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Otro descarrilamiento en el Triángulo de las Bermudas del ferrocarril cubano

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La Habana/En menos de un mes, otro tren ha descarrilado este viernes en las inmediaciones del municipio matancero de Jovellanos. El tramo de la Línea Central que va de Jovellanos a Quintana se ha convertido en una suerte de Triángulo de las Bermudas para los pasajeros cubanos, aunque en esta ocasión –según el Ministerio de Transporte– no hubo lesionados y quienes iban en el tren 107, con locomotora 38209, fueron evacuados de inmediato. 

La locomotora arrastraba tres coches de pasajeros cuyo descarrilamiento en el kilómetro 149,2 interrumpió la circulación de la Línea Central, la columna vertebral de los ferrocarriles cubanos. Una nota de las autoridades subrayó que la evacuación fue posible por el “apoyo” del Partido y el gobierno provincial, pero no se explicó en qué medio de transporte fueron extraídos los pasajeros. También acudió al lugar la Policía. 

El siniestro ocurrió a las 5:15 pm de este viernes y ni el ministro de Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila, ni la Unión de Ferrocarriles, informaron en sus redes sociales cuál fue la causa específica del descarrilamiento. Es evidente, sin embargo, que el pésimo estado del tramo y los defectos de la vía tuvieron mucho que ver. 

Las autoridades informaron de la creación de una “comisión investigadora para esclarecer las causas y condiciones que dieron lugar a la ocurrencia del hecho”

No obstante, las autoridades informaron de la creación de una “comisión investigadora para esclarecer las causas y condiciones que dieron lugar a la ocurrencia del hecho”. Añadieron que “se trabaja” para restablecer el tráfico pero no le pusieron fecha a la solución. 

A muy poca distancia del lugar del siniestro, en el kilómetro 151, descarrilaron el pasado 11 de septiembre tres vagones de los 16 que llevaba una locomotora. El suceso fue casi en todo idéntico al de este viernes, y la solución –a juzgar por lo ocurrido– fue parcial. Tampoco entonces se reportaron heridos y la circulación quedó bloqueada. Las consecuencias son graves, dado que la Línea Central conecta La Habana con Santiago de Cuba, y una interrupción de ese calibre provoca la cancelación o el retraso de la mayoría de los trenes de la Isla.

El mal estado de los ferrocarriles, en los que se trasladan muchos cubanos debido a la escasez de transporte interprovincial, mantiene en vilo a muchos viajeros. El pasado abril una locomotora que trasladaba crudo hacia la pequeña refinería Sergio Soto, en Cabaiguán (Sancti Spíritus), descarriló y dificultó no solo el funcionamiento de la industria, sino el paso de trenes de pasajeros hacia Santiago de Cuba.

Las autoridades, por su parte, se cuidan de aclarar si estos descarrilamientos se deben al mal estado de las vías o de los trenes y las promesas de investigaciones nunca recaban respuestas. Tanto las máquinas como las líneas, no obstante, se encuentran en estado crítico, lo que ha llevado al Gobierno a aplaudir como un hito cada vez que una nueva ruta –o una en desuso– se inaugura.

El tren descarriló en las inmediaciones del municipio matancero de Jovellanos.
/ Eduardo Rodríguez Dávila/Facebook

Según expuso el pasado marzo en la Mesa Redonda Lisvany Fernández Rivero, director general en funciones de la Administración de Transporte Ferroviario, el 67% de las vías y el 40% de las infraestructuras necesitan mantenimiento.

A inicios de septiembre, la Unión de Ferrocarriles de Rusia aseguró que implementaría un proyecto ferroviario que tiene planeado hace más de siete años en los que no se ha hecho nada. Serguei Pavlov, subdirector de la entidad, contó recientemente en el Foro Económico Oriental de Vladivostok que prevé firmar este mismo año un contrato para la modernización de la infraestructura ferroviaria en Cuba. 

La vieja promesa de Rusia incluye la remodelación y la modernización de la Línea Central, que consta de 835 kilómetros; la línea sur 19 de Noviembre –estación Navajas, incluido el nodo de La Habana y el ramal Montalvo–, de 166 kilómetros; y la línea Cienfuegos –Santa Clara y ramal Refinería–, de 77,4 kilómetros. En total son poco más de mil kilómetros de renovación de infraestructuras, de los 12.000 que posee la Isla, que ya estaban en el plan original.

También Francia ha intervenido en los ferrocarriles cubanos, y con dinero del país europeo se intentó poner en funcionamiento la ruta ferroviaria entre Santiago de Cuba y Manzanillo. A diferencia del ruso, el proyecto francés funcionó. La ruta, parada desde 2023, volvió a activarse para recorrer los 192 kilómetros que separan ambas ciudades. El tramo, relativamente corto, demora siete horas en completarse. 

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