Las amígdalas, esas pequeñas glándulas situadas a ambos lados del paladar, son un componente crucial del sistema inmunológico, especialmente en los primeros años de vida. Sin embargo, hay momentos en los que estas pueden dejar de cumplir su función de protección y, en lugar de ser aliadas, se convierten en un obstáculo para la salud.
Durante una entrevista en el programa Su Salud de Teletica.com, el doctor Carlos Saborío, otorrinolaringólogo, explicó tres escenarios en los que la cirugía para extraer las amígdalas se vuelve necesaria.
Infecciones recurrentes
Según el especialista, las infecciones de amígdalas, conocidas como amigdalitis, son comunes, pero se consideran problemáticas cuando ocurren con demasiada frecuencia. El criterio dicta que es necesario operar cuando un paciente ha tenido siete episodios de amigdalitis en un solo año, o cinco episodios durante dos años consecutivos.
Además, si experimenta tres episodios por año durante tres años seguidos, también puede ser un indicio de que las amígdalas ya no están funcionando adecuadamente.
“Veamos que no solamente es qué cantidad de veces al año tenemos el problema, sino si lo tenemos seguido a través del tiempo. Entonces, eso es lo que llamamos nosotros una amigdalitis crónica a repetición”, indicó el experto.
En estos casos, la cirugía es vista como la solución para evitar la constante recurrencia de infecciones que requieren antibióticos.
Obstrucción de las vías respiratorias
Otro factor que puede justificar la extracción de las amígdalas es cuando su tamaño provoca una obstrucción significativa de las vías respiratorias, particularmente durante la noche. Esta condición se puede manifestar a través de ronquidos fuertes, dificultad para respirar y episodios de apnea del sueño, especialmente en niños.
“Los papás dicen: ‘Yo veo a mi hijo con la boca abierta, yo lo veo que ronca muchísimo, que se escapa de ahogar’, como dicen las personas. Y entonces resulta ser que vos le abrís la boca y ves esas amígdalas que son grandísimas, en el fondo de la garganta. Bueno, eso nos lleva a otra razón para poder quitarlas, que es el crecimiento de la amígdala que nos genera obstrucción de la vía respiratoria”, dijo el médico.
Saborío señaló que, si bien la apnea del sueño es una forma severa de obstrucción, la cirugía para remover las amígdalas en estos casos puede tener efectos curativos inmediatos. Los menores que se someten a esta intervención generalmente experimentan una mejora notable en la calidad de su sueño y en su rendimiento académico.
Sospecha de tumores
Finalmente, una de las razones más graves para considerar la operación de las amígdalas es la sospecha de cáncer. Si bien esto es más común en adultos, es fundamental estar alerta ante cualquier cambio inusual, como lesiones o dolores que no desaparecen después de varias semanas.
El otorrinolaringólogo explicó que los adultos que presentan factores de riesgo como tabaquismo o consumo de alcohol, combinados con síntomas persistentes en las amígdalas, deben ser evaluados para descartar la presencia de tumores.
“Si uno tiene esos antecedentes y tiene ese tipo de lesiones que duran más de tres, cuatro semanas, muy probablemente estamos frente a una tumoración que está creciendo en la amígdala y requerimos hacer la resección o quitar la amígdala por dos razones. Primero, necesitamos saber qué tipo de tumor está creciendo y segundo, poder tratar de curar al paciente”, señaló el invitado.
Si bien muchas personas temen a este procedimiento, el doctor subrayó que la cirugía moderna es menos invasiva y tiene tiempos de recuperación mucho más rápidos que en el pasado. La clave está en obtener una evaluación adecuada y tomar decisiones informadas para proteger la salud del paciente, especialmente cuando los beneficios de la operación son evidentes.
Puede repasar el programa completo de ‘Su Salud’ en el video adjunto o en el siguiente enlace de YouTube.
Esta información pertenece a su respectivo autor y ha sido recopilada del sitio web: https://www.teletica.com/salud/tres-factores-que-determinan-cuando-es-necesario-operar-las-amigdalas_382157