Qué es ETS2, el nuevo impuesto europeo al carbono

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By ndh
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La Unión Europea está trabajando en la implementación de un nuevo impuesto al carbono bajo un reluciente régimen de comercio de derechos de emisión que se conoce formalmente como ETS2. Y no, antes de que lo preguntes, su denominación no tiene nada que ver con el adorado Euro Truck Simulator 2 ;).

¿Pero de qué se trata ETS2? ¿Cuándo entrará en vigencia? ¿A quiénes afectará? Aunque el interrogante más importante que se hace el común de la gente es otro: ¿Cómo puede impactar en los precios de la gasolina y el diésel, o en el gas que se usa para la calefacción residencial?

Lo primero que debemos mencionar es que los orígenes de ETS2 se remontan al menos hasta 2018, cuando la Unión Europea decidió reformar el régimen de comercio de derechos de emisión de CO₂, conocido como ETS. No obstante, fue recién en 2023 cuando el nuevo impuesto al carbono se creó formalmente tras las revisiones a la Directiva ETS.

El ETS2 es independiente del ETS original y abarca a varios sectores que no estaban cubiertos por la primera versión del sistema. Lo que propone es un marco de topes y comercio de emisiones, cubriéndolas desde la fase inicial de su generación. En términos sencillos, los proveedores de combustibles tendrán que comprar derechos de emisión para compensar por el CO₂ que estos producen.

Pero no solo eso, ya que ETS2 establece que serán estos mismos proveedores los que deban monitorear e informar sus emisiones. Además, tendrán que pagar una multa por cada tonelada de dióxido de carbono para la cual no se cuente con un permiso de emisión. El objetivo de la Unión Europea es reducir las emisiones de carbono en un 42 % para 2030, en comparación con los niveles de 2005. Una parte crucial para lograrlo será la implementación de topes de emisiones más bajos cada año.

ETS2: así es el nuevo impuesto al carbono de la Unión Europea

ETS2: así es el nuevo impuesto al carbono de la Unión Europea | Emisiones
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Una de las particularidades del ETS2 es que, a diferencia de lo que sucede con el régimen original, los proveedores de combustibles tendrán que comprar los derechos de emisión en subastas. Según informó la Comisión Europea a finales del año pasado, el tope de derechos de emisión para 2027 —que es cuando se espera que el sistema entre en vigencia— estará apenas por encima de los 1.036 millones.

No obstante, se ha diseñado un mecanismo de preasignación que incrementará la oferta inicial en un 30 % para proveer liquidez y evitar una volatilidad excesiva en el precio de los derechos. Con miras a contrarrestar esa preasignación, la oferta de derechos de emisión a subastar se reducirá anualmente en unos 106 millones entre 2029 y 2031. El límite de 2028 se definirá de acuerdo con las emisiones registradas entre 2024 y 2026.

Pero la historia no termina allí. El nuevo impuesto europeo al carbono también contempla la creación de una Reserva de Estabilidad del Mercado (MSR, por sus siglas en inglés). El ETS2 tendrá 600 millones de derechos de emisión en esta reserva al momento de su entrada en vigencia. Si el total de permisos en circulación es menor a 210 millones, se liberarán 100 millones de la MSR. Si, por el contrario, la circulación total de derechos es mayor a 440 millones, se añadirán 100 millones a la reserva. Finalmente, el 1 de enero de 2031 quedarán invalidados todos los derechos de emisión que queden en la MSR.

Otra pieza crucial del nuevo régimen de comercio de emisiones ETS2 son los mecanismos de controles de precios que han establecido las autoridades. Estos les permiten intervenir liberando derechos de emisión adicionales desde la reserva, siempre y cuando se cumplan ciertos parámetros. Por ejemplo, si el precio promedio de estos excede los 45 euros ajustados por inflación por dos meses consecutivos.

A quiénes impacta el nuevo régimen de comercio de emisiones

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Como indicamos al comienzo del artículo, el ETS2 abarca sectores no contemplados en el ETS original. Específicamente, la Comisión Europea ha nombrado que el impuesto pone la lupa sobre las emisiones de dióxido de carbono que se generan por el uso de combustibles fósiles en edificios, pequeñas industrias y el transporte por carretera.

También hemos mencionado que van a ser los propios proveedores de este tipo de combustibles los que deberán monitorear e informar sus emisiones de CO₂, para comprar los derechos de emisión por tonelada correspondientes. Esto significa que los consumidores no deberán tomarse el trabajo de registrar o notificar sus emisiones al usar un coche con motor de combustión o al calefaccionar sus casas usando gas. Lo que no implica que los usuarios finales no se vean impactados por la implementación de este nuevo mecanismo, aunque lo abordaremos un poco más adelante.

