¿Te has puesto como propósito de año nuevo comer menos sal? Es un buen propósito, sobre todo para personas con problemas de hipertensión. Aunque si no tienes esos problemas también es buena idea reducir la sal. Siempre será mejor prevenir que curar. El problema es que abandonar este delicioso aliño puede ser duro, pues la comida sin ella nos sabe bastante insulsa. Está la opción de mejorar el sabor a base de especias, pero no siempre obtenemos el resultado deseado. Por eso, un equipo de científicos chinos ha diseñado una cuchara eléctrica que da sabor salado a los alimentos sin añadirles sal.
La cuchara eléctrica salió a la venta el pasado mes de mayo, aunque se ha hecho más común ahora, después de que se alce ganadora del Premio a la Innovación del CES 2025.
La compañía que fabrica este innovador cubierto, Kirin Holdings, empezó a pensar en él en 2022. Aunque inicialmente no fabricaron una cuchara eléctrica, sino unos palillos que mejoraban el sabor de los alimentos. Si bien la noticia fue recibida con mucha curiosidad en el sector tecnológico, no quedó en más que un prototipo. Sin embargo, más tarde decidieron mejorar la técnica y probar suerte con un cubierto mucho más universal, como es la cuchara. Los resultados fueron tan prometedores que sí que la lanzaron a la venta con una pequeña tirada de 200 unidades. Tras el éxito conseguido con el premio, esperan lanzar una nueva tirada en febrero. ¿Te interesa? Veamos primero cómo funciona.
Una cuchara eléctrica para decir adiós al salero
Esta cuchara eléctrica funciona con dos electrodos, uno ubicado en el mango y otra en la pala que se introduce en la comida y la boca. Estos funcionan de un modo similar a como lo hacen el ánodo y el cátodo de una pila. Solo falta un puente por el que puedan circular los electrones. Es ahí donde entra en juego la saliva.
Cuando agarramos la cuchara y la introducimos en la boca, se forma una corriente eléctrica que atrae los iones de sodio de los alimentos. La sal de mesa es cloruro sódico, una molécula formada por cloro y sodio. Cuando se descompone, libera iones negativos de cloro y positivos de sodio, siendo estos últimos los responsables del sabor salado.
Muchos alimentos contienen sodio sin necesidad de añadirles sal. El problema es que si estos iones se encuentran en concentraciones bajas se diluyen con la saliva y no llegan a penetrar tan fácil en las papilas gustativas. Con la cuchara eléctrica, en cambio, se atraen hasta ellas, maximizando el sabor.

¿De verdad funciona?
Desde Kirin Holdings, aseguran que sus palillos eléctricos se probaron en un ensayo con 31 personas, con muy buenos resultados. Se mejoró el sabor salado en un factor de 1,5. No es una muestra de población muy grande, pero a ella se suman los compradores de la cuchara. Estos también parecen satisfechos, aunque de momento siguen sin ser muchas personas.
Con la segunda tirada veremos si todos siguen siendo igual de optimistas. Puesto que habrá que esperar hasta febrero, quienes lo deseen pueden ir apuntándose en una lista de espera.
De momento, el precio de salida ha sido de 19.800 yenes, algo más de 123 euros. Cada cual que decida si le vale la pena pagar eso por una cuchara. Desde luego, si de verdad funciona y alguien se lo puede permitir, es un gadget interesante.
De todos modos, también podemos educar a nuestro paladar, ingiriendo cada vez una cantidad menor de sal. Así, pasa como con el azúcar. Llega un momento en que el cerebro se habitúa a esos sabores y no nos pide más. Desde luego, es una opción menos chula, pero mucho más barata que la cuchara eléctrica.
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