A ocho años del devastador terremoto de magnitud 8.2 que sacudió Juchitán, Oaxaca, en 2017, familias siguen luchando por recuperar sus hogares.
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Escucha este especial de Raquel Prior con la producción de Sara Coronel López
Luz Rodríguez / Raquel Prior
El 7 de septiembre de 2017, un terremoto de magnitud 8.2 sacudió el Istmo de Tehuantepec. Fue uno de los sismos más fuertes registrados en la historia de México.
En Juchitán, Oaxaca, el suelo temblaba como si un tren pasara por debajo. Los techos se derrumbaban, los transformadores tronaban y el cielo se iluminaba con destellos.
En medio del caos, miles de personas salieron de sus casas en medio de la oscuridad, muchas sufrieron crisis nerviosas y pidieron ayuda desesperadamente.
Zonas más afectadas por el terremoto
En comunidades como Cheguigo, una de las zonas más afectadas por su cercanía al río y su suelo blando, muchas casas colapsaron casi de inmediato.
La periodista Diana Manzo recuerda escuchar los gritos de sus vecinos pidiendo cerrar los tanques de gas, mientras otros buscaban a familiares atrapados bajo los escombros.
“Ahí me di cuenta de que no fue un sismo cualquiera… fue un terremoto, y había muertos”.
En Oaxaca, el terremoto dejó a más de 180 mil personas damnificadas, 44 municipios afectados y más de 64 mil viviendas dañadas.
El hospital Macedonio Benítez en Juchitán quedó totalmente destruido, junto con 43 clínicas, 4 mil escuelas y 10 palacios municipales. La escena, en palabras de los sobrevivientes, parecía un campo de guerra.
Afectaciones en viviendas y falta de recursos por terremoto en Juchitán
Los días posteriores estuvieron marcados por la incertidumbre, la pérdida de servicios básicos y la necesidad de sobrevivir en medio de la destrucción. Algunas familias, como la de Roselia, vivieron durante dos meses en casas de campaña frente a lo que quedaba de sus viviendas.
“No había luz, agua ni trabajo”, recuerda. Su casa sufrió daños irreparables y, ocho años después, aún no ha podido reconstruirla por completo. “Para construir dos cuartitos gasté más de medio millón de pesos… El gobierno me dio 120 mil, y mi periódico 150 mil. El resto lo puse yo”.
Ayuda humanitaria para los afectados
La ayuda humanitaria llegó desde distintos rincones. El artista Francisco Toledo instaló 30 cocinas comunitarias en Juchitán, donde se cocinaban alimentos tradicionales. Este gesto aún es recordado con cariño por los habitantes y periodistas como Diana Manzo.
“Mucha gente se solidarizó, y eso fue vital”.
Sin embargo, no todo fue solidaridad. Algunos habitantes fueron víctimas de fraudes cometidos por consultores comunitarios y externos que se aprovecharon del dolor ajeno. Además, la periodista explicó que hubo cientos de personas defraudadas que no lograron terminar la reconstrucción de sus hogares.
“Se llevaron las tarjetas, se aprovecharon. Fue cruel”,
Irregularidades en programas de ayuda en el Istmo de Tehuantepec
Además de la corrupción, hubo fallas en el manejo institucional. La Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), entonces a cargo de Rosario Robles, fue señalada por irregularidades en el levantamiento del censo de damnificados.
En 2018, la Auditoría Superior de la Federación confirmó que había datos duplicados e inconsistencias en los padrones.
A ocho años del desastre en Juchitán
A ocho años del desastre, el paisaje en Juchitán sigue marcado por la tragedia. Muchas construcciones permanecen en obra negra, algunas casas destruidas fueron cercadas y convertidas en jardines improvisados. El daño no ha sido solo material: el impacto emocional ha sido profundo.
“Viví con ansiedad, con depresión. Lo que me salvó fue esta ayuda colectiva, esta reconstrucción desde el dolor compartido”
Algunos edificios siguen representando un riesgo por daños estructurales. Vecinos han exigido su demolición para evitar nuevas tragedias. El abuelo de Diana nunca fue beneficiario de los programas de apoyo. Murió durante la pandemia, sin ver reconstruido su hogar.
Apoyo para las familias afectadas por el sismo
A ocho años del desastre natural, la periodista sigue alzando las voz para que las autoridades vuelvan a recorrer los municipios más afectados para hacer un nuevo censo real, en las regiones de:
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Juchitán
Ixtepec
Tehuantepec
Unión Hidalgo
Reforma de Pineda
La periodista Daniela Manzo, explicó que muchas de las personas hasta el día de hoy, viven en condiciones malas desde el terremoto que afecto a Juchitán.
“No es justo que haya familias que lleven siete años bajo lonas, soportando lluvias y vientos. No es una vida digna”.
Mientras tanto, en las calles de Juchitán, aún se respira el polvo de los escombros y se escuchan los ecos de un terremoto que, aunque ocurrió en 2017, sigue dejando grietas en la vida de miles.
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