su agenda que es un poco más saturada que el de nosotros”, expresó, para luego dar una inesperada respuesta a la hora de ser consultada sobre el sueldo.

A pesar de las rigurosas condiciones, cuando se les pregunta a las bailarinas si el esfuerzo vale la pena, sugirieron que no siempre compensa las dificultades vividas. “¿El pago vale la pena con todo el sacrificio?”, le preguntaron, a lo que la joven dio la siguiente respuesta: “Honestamente…”