En la industria cinematográfica, donde la moda y la atención pública se desvanecen tan rápido como llegan, Julia Roberts ha conseguido algo que muy pocos logran: permanecer vigente sin dejar de evolucionar. Su célebre sonrisa sigue siendo un ícono, pero hoy su carrera apunta hacia personajes de mayor profundidad, cargados de dilemas éticos y emocionales. Con After the Hunt, su más reciente proyecto junto a Andrew Garfield, la actriz confirma que todavía tiene mucho por decir.
De Georgia al estrellato mundial
Nacida en Smyrna, Georgia, en 1967, Roberts creció rodeada de teatro gracias a sus padres, ambos actores en el circuito comunitario. Esa influencia marcó su destino. Sus primeros papeles llamaron la atención, pero fue Magnolias de Acero el trampolín que la colocó en el radar de Hollywood. Un año después, Mujer Bonita la convirtió en la “novia de América” y en una estrella internacional. La frescura, naturalidad y encanto que transmitía la hicieron inolvidable para toda una generación.
De comedia romántica a poder dramático
Durante la década de los noventa, Roberts encabezó éxitos que no solo llenaron salas, sino que marcaron un estilo. Durmiendo con su enemigo, El informe pelícano y Notting Hill consolidaron su lugar como reina indiscutible de la taquilla. Pero fue Erin Brockovich la película que cambió el rumbo: interpretando a una mujer común enfrentada a un gigante corporativo, Roberts conquistó la crítica y ganó el Oscar, demostrando que podía cargar sobre sus hombros un drama de gran envergadura.
Una actriz que crece con sus personajes
Lejos de estancarse, Julia Roberts ha sabido elegir proyectos que acompañan su madurez personal. De los retratos de parejas en crisis de Closer, a la intensidad familiar de August: Osage County, o la sensibilidad maternal en Wonder y Ben Is Back, la actriz ha mostrado su capacidad para abordar personajes complejos con honestidad. Incluso en televisión, con Homecoming, se reafirmó como intérprete camaleónica, capaz de conquistar nuevos formatos sin perder brillo.
Un ícono fuera de la pantalla
A diferencia de otros colegas, Roberts ha preferido mantenerse alejada de los reflectores mediáticos. Casada con el director de fotografía Daniel Moder desde 2002 y madre de tres hijos, ha tejido una vida privada sólida y discreta. Esa sobriedad ha reforzado su imagen de estrella cercana, alguien que nunca necesitó del escándalo para permanecer vigente.
El reto más reciente: After the Hunt
Su regreso más comentado en 2025 llegó con After the Hunt, cinta dirigida por Luca Guadagnino en la que comparte créditos con Andrew Garfield y Ayo Edebiri. Roberts interpreta a Alma, una académica de filosofía que lucha por asegurar su puesto como profesora titular mientras enfrenta una acusación de acoso en contra de un colega. Todo se complica cuando un secreto de su propio pasado amenaza con salir a la luz.
La película tuvo su estreno mundial en el Festival de Venecia, donde recibió una ovación de pie de seis minutos. La actriz, visiblemente conmovida, agradeció al público entre lágrimas. Más allá del aplauso, el proyecto provocó debate: aborda la tensión entre generaciones, la complejidad del consentimiento y las zonas grises de la moral académica.
Roberts defendió la propuesta afirmando que la intención nunca fue dictar una postura, sino abrir la conversación: “Queremos que la gente salga de la sala con preguntas, incluso si esas preguntas incomodan.” Las críticas han sido divididas: mientras algunos destacan la solidez de las actuaciones y la dirección de Guadagnino, otros consideran el guion demasiado denso. Aun así, el consenso reconoce que Roberts vuelve a brillar en un rol arriesgado y actual.
Legado en movimiento
De Mujer Bonita a After the Hunt, Julia Roberts ha construido un recorrido que la sitúa más allá de la etiqueta de “estrella de Hollywood”. Es una intérprete que ha sabido abrazar el cambio y desafiarse a sí misma, sin miedo a incomodar. Su sonrisa aún seduce, pero hoy también invita a reflexionar sobre dilemas que resuenan con fuerza en nuestra sociedad.
Julia Roberts no solo representa la nostalgia de los noventa, sino también el ejemplo de cómo una actriz puede crecer con sus papeles, mantenerse vigente y abrir debates necesarios. Su legado, lejos de ser estático, sigue en plena construcción. Imágenes: Clasos
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