Menos Cuba, Latinoamérica recibirá una cifra récord de remesas en 2023 por el aumento de la migración

El envío de remesas a América Latina alcanzará este 2023 una cifra récord, con 155.000 millones de dólares, un 9,5% más que el año anterior, según las estimaciones realizadas por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en un informe publicado este miércoles. El documento no incluye los datos de Cuba, donde, a pesar del espectacular crecimiento de la emigración, la cantidad se contrae, según datos anteriores de Havana Consulting Group.

El informe del BID explica que el incremento más elevado se da en Centroamérica, con un 13,2% más que el año anterior, especialmente empujado por el envío de dinero a Nicaragua, que crece un impresionante 59% en comparación con el año anterior, la mayoría procedente de Estados Unidos. De este país llegó el pasado año el 73,5% de remesas al Caribe y Centroamérica, mientras que España aparece como segundo origen en importancia, aunque muy lejos, con un 11,4%.

“El crecimiento sostenido de las remesas refleja nuevos flujos migratorios intrarregionales y la contribución que los migrantes hacen a sus países de origen”, dice el informe. Sin embargo, los datos migratorios contrastan con los de envío de remesas. La emigración aumentó un 8,6% en el Caribe en el último año y apenas un 1,17% en Centroamérica. No obstante, en la primera el flujo de dinero solo creció un 2,6%, la región con menor aumento de las cuatro analizadas.

El Caribe habrá recibido al cierre del año –si se cumplen las previsiones– 18.200 millones de dólares en remesas. El mayor aumento procede de Haití –de manera coherente con el fuerte aumento de emigrantes–, con un 5,1%, seguido de República Dominicana (2,7%), que es la que más dinero recibe, superando los 10.125 millones de dólares. Por el contrario, Trinidad y Tobago, que en 2022 había aumentado significativamente, este 2023 se modera y aumenta apenas un 0,7%.

La segunda región –en este caso país– en crecimiento de remesas es México, donde se prevé una subida del 9,8%, aunque por volumen es la que más dinero recibe de manera significativa, con 62.247 millones de dólares, casi todos desde EE UU. La cantidad supone un máximo histórico para el país norteamericano.

El último bloque es Sudamérica, donde este año la cifra aumentará, aunque solo un 7,9%. Aquí, Argentina es la que mayor crecimiento experimenta (26,3%), según el análisis del BID por la “fuerte devaluación que enfrenta la moneda de ese país y que obliga a los migrantes a mandar más recursos para apoyar a sus familiares”. Pese a ello, no está entre las que más dinero recibe por cantidad, con apenas 1.500 millones de dólares, frente a los 10.200 que llegan a Colombia –primera por volumen–, donde subieron un 8,2% respecto a 2022.

Cabe destacar de esta área la falta de datos del país con más migración del continente, Venezuela, que tiene más de 7 millones de expatriados. Para estimar la recepción de dinero de este país se recurrió a los datos de la consultora Ecoanalítica, que calculan en 2.500 millones de dólares la cantidad.

Es la misma operación que hay que hacer con Cuba, que, siendo uno de los países donde más aumentó la migración en relación a su población en los últimos años –se registraron unas 323.000 salidas hacia EE UU en 2022 y la tendencia se mantiene en 2023–, las remesas han decrecido por un conjunto de factores. Entre ellos está un cambio en el modelo migratorio, que indica que las familias tienden cada vez más a salir de la Isla con todos sus miembros, mientras que antes solía marcharse solo uno que enviaba dinero a los que se quedaban.

Otra de las explicaciones posibles está en el pago de la deuda que los migrantes cubanos adquieren con su familia en el exterior, prestamista en muchas ocasiones del dinero para realizar el viaje, que se ha encarecido a un nivel jamás visto para el tramo aéreo entre la Isla y Nicaragua, donde la mayoría sigue por la “ruta de los volcanes” hacia EE UU. Muchos cubanos pasan los primeros meses de su exilio devolviendo esta cantidad a quienes la adelantaron por ellos.

Por último, el propio descenso de la población implica que baje el volumen de dinero. A medida que los cubanos abandonan su país, es menos necesario el envío de remesas.

Estas ideas explicarían que entre 2019 y 2023, las remesas cayeran un 45%, según un informe publicado en septiembre por la organización Cuba Siglo 21, firmado por el economista Emilio Morales. En ese mismo plazo, el envío de dinero de acuerdo con el informe del BID creció un 65% en el resto del continente.

A Cuba, de acuerdo con el documento de Morales, llegaron al país solo 9.180 millones de dólares en los cuatro años de 2019 a 2022, lo que el autor interpretó como un cambio de intención de la diáspora, según el cuál el objetivo es sacar a los familiares del país, no ayudarlos dentro.

En total, durante las últimas tres décadas, la Isla ha recibido un total de 52.251,99 millones de dólares en remesas y otros 50.000 millones en bienes de consumo, indicó el informe, que acusaba al monopolio estatal de los militares, Gaesa, de “socavar” la economía de la Isla y advertía del potencial de los cubanos que residen en el exterior a la hora de reconstruir el país en el futuro.

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