Después de que Arecibo transmitiera el mensaje, los científicos expresaron su preocupación por el hecho de que se hubiera enviado al espacio profundo sin una amplia consulta previa.
“Si hoy se intentara crear un mensaje de este tipo, sin duda se adoptaría un enfoque intelectual mucho más inclusivo que el que se utilizó en aquel momento. Básicamente, el 90 % de ese mensaje fue creado por un hombre blanco de 44 años que trabajaba por su cuenta: Frank Drake”, señala Isaacman. “Creo que si se abordara de una manera más honesta desde el punto de vista cultural e intelectual, se querría contar con una gama mucho más amplia de aportaciones culturales y cognitivas que esa”.
Otros advirtieron contra la idea de gritar activamente hacia el cosmos, sugiriendo que podríamos suponer un riesgo para la humanidad al atraer la atención de alienígenas poco amistosos.
Obras de ciencia ficción como la trilogía literaria de Cixin Liu, convertida en serie de televisión, El problema de los tres cuerpos, también consideran la posibilidad de que transmitir nuestra ubicación a civilizaciones alienígenas nos convierta en un blanco. En ella, los personajes discuten la teoría del Bosque Oscuro, una hipótesis especulativa según la cual las civilizaciones alienígenas son como presas que se esconden en un bosque siempre amenazante. Resisten el impulso de hablar con otros por miedo a vecinos interestelares hostiles.
Grupos como el Instituto SETI han propuesto desde entonces protocolos internacionales para transmitir este tipo de mensajes. “Enviar señales intencionadamente a otras civilizaciones de la Vía Láctea suscita la preocupación de toda la población de la Tierra, tanto por el mensaje como por las consecuencias del contacto”, dijo un grupo de científicos influyentes en una declaración de 2015. “Antes de enviar cualquier mensaje, debe celebrarse un debate científico, político y humanitario a escala mundial”.
Méndez señala que, aunque algunos expertos piensan que puede ser imprudente alertar a los extraterrestres que nos escuchan de nuestra presencia, una sola transmisión de radio también competirá con todas las señales de televisión y radio que emitimos constantemente desde la Tierra.
En las cinco décadas transcurridas desde que Arecibo envió por primera vez el mensaje al espacio, nuestra comprensión de cómo encontrar vida más allá de la Tierra ha cambiado enormemente.
Los astrónomos descubrieron el primer planeta más allá de nuestro Sistema Solar en 1992 y, desde entonces, han encontrado más de 5000 exoplanetas. Abundan los mundos rocosos con agua: según el Catálogo de Mundos Habitables, hasta 29 podrían encontrarse en la zona habitable de su estrella, es decir, la región alrededor de las estrellas donde podría existir agua líquida (y, por lo tanto, vida) en la superficie de los planetas.
En esta nueva era en la búsqueda de vida extraterrestre, los investigadores del Observatorio de Arecibo lanzaron un concurso en 2018 para redactar un mensaje actualizado. Esta vez, una nueva generación de científicos tuvo la tentadora pero abrumadora tarea de resumir la humanidad ante una audiencia extraterrestre.
Un equipo de estudiantes universitarios de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez ganó el concurso y se inspiró en el mensaje original, utilizando el mismo sistema de dígitos binarios y un esquema similar del Sistema Solar para redactar uno nuevo. “Nos inspiramos en el original”, dice Kelby Palencia-Torres, miembro del equipo, de Toa Alta.
Para ampliar la comunicación anterior, el equipo también incluyó un mapa que señala la ubicación de la Tierra dentro de la Vía Láctea y destaca algunos de los objetos cósmicos interesantes de nuestro Sistema Solar, como los anillos de Saturno y nuestra compañera lunar. (Por supuesto, actualizaron el Sistema Solar para excluir a Plutón de los planetas representados). La transmisión propuesta también incluye constantes físicas como la constante de Planck y la velocidad de la luz, así como operadores matemáticos básicos.
El mensaje original incluía información sobre el ADN y los aminoácidos, que algunos argumentan que podría ser información sensible para revelar a alienígenas potencialmente depredadores. En esta ocasión, el equipo mantuvo la información sobre los seres humanos al mínimo, incluyendo solo una representación visual de los seres humanos con una altura media y la población mundial.
“Fue muy interesante ver lo que hay que hacer para que un mensaje no solo llegue al destino (elegido), sino también cómo hacer que el mensaje sea lo suficientemente sencillo, que comunique exactamente lo que queremos y cómo asegurarnos de que no se malinterprete”, comenta César Quiñones Martínez, miembro del equipo de San Sebastián.
Lizmarie Mateo Roubert, de Ponce, Puerto Rico, eligió el destino del mensaje: la estrella de Teegarden, una pequeña y antigua estrella situada a solo 12.5 años luz de nuestro Sol que tiene dos mundos potencialmente aptos para la vida. “Está relativamente cerca en comparación con otros sistemas”, indica Mateo Roubert. Si los extraterrestres descodificaran el mensaje y respondieran rápidamente, solo tendríamos que esperar 25 años para recibir su respuesta.
DERECHOS DE AUTOR
Esta información pertenece a su autor original y fue recopilada del sitio https://www.nationalgeographicla.com/ciencia/2025/08/comunicacion-extraterrestre-que-paso-50-anos-despues-del-mensaje-de-arecibo