El pasado sábado, un niño de siete años fue mordido por un perro pitbull dentro de las instalaciones del centro comercial Multiplaza Escazú, en un incidente que generó gran conmoción y denuncias por parte de la familia afectada.
Más allá del hecho, expertos advierten que detrás de este tipo de episodios suele estar un factor común: el estrés que sufren las mascotas cuando se enfrentan a entornos no acostumbrados.
La etóloga Alexandra Alvarado explica que el problema radica en la falta de educación adecuada que reciben muchos perros desde su llegada al hogar.
“El perro tiene que ser educado, socializado y acostumbrado a salir a espacios públicos. No se trata solo de tener un animal, sino de brindarle las herramientas para que conviva sin riesgos con otras personas y mascotas”, señala.
Además, insiste en la importancia de que los dueños mantengan a sus perros siempre bajo control.
“En lugares públicos, los perros deben ir siempre amarrados, y en el caso de razas grandes o híbridas, es fundamental usar bozales y correas cortas que eviten accidentes”, expresa.
Por su parte, Carlos Orozco, entrenador profesional, enfatiza que no se puede ignorar que existen razas con predisposición a comportamientos agresivos si no son manejadas correctamente.
“Las personas deben ser conscientes de qué tipo de perro tienen y si cuentan con la capacidad para manejarlo. Un perro nervioso o inseguro puede reaccionar mal en situaciones desconocidas, y eso no es un accidente, sino una consecuencia de la irresponsabilidad”, advierte.
El etólogo David Peiró coincide con los especialistas.
“Todos los perros muerden, por más dóciles y amigables que sean, cualquier perro en cualquier circunstancia estresante o amenazante, puede usar su instinto de agresión para resolver la situación. No se trata de qué raza es ni la edad. Hasta la gente más tranquila puede volverse agresiva en una situación determinada”, agrega.
Protocolos y responsabilidad: claves para evitar tragedias
El caso de Multiplaza Escazú ha evidenciado también la falta de protocolos claros para atender emergencias con animales en espacios que se definen como pet friendly.
La madre del niño afectado denunció la lentitud en la respuesta médica y la ausencia de personal capacitado para manejar este tipo de situaciones, además de que los dueños del animal abandonaron el lugar sin asumir su responsabilidad.
Los especialistas coinciden en que, para evitar incidentes, es fundamental que los centros comerciales y otros espacios públicos establezcan reglamentos claros que regulen la entrada y comportamiento de las mascotas, tales como:
- Limitar la cantidad de perros por persona.
- Exigir correas cortas y seguras, evitar extensibles o collares débiles.
- Prohibir la entrada a perros que no estén socializados o que tengan historial agresivo.
- Capacitar al personal en manejo de emergencias con animales.
Asimismo, recalcan la necesidad de educar a la población para que no se acerquen a los perros sin permiso, y que los padres estén atentos para no dejar que sus hijos interactúen solos con animales desconocidos.
Cuidar al perro también es cuidar a la comunidad
Ambos expertos recuerdan que un perro bien socializado y educado puede convivir sin problemas en entornos urbanos, pero esto requiere compromiso, tiempo y responsabilidad por parte de los dueños.
Alexandra Alvarado comenta que “los perros no disfrutan con el bozal, pero a veces es necesario para controlar ciertos comportamientos. Lo ideal es evitar situaciones estresantes para el animal, como llevarlo a lugares sin preparación previa”.
Carlos Orozco indica que “la solución está en pensar como perro, entender su lenguaje y señales, para anticipar y prevenir conflictos. Un perro con miedo o inseguridad puede morder por defensa, y eso puede evitarse con una educación adecuada y respeto hacia el animal”.
David Peiró señala “si hay niños y perros, debe haber medidas de prevención. La mejor medida es el uso de bozal con introducción positiva, para que el perro lo acepte y no lo sufra. El perro es boca, y sin ella no representa ningún peligro. Esto es fundamental para evitar accidentes”.
“No es solo hacer una normativa, es un proceso de educación de los tutores en el manejo de sus perros en lugares públicos. Antes de ingresar a un espacio público, el perro debe haber sido socializado con niños, otros perros y lugares para ser equilibrado”, terminó Peiró.
El llamado es claro: la seguridad en lugares públicos depende de dueños responsables, protocolos institucionales y una cultura de respeto tanto hacia las mascotas como hacia las personas que las rodean.
Esta información pertenece a su respectivo autor y ha sido recopilada del sitio web: https://www.teletica.com/mascoticas/mascotas-y-estres-en-espacios-publicos-recomendaciones-para-evitar-incidentes_390227