Las entidades afectadas en primera instancia por la entrada en vigencia del ETS2 serán los proveedores gas y carbón, como también los depósitos fiscales de petróleo, según recoge un reporte de Clear Blue Markets. Estos no solo tendrán que comprar los derechos de emisión en las subastas, sino que también se someterán a multas de 100 euros (ajustados por inflación) por cada tonelada de dióxido de carbono que emitan sin el permiso correspondiente. Además, deberán comprar y rendir la cantidad de derechos correspondientes a la cantidad en infracción y el incumplimiento se dará a conocer públicamente.

¿Subirán los precios de la gasolina, el diésel y el gas por culpa del ETS2?

¿Subirán los precios de la gasolina, el diésel y el gas por culpa del ETS2?¿Subirán los precios de la gasolina, el diésel y el gas por culpa del ETS2?
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Esta es la pregunta del millón y la que se hace el común de la gente al leer o escuchar del nuevo impuesto al carbono. Es lógico pensar que las entidades que deben comprar derechos de emisión de CO₂ por el ETS2 van a trasladar esos costes a los consumidores. Después de todo, no hay nada que se los prohíba. Por lo que, tarde o temprano, serán los usuarios finales los que tendrán que afrontar el pago de los mismos.

Según recoge El Periódico de la Energía, las estimaciones que hace la Comisión Europea partiendo de un precio de 48 euros por tonelada de dióxido de carbono, el litro de gasolina podría encarecerse en 11 céntimos de euro, mientras que el litro de diésel podría afrontar una subida de 13 céntimos de euro. En los casos del gas y el gasóleo para calefacción residencial, cada aumento de 1 euro en la tonelada de CO₂ puede llevar a un encarecimiento medio anual de 3,1 euros por MWh y 4,1 euros por litro, respectivamente.

Los hipotéticos aumentos podrían ser todavía mayores a medida que evolucionen los precios de los derechos de emisión de dióxido de carbono. Según Clear Blue Markets, el precio promedio podría estabilizarse en 55 euros, aunque espera que se incremente con el correr de los años. Su predicción más baja para 2030 habla de un valor promedio de 68 euros, y la más elevada lo ubica cerca de los 100 euros. Otros análisis son menos moderados y ven un impuesto al carbono que podría superar los 250 euros por tonelada en 2030.

Para compensar por el potencial incremento de los combustibles, se ha decidido crear un Fondo Social para el Clima. El mismo se financiará con una parte de los ingresos que se generen por la subasta de los derechos de emisión de CO₂. Se destinará para ayudas a microemprendedores y sectores vulnerables, como también a otros programas sociales relacionados. La Alianza Internacional para la Acción contra el Carbono, indica que el fondo deberá movilizar al menos 86.700 millones de euros entre 2026 y 2032.

Cuándo comienza a regir

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La Unión Europea aspira a que el ETS2 se encuentre completamente en vigencia a partir de 2027. A partir de 2025 se ha puesto en marcha el proceso de monitoreo y reporte de las emisiones de carbono. Pese a ello, existen algunos factores que pueden condicionar la hoja de ruta de las autoridades y provocar un aplazo.

Desde la UE indicaron que el debut del nuevo impuesto al carbono se podrá aplazar hasta 2028. Esto solamente sucederá si se registran “precios excepcionalmente altos” para el gas y el petróleo en 2026. Y para definirlo, se tendrán en cuenta dos parámetros específicos.

Por un lado, si entre el 1 de enero y el 30 de junio de 2026 se observa que el precio promedio del gas TTF en el mes previo es superior al precio promedio que se registró entre febrero y marzo de 2022. Por el otro, si en el mismo período de tiempo se observa que el precio promedio del petróleo Brent es más del doble del precio promedio de los cinco años previos.

Claro que no todo se rige desde lo económico. Algunos países miembros de la Unión Europea como República Checa, Estonia y Polonia ya pidieron que se postergue. Y la mayoría de los estados incumplió con la inclusión de la normativa detrás del ETS2 en sus legislaciones nacionales antes de la fecha límite de junio de 2024.

Desde la Comisión Europea afirman que el ETS2 se ha diseñado para que su entrada en vigor sea “ordenada, fluida y eficiente”. La meta de reducir las emisiones en un 42 % para 2030, en comparación con 2005, es bastante ambiciosa. Ya veremos si el nuevo impuesto al carbono es suficiente. O si al menos logra el visto bueno del público general a pesar del potencial impacto en sus bolsillos.


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