La Unión Europea ha lanzado una alerta alimentaria a través de su Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (RASFF) en relación con un pimentón producido en España. El país que ha dado la voz de alarma ha sido Portugal y el motivo de la misma la presencia a niveles altos de una toxina muy peligrosa. No se sabe que si el producto llegó a comercializarse. Este sistema suele ser muy eficiente, pues los países dan la voz de alarma y esta se extiende rápidamente por todas las zonas implicadas. Normalmente, todo ocurre antes de que el producto llegue a los consumidores.
Lo que llama la atención en este caso es que no es la primera vez, pues el pasado mes de enero se emitió una alerta alimentaria similar. También se hizo a través del RASFF, aunque el país que inició el protocolo fue Países Bajos. En las dos ocasiones, todo se debió a un lote de pimentón contaminado con niveles muy altos de micotoxinas. La que se detectó en enero fue Ocratoxina A, clasificada por la Agencia Internacional de Investigación contra el Cáncer (IARC) como posible carcinógeno humano. En esta ocasión, las micotoxinas detectadas son aflatoxinas, capaces de dañar progresivamente el hígado hasta el punto, también, de provocar cáncer. Además, son especialmente peligrosas en embarazadas, pues pueden causar daños importantes en el feto.
Todo esto suena muy alarmante y hasta cierto punto lo es, pero debemos quedarnos con la parte positiva. Que los sistemas de alerta funcionan y, por suerte, estos lotes contaminados de pimentón no llegan a ser consumidos.
¿Por qué se repite la alerta alimentaria por micotoxinas?
El pimentón es una especia que se obtiene al secar y moler algunas especies de pimiento rojo, como la paprika o la ñora. Por su parte, las micotoxinas son toxinas producidas por hongos. Lo más probable, es que la contaminación se produzca durante el cultivo, aunque no se puede descartar que ocurra en otros puntos de la cadena de producción.
Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), los alimentos en los que más frecuentemente pueden encontrarse micotoxinas son los cereales, las semillas oleaginosas, frutas, verduras, frutos secos, frutas desecadas, habas de café, habas de cacao y especias. Esto último, por supuesto, incluye el pimentón.
La mayoría de ellas las generan hongos de los géneros Aspergillus, Fusarium y Penicillium. De hecho, la Ocratoxina A la suelen producir Aspergillus ochraceus y Penicillium verrucosum, mientras que las aflatoxinas proceden generalmente de Aspergillus flavus y Aspergillus parasiticus.
Las micotoxinas pueden afectar al ADN de las células. Por eso, si los sistemas de reparación celulares fallan, pueden acabar provocando cáncer. Esto ocurre a exposiciones altas, normalmente si son prolongadas, de ahí que las agencias de seguridad alimentaria controlen que los alimentos que se van a comercializar no sobrepasen ciertos límites.
El pimentón procedente de España los ha rebasado sobradamente en las dos ocasiones que han dado lugar a alerta alimentaria. Sin embargo, las estrategias de control han funcionado bien. Y es que se ha detectado en controles de calidad previos a su comercialización, de modo que, aunque no se puede descartar al 100 % que haya llegado a comercializarse una cantidad pequeña, lo más probable es que no hubiesen llegado a ese punto.

Que no cunda el pánico
¿Quiere decir todo esto que cualquier pimentón procedente de España estará contaminado con micotoxinas? Por supuestísimo que no. Han sido dos lotes concretos. Podría pasar con muchos otros alimentos, como ya hemos visto. En estos dos casos ha sido el pimentón, pero se ha detectado a tiempo. Por eso, a falta de un aviso de la AESAN en el que se inste a los consumidores a desechar algún lote, puedes consumir el pimentón que tengas en casa sin problema. De momento no hay avisos de las autoridades sanitarias españolas y esa es muy buena señal.
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