Orlando Bloom se ha sometido a un procedimiento para limpiar su sangre de microplásticos. Lo ha hecho, según él, al ser consciente de la cantidad de estos compuestos tóxicos a los que ha estado expuesto en su vida. Y no se equivoca. Se han detectado microplásticos en el sistema digestivo, el cerebro, los pulmones y hasta la leche materna de los seres humanos. También en la sangre, por supuesto. Es un problema que se debe atajar. Sin embargo, el procedimiento al que se ha sometido el actor británico no tiene evidencia científica e incluso podría ser bastante contraproducente.
Lo ha explicado en un artículo para The Conversation la química española Rosa Busquets. Según ella, el procedimiento empleado por Orlando Bloom podría haber depositado aún más microplásticos en su organismo. Se trata de una técnica similar a la diálisis a las que se someten las personas con fallo renal y con esta ya se ha observado la exposición a microplásticos a través de los catéteres y el equipo empleado.
Por lo tanto, lo que ha hecho Orlando Bloom no es la mejor opción para limpiar nuestro organismo de microplásticos. Si ponemos el dinero por delante, podemos hacer casi cualquier cosa, aunque no esté apoyada por la ciencia. Posiblemente sea lo que ha ocurrido en este caso. Y es que, si queremos limpiar nuestra sangre de microplásticos, deberíamos empezar por reducir su consumo. Eso es lo único que sabemos hoy por hoy que nos serviría, científicamente hablando.
¿Hasta dónde llega el problema de los microplásticos?
Los microplásticos son partículas muy pequeñas de plástico, de entre 0,1 y 100 micrómetros, que se pueden presentar directamente en ese tamaño o producir por la rotura de piezas más grandes.
Los plásticos no son aptos para el consumo. Sin embargo, los consumimos constantemente de forma inconsciente. Ingerimos microplásticos cuando tomamos pescado que estuvo en contacto con él en el agua del mar, cuando comemos alimentos que han estado envasados en piezas más grandes de plástico o incluso a través de nuestra piel.
Se han encontrado microplásticos en lugares tan recónditos como el Ártico y en partes del cuerpo tan inesperadas como el cerebro o incluso el meconio de los bebés. El hecho de que esté en las primeras heces de un recién nacido implica que estamos expuestos a los microplásticos incluso antes de venir al mundo. Al menos lo están los niños que nacen hoy en día.
Está claro que los microplásticos son un problema, pero aún desconocemos su alcance. Los científicos no han logrado determinar todavía si nuestro organismo puede eliminarlos y, en caso afirmativo, a qué ritmo lo hace. Tampoco sabemos cuáles son las consecuencias para la salud. Podrían causar inflamación y daños en el ADN. A la larga, ambos fenómenos podrían desencadenar enfermedades como el cáncer. No obstante, aún no hay suficientes evidencias científicas sobre si esto está ocurriendo de verdad.
Es comprensible, pero no justificable
Por todo esto, la preocupación de Orlando Bloom es comprensible, pero las medidas que ha tomado para limpiar su sangre de microplásticos no son justificables. Ha recurrido a una técnica que sí resulta eficaz en medicina con otros fines, pero que no tiene ningún tipo de evidencia científica contra los microplásticos. Ha recurrido a recursos médicos para algo que podría ser incluso contraproducente. Por muy famoso que sea, no debería ser un ejemplo a seguir. Es muy importante que quede claro.
¿Qué ha hecho Orlando Bloom para limpiar su sangre?
Orlando Bloom se ha sometido a un tratamiento para limpiar su sangre mediante aféresis. Se trata de un procedimiento con el que se extrae la sangre, se limpia y se devuelve de nuevo al cuerpo. Es similar a la diálisis. Sin embargo, mientras que esta se usa mayormente para limpiar sustancias de desecho, como las que no puede desechar un riñón dañado, con la aféresis se pueden retirar específicamente otros muchos componentes. A menudo se usa para recolectar células para su utilización en terapias celulares. Por ejemplo, células inmunitarias para la inmunoterapia. No obstante, también se puede usar para eliminar de la sangre componentes que se considere que están causando alguna enfermedad.
En este caso podría tener sentido. Se retiran los microplásticos que podrían enfermar a la larga a Orlando Bloom. Pero no es tan fácil. Para empezar, como ya hemos visto, los microplásticos no están solo en la sangre. También se han encontrado en los pulmones, el estómago o el cerebro, entre otros órganos. Limpiar la sangre sería insuficiente. Tampoco sabemos si es una técnica eficiente para limpiar la sangre de estos componentes. No se ha estudiado lo suficiente y no hay estudios concluyentes. Lo que sí se sabe es que, igual que la diálisis podría estar liberando microplásticos en el organismo de los pacientes que se someten a ella, la aféresis podría hacer lo mismo.

Lo ideal es someterse a terapias con eficacia probada. Si se hacen estudios para encontrarlas no es solo por la salud de los pacientes. También para no malgastar recursos sanitarios en medidas que finalmente no funcionen. Pero con el dinero suficiente todo es posible, como bien ha demostrado Orlando Bloom.
¿Qué debería haber hecho entonces?
Es más que loable que Orlando Bloom haya sido consciente del problema de los microplásticos; pero, más que limpiar su sangre, debería haber empezado a pensar qué plásticos podría sacar poco a poco de su día a día. Esa es la medida que todos deberíamos llevar a cabo. La aféresis, no sirve de nada para acabar con el problema.
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