Shakira y Gerard Piqué han concretado la venta de una de las propiedades más icónicas que compartieron durante su relación: la mansión situada en Esplugues de Llobregat, Barcelona. La vivienda, valuada en más de tres millones de euros, incluía gimnasio, piscina, estudio de grabación, sala de juegos y terrazas con vistas panorámicas. Esta operación marca un paso más en la división patrimonial de una de las parejas más mediáticas de la última década.
La residencia vendida era parte de un ambicioso proyecto iniciado en 2012, diseñado por la arquitecta Mireia Admetller. La idea consistía en unir tres casas contiguas en un gran complejo familiar que albergara a Shakira, Piqué y sus hijos Milan y Sasha, así como a los padres de ambos. Tras su ruptura en 2022, el plan quedó incompleto. La venta de esta primera propiedad se retrasó por desacuerdos sobre el precio: Shakira solicitaba hasta 12 millones de euros por el conjunto, mientras que Piqué aceptaba ofertas entre 6 y 10 millones. Finalmente, se acordó vender una de las viviendas por poco más de tres millones de euros, gestionada de manera privada a través de una sociedad administrada por Joan Piqué, padre del exfutbolista. Las otras dos casas del complejo permanecen en el mercado, con un valor total de 11 millones de euros.
La separación oficial se anunció en junio de 2022, tras 12 años de relación. El proceso legal duró siete meses, centrado principalmente en la custodia de sus hijos. El acuerdo firmado en el Juzgado de Familia de Barcelona establece que Shakira se trasladaría a Miami con Milan y Sasha, mientras que Piqué tendría derechos de visita y períodos de convivencia previamente definidos. Según el abogado de Piqué, Ramón Tamborero, el dinero nunca fue un motivo de disputa. Ambos mostraron disposición para evitar un juicio y priorizaron el bienestar de sus hijos.
Durante su relación, Shakira y Piqué reunieron un patrimonio conjunto estimado en 380 millones de dólares. La fortuna individual de la cantante colombiana supera los 300 millones de dólares, gracias a sus giras internacionales, ventas de discos, contratos publicitarios y su línea de perfumes. Piqué, por su parte, cuenta con un patrimonio de aproximadamente 80 millones de dólares, proveniente de su carrera futbolística y su empresa Kosmos Holding, que firmó un contrato de 3 mil millones de dólares con la Federación Internacional de Tenis. Además de las propiedades en Barcelona, Shakira tiene inversiones inmobiliarias en Miami y Colombia, mientras que Piqué conserva activos en España y participa en diversos negocios deportivos y tecnológicos.
Shakira y Piqué se conocieron en 2010 durante la grabación del video “Waka Waka”, tema oficial del Mundial de Sudáfrica. Aunque no coincidieron en el set, empezaron a intercambiar mensajes y se reencontraron durante el torneo, donde España se proclamó campeona y Piqué fue una de sus figuras. La relación se formalizó en 2011. En 2013 nació su primer hijo, Milan, y en 2015, Sasha. A pesar de no haberse casado legalmente, vivieron como una familia consolidada durante más de una década.
La venta de la mansión en Esplugues no solo representa una transacción inmobiliaria, sino también el cierre simbólico de una etapa compartida. Mientras Shakira sigue con su carrera musical desde Miami y Piqué se concentra en sus negocios en Barcelona, ambos continúan sus vidas, unidos únicamente por la relación con sus hijos. Las letras de las canciones recientes de Shakira, cargadas de referencias a su ruptura, y las reacciones públicas de Piqué han mantenido el interés mediático en su historia. Con esta venta, lo que alguna vez fue un hogar familiar se convierte en un recuerdo más de una relación que marcó a millones.
Fuente: Agencia México
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