la peor película de Netflix hasta la fecha

Que Netflix tiene algunas producciones de bajísima calidad nadie lo duda. Mucho más, cuando la mayoría de las veces la plataforma apuesta a la cantidad de contenido antes de la calidad. Pero Pared con pared, la nueva comedia romántica de la plataforma encabezada por la cantante Aitana y el actor Fernando Guallar (Luis Miguel, la serie), es algo más que una producción sin muchos alicientes. También es un experimento que directamente ha salido mal por varias razones. La principal, intentar una comedia romántica con una trama a la que le falta química, buen humor e ingenio.

La historia de una pianista (Aitana) y un inventor de juegos (Guallar), que deben aprender a convivir entre paredes muy delgadas, comienza con una premisa graciosa. Ella se prepara para la que podría ser la gran audición de su vida, por lo que deberá practicar día y noche para lograr el grado de excelencia que requiere sus aspiraciones. Por otro lado, él, lleva a cabo el proyecto de su vida, por lo que necesita silencio y tranquilidad. Algo que no tendrá mientras su vecina — y su talento musical — se convierte un problema que resolver. 

Por supuesto, esta es una comedia romántica con todos los ingredientes clásicos habituales, por lo que, pronto, todo lo anterior se convierte en terreno fértil para el romance. Pero a la cinta de Patricia Font, le falta todo lo que usualmente hace a una del género triunfar. Desde un guion aburrido y predecible hasta una pareja sin la menor química entre sí. Lo cierto es que Pared con pared, termina por ser una mezcla de clichés que no llevan a ninguna parte. Mucho más, una colección de giros muy cerca del ridículo cursi con un final en el mismo tono, que convierten a la producción en una decepción de principio a fin. 

Otro remake que no funciona para Netflix

Lo peor de todo es que el largometraje pudo dar para más. Remake de la francesa Un peu, beaucoup, aveuglément (2015) de Clovis Cornillac, la cinta de Font reinventa escenarios y personajes sin ninguna habilidad. Allí dónde la francesa mostró sentido del humor, un encanto juguetón y una curiosa versión del típico romance entre extremos, la película española falla. Y lo hace por su incapacidad de ser conmovedora, interesante o solo graciosa. Al final, Pared con pared, parece más inclinada en dejar claro que el amor resultará vencedor — aunque no esté claro a qué se refiere ese punto de vista — y que eso sucederá, incluso sin que la historia avance hasta ese punto de manera lógica. 

El problema radica en que el guion de Marta Sánchez, es plano y la mayoría de las veces ridículo. La escritora no sabe cómo utilizar los elementos del género con habilidad. La primera parte de la película dedica tiempo y esfuerzo a mostrar la antipatía entre los futuros enamorados. Sin embargo, no solo no profundiza en lo que les rodea, sino que muestra el venidero amor entre ambos como un paso que cumplir. Por lo que el habitual escenario de las comedias románticas — lleno de amigos, conocidos y un relato al trasfondo — desaparece. 

Poco a poco, el acercamiento entre ambos personajes se hacen mecánico y tedioso. El interés del argumento es dejar claro que a pesar de la música de una mujer decidida a mostrar su talento y el malhumor de su vecino, el romance florecerá. Algo que termina por suceder, pero tan artificialmente, que decepciona en medio de una colección de clichés que se suceden unos a otros sin la menor lógica o gracia. 

Al final, otra mala película para la lista de Netflix

Aunque Aitana y ernando Guallar hacen un buen esfuerzo por sacar adelante la película, lo cierto en que Pared con pared falla en demasiadas formas y tan a menudo, como para resultar un fracaso. Las buenas ideas no faltan y de vez en cuando logran cristalizar alguna, pero en conjunto, la cinta es un desastre mayúsculo que se lamenta. En específico, porque es evidente que tiene grandes ambiciones y pudo lograrlas.

 A no ser por el empeño de la directora de crear un romance forzado que no pasa de ser una sucesión de situaciones absurdas que terminan por aburrir antes que divertir. Pared con pared, se limita la mayoría del tiempo a dejar claro que el amor es la fuerza central que mueve todas las cosas. Pero jamás permite a su historia profundizar en semejante punto de vista. Su mayor problema.