‘Encorvadas y adoloridas’. Así podrían describirse las espaldas de millones de personas que sufren los estragos de una mala postura corporal. Hay que estar atentos, pues la vida sedentaria empuja, con sus malos hábitos, a la deformación de la postura incluso a la hora de dormir.
Ante ello, Themistocles Protopsaltis, especialista en ortopedia y cirugía de columna del sistema NYU Langone de Nueva York, explica en un artículo los errores que se cometen al momento de dormir, sus posibles consecuencias para la espalda y da una serie de recomendaciones para evitar que estos hábitos dañen de manera definitiva nuestra postura.
Posturas erróneas al dormir
El experto recalca que una buena postura en el sueño es fundamental para mantener la salud de la espalda y el cuello.
Error: dormir boca abajo. Con esta postura, es más probable que el cuello esté en posición girada, comprometiendo a los músculos a su alrededor y provocando espasmos musculares y tensión.

Consecuencia: cuello rígido y adolorido por las mañanas.
Recomendación: dormir boca arriba o de costado. La columna vertebral, junto al cuello y la espalda baja, deben estar naturalmente alineados en forma de ‘S’, con curvas bien equilibradas.
El experto destaca que dormir de lado también puede ser beneficioso para aquellos que tienen apnea del sueño, pues reduce la presión que se concentra en la garganta, abriendo las vías respiratorias.


Adiós a almohadas y colchones de baja calidad
No todo es una buena postura; cuidar la espalda significa invertir en las herramientas adecuadas que permitan tener un reposo de calidad. La almohada y el colchón son claves para este propósito.
Error: no prestar atención al colchón y a las almohadas que usamos para dormir. Algunas personas no reparan en que estos productos deben ser elegidos de acuerdo a la postura que se adopta al momento de descansar.


Consecuencia: no elegir a conciencia una buena almohada y un colchón puede hacer que la columna vertebral se degenere con el paso del tiempo. Si no se elige bien, la edad pasará factura con la aparición de discos colapsados, formación de espolones óseos y artritis.
Recomendación: hacerse con un colchón de firmeza media y una almohada que no flexione ni extienda demasiado el cuello, manteniéndolo en una alineación neutra. Si se duerme de lado, buscar una almohada alta para acomodar hombros y cuello en una posición neutral. Si se duerme boca arriba, adquirir una almohada con altura justa al cuello. También se aconseja cambiar el colchón cada 10 años aproximadamente.
No dormir ‘donde caiga’
La fatiga de una jornada laboral extenuante puede resultar en quedarse dormido en cualquier lugar sin importar las consecuencias.


Error: es fundamental no dormir en un sofá o sillón reclinable, porque el cuello y la espalda no estarán alineados con la columna vertebral, provocando que articulaciones y discos de la columna estén una posición girada y torcida.
Consecuencia: rigidez en el cuello y la espalda y posterior sensación de dolor e incomodidad.
Recomendación: si el cansancio venció al cuerpo y la persona cae rendida en una mala postura, lo mejor es tomar una ducha tibia posterior y masajear los músculos adoloridos. También se pueden ingerir antiinflamatorios tópicos de venta libre o recetados por un médico, especialista si el dolor es persistente.
Para potenciar sus recomendaciones, el experto sugiere combinar estos consejos con una dieta balanceada, ejercicio regular y una conciencia de la postura en todo momento.
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