Venezuela envió a Cuba en 2023 un 8% de sus exportaciones anuales de petróleo, lo cual representa un promedio de 56.000 barriles por día, según Reuters. Aprovechando la tregua de las sanciones impuestas por Washington desde 2019, el régimen de Nicolás Maduro vendió unos 700.000 bpd durante el año, la mayor tajada a China (que se llevó el 65%), a Estados Unidos (19%) y, en tercer lugar, a la Isla.
La agencia británica, que accedió a datos y documentos oficiales venezolanos, asegura que Caracas ha sacado el máximo provecho al alivio de las sanciones. El resultado: el aumento en un 12% de sus exportaciones con respecto a 2022, lo cual no quita que el país siga siendo uno de los más empobrecidos de la región, advierten.
El balance anual da la medida del imparable avance de China en la economía de América Latina: 695.192 bpd fueron a parar a los puertos del gigante asiático. Estados Unidos, cuyo Gobierno acordó con Maduro el pasado octubre una pausa de seis meses en las sanciones –”con la intención de facilitar unas elecciones presidenciales libres este año”, recuerda Reuters–, obtuvo de la estatal Pdvsa unos 135.000 bpd.
Otros destinatarios fueron varios países de la Unión Europea –que importó un 4%–, y en menor medida Brasil, Colombia, India y Panamá. En diciembre, Venezuela despachó 798.000 bpd de crudo y gasolina, y 376.000 toneladas métricas de derivados del petróleo. A su vez, importó en 2023 unos 59.595 bpd de condensado de gas natural y gasolina desde Irán y Estados Unidos.
Otros destinatarios fueron varios países de la Unión Europea –que importó un 4%–, y en menor medida Brasil, Colombia, India y Panamá
La meta de Caracas, advierte la agencia británica, es superar el millón de barriles por día en los próximos meses, un objetivo irreal si Washington no renueva los permisos para la exportación, que expiran en abril.
En cuanto a la Isla, 2023 –de sostenida crisis energética– ha sido el año en que los cubanos han visto aumentar el trasiego de tanqueros por los principales puertos del país. Para los investigadores y la prensa independiente, también fue un período que contribuyó identificar con mayor precisión la flota de petroleros que La Habana utiliza para sus negocios.
Los buques Vilma, Alicia, Gloria C, Sandino, Delsa, Petion y Pastorita –todos navegando con bandera cubana– han sido los protagonistas del transporte de combustible entre la Isla y las terminales de países aliados, como el puerto venezolano de José o el de Pajaritos, en México. Otros tanqueros, como el Caribbean Alliance, son habituales en los muelles cubanos aunque lleven pabellones de países como Panamá o Liberia, donde se ofrecen facilidades para el registro de los barcos.
Estos tanqueros, además, son muy difíciles de rastrear en las aplicaciones de observación marítima ya que suelen desconectarse del radar apenas se acercan a la costa cubana. Este jueves, al intentar localizar al Vilma –uno de los que más trasiega entre Cuba y Venezuela–, este diario constató que hace 37 días no revela su posición satelital y que su última coordenada disponible es la del puerto de José.
En situación similar está el Pastorita, “perdido” en el mapa desde hace 137 días y del cual se ha borrado el historial de navegación, lo mismo que el Sandino. El Delsa zarpó de Venezuela el 25 de diciembre, sin declarar su destino pero con la proa rumbo a la Isla, según se observa en los diagramas.
Por otra parte, la refinería de La Habana, según comprobó ’14ymedio’, permanecía apagada la mañana de este jueves
Del Alicia se sabe que el 24 de diciembre salió del puerto de La Habana, sin declarar su destino, aunque su historial muestra visitas regulares al puerto de Amuay, también en Venezuela. El Caribbean Alliance, por último, aparece anclado en Mariel, pero también se han borrado las terminales en las que ha recalado en los últimos meses.
Por otra parte, la refinería de La Habana, según comprobó 14ymedio, permanecía apagada la mañana de este jueves.
Mientras, el Gobierno de la Isla ha anunciado un plan de reajuste económico que apunta, entre otras medidas, a un aumento drástico del precio de la gasolina y el diésel. “¿Puede Cuba mantener los precios actuales del combustible, siendo quizá los más baratos del mundo en comparación con otros países, y también cuando se los compara con los precios de las divisas en el mercado informal cubano?”, argumentó en el programa Mesa Redonda el ministro cubano de Economía, Alejandro Gil Fernández.
Según el alto cargo, el régimen enfrenta dificultades para costear el combustible, y advirtió que el trasiego de buques hacia Cuba podría verse entorpecido por la falta de divisas. “Si usted compra combustible y lo vende más barato de lo que le costó, ¿cómo compra otro barco?”, zanjó.
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