La principal discrepancia en torno a las interpretaciones populares del efecto mariposa radica en la creencia de que la capacidad de una pequeña perturbación para crear una perturbación organizada a grandes distancias es un fenómeno real.
“Es una metáfora”, insiste Shen, señalando que los principales expertos en la materia coincidieron recientemente en que se trata de una idea al estilo del gato de Schrödinger: nunca se ha demostrado ni refutado científicamente.
“La definición metafórica del efecto mariposa se acepta ampliamente como literalmente cierta. No lo es”, afirma Roger Pielke Sr., profesor emérito del departamento de ciencias atmosféricas de la Universidad Estatal de Colorado.
“La conclusión, con respecto a si el aleteo de una mariposa puede provocar la formación de un tornado a miles de kilómetros de distancia (o incluso a nivel local), es que no puede hacerlo bajo ninguna circunstancia. La respuesta es un no rotundo”.
Si estás confundido, no te preocupes. Ni siquiera los expertos se ponen de acuerdo sobre el verdadero significado del concepto. En 2024, Physics Today fue escenario de un animado intercambio de artículos sobre el tema entre el equipo de Shen y el profesor de física climática de la Universidad de Oxford Tim Palmer, en el que se debatía la naturaleza del efecto mariposa y sus implicaciones.
Palmer cree que, al detallar el efecto mariposa, Lorenz describía cómo el clima es la culminación de patrones atmosféricos aparentemente independientes que, de forma colectiva y momentánea, cambian el entorno.
En un podcast de Oxford de 2017, dice que hay que imaginar el clima como un conjunto de muñecas rusas: dentro de un sistema de baja presión de 1000 kilómetros de ancho hay nubes de tormenta de 100 kilómetros, y dentro de ellas, subnubes con remolinos turbulentos, y dentro de esas subnubes, remolinos turbulentos aún más pequeños.
Palmer tiene sus propias ideas sobre cómo se debe definir el efecto mariposa y cómo se malinterpreta, y en un artículo científico de 2014 afirma que “hay horizontes de previsibilidad finitos que no se pueden ampliar reduciendo la incertidumbre en las condiciones iniciales”.
Shen dice que el efecto mariposa se ilustra mejor con este cuento popular similar a un proverbio (registrado por primera vez por el poeta George Herbert en 1640):
“Por falta de un clavo, se perdió la herradura.
Por falta de una herradura, se perdió el caballo.
Por falta de un caballo, se perdió el jinete.
Por falta de un jinete, se perdió la batalla.
Por falta de una batalla, se perdió el reino.
Y todo por falta de un clavo de herradura”.
“El verso sugiere que cualquier pequeña perturbación puede acabar teniendo un efecto sustancial en las integraciones numéricas”, señala el profesor. “Lorenz creía que el folclore ilustraba mejor el fenómeno más simple de la inestabilidad”. El verso también nos recuerda que los pequeños acontecimientos posteriores no revertirán el resultado.
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