“Vivimos en una estructura y ‘un debe ser’; la modernidad nos está secando”
▲ La puesta en escena Equus, que ha sido representada en diversos idiomas y varias latitudes, presenta temporada a partir de hoy en el Teatro Milán.Foto cortesía de Mariana Barragán
Juan José Olivares
Periódico La Jornada
Viernes 8 de agosto de 2025, p. 7
Equus, obra de teatro escrita por Peter Shaffer en 1973, ha sido representada en diversos idiomas y en varias latitudes.
Por las pasiones que aborda, es una clásica moderna que se seguirá montando mientras estemos vivos y el teatro tenga un lugar
, afirma a La Jornada el director y productor queretano Miguel Septién, quien ofrece una nueva traducción de este texto para este montaje que también dirige y tendrá temporada en el Teatro Milán a partir de hoy.
En Equus, un siquiatra trata a un paciente que dejó ciegos a seis caballos. En el proceso, la oscuridad y las verdades de ambos saldrán a la luz.
A Miguel, la historia le impactó desde su adolescencia y más aún cuando conoció la génesis de ésta: Peter Shaffer iba un día en un auto con un amigo y pasaron por un establo. El amigo le contó si sabía la noticia de que un chico había cegado a 26 caballos una noche. Le intriga tanto el suceso que indaga desde su dramaturgia lo que cree que pudo haber llevado a ese joven a hacer un acto tan atroz. Cambia aspectos en la anécdota, en su historia, como el número de caballos, pero profundiza
, recuerda Septién.
Ahora que su vida está consagrada al teatro lo sacudió al doble
, porque pudo entenderla más, refiere, con una lectura más informada a nivel vida y estudio.
La historia no lanza respuestas, sólo nos retaca de preguntas y situaciones para pensar y confrontarnos sobre lo que intrínsecamente somos como seres humanos, los cuales hemos dejado pasiones que nos definen como personas que sienten. Algo que se acentúa más mientras nos volvemos más eficientes para vivir en este mundo (material), pero alejándonos de lo que es nuestra esencia, la espiritualidad, nuestra conexión con lo divino
, asegura Septién.
El director de puestas como ZM, Sweeney Todd y The Pillowman entre otras, cuenta que, cuando la revisitó para traducirla, lo “sacudió desde un ángulo que tiene que ver con lo divino y cómo el ritmo de la modernidad nos ha limado la relación con la espiritualidad –que siempre he considerado fundamental en mi vida– y con lo fácil que es perder esa conexión. Vivimos dentro de una estructura y un ‘debe ser’ en muchos sentidos y esta obra llega para sacudir todo eso, y no para decir que está mal, sino para decir que la supuesta modernidad nos está secando”.
Como drama conecta con lo más vital que ofrece el teatro. Tanto para las generaciones que la conocen como para las nuevas. Es una invitación potente a cuestionarnos en donde estamos parados y a donde queremos llegar
, argumenta el también productor, quien manifiesta que el teatro es la forma artística que nos recuerda esta necesidad de conexión y de compartir aire y espacio, de mirarnos y ser capaces de decir la verdad más profunda
.
Se monta por la asociación de las productoras Cuarta Pared e Ícaro Teatro. Rodrigo González (de Cuarta Pared) compró los derechos de la obra, y nos propuso asociarnos para que mi compañía estuviera presente en la producción y yo hiciera la dirección y una nueva traducción. Es una oportunidad que no iba a dejar pasar
.
Comparte que a los que les compras los derechos de obras tienen algunas traducciones ya aprobadas por los autores o por las personas que cuidan la propiedad intelectual. Hay casos en los que se puede proponer una nueva traducción y si se tienen las credenciales para ello, te permiten hacerla. “Para Equus es un proceso laxo porque es una obra que se ha representado muchas veces. A Rodrigo, quien lo tramitó, le dijeron que no había problema en que la tradujera y adaptara si quería. Pero no corté ni modifiqué nada; está íntegra como en el inglés. La obra que verán es fiel a la estructura y pensada para el público mexicano de este momento”.
–Una obra de 160 minutos es un reto de producción y también para la audiencia.
–Cien por ciento. Sobre todo ahora, cuando nuestro déficit de atención está mucho más acentuado por la inmediatez en la que vivimos por ese aparato (celular) que tenemos en las manos. En ese sentido estar dos horas 40 minutos en una obra es transgresor cuando antes no lo era. Pedirle a la gente: ‘siéntate una hora y media, ve a un intermedio, y regresa otros 50 minutos a sentarte a escuchar y ver algo’, es un acto fuerte. Pero montamos el musical Dentro del bosque, que dura más de tres horas y la gente reaccionó bien.
Destaca que una de las metas de su compañía Ícaro Teatro como compañía “es tratar de avivar o encender la llama de la pasión por esta expresión. Regresar el teatro a la raíz, a un lugar de metáforas, de comunión e imaginación, de ritual… eso hará que la gente encuentre valía en lo que estamos haciendo (como productores de teatro)”.
El elenco de la obra está conformado por José María de Tavira, Emilio Schoning, Flor Benítez, Héctor Berzunza, Humberto Mont y Luz Olvera. Acompañados de un gran equipo de montaje.
Eqqus, del 8 de agosto al 28 de septiembre en el Teatro Milán (Lucerna 64, colonia Juárez). Viernes 20 horas, sábados 19 horas, y domingos 17 horas.
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