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Homenaje póstumo a la actriz Ana Ofelia Murguía en Bellas Artes

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▲ La ceremonia de emotivos recuerdos con tintes de tristeza, añoranza, risas y canto.Foto María Luisa Severiano

Ana Mónica Rodríguez

 

Periódico La Jornada
Domingo 28 de enero de 2024, p. 8

La noche dedicada a la artista mexicana Ana Ofelia Murguía en el Palacio de Bellas Artes tuvo diversos matices, así como fue la actriz con las múltiples mujeres que encarnó en más de 60 años de trayectoria.

Fue un homenaje póstumo, In Memoriam, de emotivos recuerdos, pero a la vez festivo; hubo tintes de tristeza, de añoranza, de un cúmulo de emociones contrastantes, pero también de risas, canto, música, intervenciones escénicas y un minuto de aplausos que los asistentes ofrecieron de pie frente al escenario.

La presencia inmortal de Murguía, gran artista de la escena, luchadora social, actriz generosa, quien falleció el pasado 31 de diciembre, inundó la sala principal del máximo recinto cultural del país. A un costado del escenario fue colocada la urna con sus cenizas, una fotografía y un arreglo con flores blancas, que fueron aumentando a lo largo del homenaje.

Estoy seguro de que entraste por la puerta de atrás para venir a este homenaje que tanto mereces, dónde estás; aquí mismo estudiaste, en las aulas de hasta arriba y en este escenario debutaste, recibiste el Ariel de Oro y ahora con todo el dolor que se desparrama de mi corazón me cuesta decir que te despedimos del mundo teatral, le escribió su nieto Gonzalo, en un texto leído por su hija Marina Fernández, quien junto con Marcela y Pablo, extrañarán –dijo– por siempre a su madre.

Fernández habló sobre los alegres y mágicos momentos vividos: los recuerdos vienen a veces a raudales y en otras tenues, casi imperceptibles; son una mezcla de aromas con su voz precisa, potente, dulce y resonante.

Destacó: se dejaba asombrar por la vida y también se dolía e indignaba de lo injusto; de la desigualdad y la inmunidad de los que mal gobiernan; su corazón fue gigante y solidario, nos enseñó el amor al trabajo y encarar la vida con sentido del humor, tuvo grandes amores y amistades entrañables.

La ceremonia que inició con una proyección de escenas de los ensayos donde participó Murguía con Ludwik Margules y la voz de la soprano Luz Valeria Viveros, también tuvo a lo largo del tributo diversos imágenes y fragmentos de la historia de la actriz en el cine y el teatro, además de fotografías y diversos documentos, ya históricos.

Además de la familia de Murguía, asistieron colegas, amigos y público, así como la actriz María Rojo, María Novaro y Alejandro Pelayo, titulares del Instituto Mexicano de Cinematografía y de la Cineteca Nacional; Lucina Jiménez, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) y Aurora Cano, quien encabeza la Compañía Nacional de Teatro (CNT).

Lucina Jiménez subrayó al abrir el homenaje: esta noche está dedicada a una gran artista mexicana. Aquí en su casa el Palacio de Bellas Artes, que celebra este año su 90 aniversario, venimos a reconocer y celebrar su camino, su entrega, memoria, ejemplo como artista de la escena y como mujer; estamos aquí para agradecer su compromiso con el rigor de una actriz que respetó profundamente su oficio y al mismo tiempo promovió el disfrute del arte escénico y cinematográfico como parte de la vida.

Conmovida, María Rojo habló sobre su amistad del alma con la homenajeada, de los momentos alegres y dolorosos vividos y de los aprendizajes que tuvo de Murguía, a quien definió como una mujer de múltiples cualidades y una sensibilidad única y especial. Cada una de las personas que la conocimos y tratamos tenemos una versión propia, cada quien su Ana Ofelia. En lo único en que coincidimos los que estamos adentro, los de afuera y quienes la vimos actuar es que ha sido la mejor actriz de este país.

Por su parte, María Novaro y Alejandro Pelayo recordaron a la actriz como una mujer disciplinada, de gran capacidad histriónica y detallaron lo que significa su legado en la cinematografía nacional, con emblemáticos personajes e inolvidables cintas donde participó.

Durante la celebración a la vida, trayectoria y legado de la actriz de las mil caras, de la reina de los matices también participaron alumnos y maestros del Centro Universitario de Teatro y del Colegio de Literatura Dramática de la Universidad Nacional Autónoma de México, así como de la Escuela Nacional de Arte Teatral y la Compañía Nacional de Teatro del INBAL.

Murguía quien falleció el pasado 31 de diciembre a los 90 años de edad y dejó una gran ausencia en los escenarios recibió infinidad de premios y reconocimientos como los cuatro premios Ariel y un Ariel de Oro, tres Diosas de Plata, una Luna del Auditorio y las Medallas de Oro Bellas Artes en 2005 y la de la Cátedra Ingmar Bergman de la UNAM, en 2023. Se recordó la pasión de Murguía por el teatro y su trabajo con Ludwik Margules, Seki Sano, Héctor Mendoza, Fernando Soler, Salvador Novo, Neri Ornelas y Manuel Montoro.

En el séptimo arte fue dirigida por Arturo Ripstein, Jaime Humberto Hermosillo, David Lynch, Luis Mandoki, Fernando Soler, Paul Leduc, Alfonso Arau, Juan Ibáñez, Gustavo Alatriste y María Novaro. Además, formó parte de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas y fue miembro honorario de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España.

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