▲ La lírica de Guillermo Briseño es reconocida por su riqueza y su capacidad para retratar la vida urbana, el desencanto político, el amor y la resistencia.Foto cortesía de Teatros CDMX
Ana Mónica Rodríguez
Periódico La Jornada
Lunes  3 de noviembre de 2025, p. 6
El compositor, pianista, cantante, poeta y escritor Guillermo Briseño celebrará 80 años de vida y 66 de rocanrolear con las puertas abiertas del Teatro de la Ciudad Esperanza Iris en el concierto ¡Apaga la pinche luz!, cuyo título alude a uno de sus icónicos temas, el cual es favorito de la escritora Elena Poniatowska.
El inusual espectáculo “es un acto de amor” que conectará a los presentes con el festejado el 30 de noviembre a las 18 horas en el recinto de Donceles, donde con entrada gratuita resonará su legado musical por medio de un esmerado repertorio. A la gran fiesta asistirán diversos invitados, amigos, colegas, así como alumnos y profesores de la Escuela de Música del Rock a la Palabra, instancia académica fundada y dirigida por el mismo Briseño, la cual, a su vez, se encamina hacia su aniversario 20.
La iniciativa para preparar un festejo musical, explicó Guillermo Briseño a La Jornada, fue a petición de su familia, que impulsó al poeta y escritor a crear un espectáculo de aniversario “con todos los que aprecian la música del mentado Briseño; me convencieron de que tenía que festejar, pero tocando”.
Y con claridad el maestro aseguró que siempre va adonde lo inviten: “pueden ser unos trabajadores en huelga, campesinos en busca de que no los asesinen o un teatro proveniente de redes de alguna universidad o de las instituciones de cultura y de estas últimas lo que esperaría y necesito que hagan es que me paguen para poder vivir”.
Y agregó: “esto se pone contradictorio porque es mi cumpleaños y yo no voy a cobrar por celebrar. No lo hago para que la gente venga, sino para que quienes asistan no tengan que pagar por venir a un festejo. Imagínate cobrar, es como de mercenario, de muy mal gusto. Eso sí, será una gran fiesta”.
Briseño estará acompañado por su banda, conformada por Ángel Rodríguez (bajo), Gabriel Arango (batería), Eduardo Vázquez (batería), Felipe Antonio Souza (guitarra) y Leonardo Briseño (guitarra); las voces de Las Sirenas, así como de amigos entrañables e invitados especiales.
“Ha sido difícil decidir qué tocar, porque hay muchas más canciones de las que caben en una presentación y, por supuesto, la selección es buena, no es presunción, pero algo que sí puedo confesar es que me conmueve hacerlo y todos mis temas son hechos con mi mejor voluntad. Pero es cierto que no todo lo que hecho en mi vida satisface eso y hay cosas que no me gustan tanto”, explicó el músico, egresado de ingeniería química de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Briseño, figura imprescindible del rock y la canción en México, desafiará la nostalgia y encenderá el presente en un concierto inolvidable donde resonarán el rock y el blues indómitos, vibrantes e irrepetibles. “Me parece que la celebración más justa será tocando y al hacerlo lindo y emocionante correspondo a la generosidad que me dispensan las personas”.
Lo que va a suceder en el Esperanza Iris, enfatizó el legendario artista, “se va a mover el corazón, el ánimo, la inspiración, la memoria, la timidez, el miedo; voy a tocar cosas que hace años no toco, pero son interesantes, aunque tampoco se contemplaron obras que son muy largas, es una fiesta y se interpretarán varias canciones, donde estarán los estudiantes de la escuela de rock y sus maestros”.
La prendición
Lejos de las fórmulas comerciales, Briseño ha mantenido una trayectoria libre, crítica y coherente, haciendo del rock un lenguaje para la insurrección emocional y política. “Esto no es un homenaje y no me estoy despidiendo, simplemente sigo haciendo niveles al andamiaje. No he acabado y anuncio con todas mis ganas que esto no es un epitafio, esta fiesta no es un homenaje ni estoy muerto, ni mucho menos me rindo tributo a mí mismo. Eso se lo merecen los héroes o caídos zapatistas”, sostuvo el pianista.
El festejo por ocho décadas de vida y resistencia será “lo que los músicos empezamos a llamar hace muchos años la prendición, que es una especie de incendio, porque uno se prende, neologismo curioso porque cuando tocas sudas, se paran los pelos y cuando el músico siente eso quiere decir que está valiendo la pena y te aseguro que si eso pasa tocando la gente se emociona”.
Este concierto, puntualizó, “será una fiesta, una pachanga, un beso, un abrazo, un saludo, todo eso lo recibo, pero no me estoy cayendo al sepulcro, estoy luchando por hacer una canción”.
Obra comprometida con la realidad social
Desde los años 70 Briseño ha sido un puente entre la canción de autor, el rock urbano y la literatura, construyendo una obra sólida, independiente y profundamente comprometida con la realidad social y cultural del país. Inició su carrera musical en 1959, cuando aún era adolescente, y ha sido pionero en la fusión del rock con la poesía en español, destacando por el uso del piano como instrumento central en el rock mexicano, un gesto casi revolucionario en un entorno dominado por guitarras.
Su lírica –cruda, lúcida, apasionada– es reconocida por su riqueza literaria y su capacidad para retratar la vida urbana, el desencanto político, el amor y la resistencia. Fundó y formó parte de agrupaciones emblemáticas como Briseño y el Séptimo Aire, y ha compartido escenario con artistas como León Chávez Teixeiro, Betsy Pecanins, Guillermo Velázquez y Caifanes, entre otros referentes de la contracultura y música nacional. Además, ha publicado libros de poesía, ensayos y reflexiones sobre el arte y la educación musical. Su papel de formador de generaciones de músicos y su vocación pedagógica han dejado una huella profunda en la vida cultural del país.
Recientemente vio la luz su poema “Movimiento”.
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