El pasado mes de septiembre, Donald Trump hizo un comunicado en el que acusaba al paracetamol de producir autismo en niños cuando sus madres lo habían consumido durante el embarazo. Tras el anuncio se generó un gran revuelo mediático entre quienes creyeron las palabras del presidente de Estados Unidos y quienes le acusaron de sensacionalismo pseudocientífico. Multitud de científicos y divulgadores salieron a calmar a la población, señalando que los estudios que apuntan a dicha relación entre paracetamol y autismo son bastante pobres metodológicamente. Sin embargo, la semilla del miedo ya estaba sembrada y muchas personas perdieron la confianza en este medicamento.
Por eso, ahora un amplio equipo internacional de científicos ha realizado el análisis más exhaustivo hasta la fecha de todas las evidencias existentes. Como cabía esperar, la conclusión de su análisis es que los estudios que Donald Trump utilizó como argumento estaban muy mal diseñados, por lo que son muy poco confiables.
El paracetamol es el fármaco más seguro que pueden tomar las embarazadas para tratar el dolor y la fiebre. Lógicamente, no deberían tomarlo cada día como si fuesen caramelos, pero eso tampoco lo debe hacer la población no gestante. A las dosis recomendadas y en los casos que resulte necesario, es un fármaco totalmente seguro. Lo que no es seguro es dejar cursar la fiebre como sí que recomendó Donald Trump.
¿Qué le ocurre a los estudios sobre paracetamol y autismo?
Los autores de la revisión que se acaba de publicar analizaron 9 revisiones anteriores en las que se incluyen 40 estudios observacionales sobre los efectos de la exposición al paracetamol durante el embarazo. Es cierto que, si nos fijamos solo en los resultados, estos pueden ser preocupantes, ya que la mayoría apuntan a que el consumo de este fármaco durante el embarazo puede aumentar mucho el riesgo de autismo y TDAH en los niños. Sin embargo, cuando se analiza la metodología, estos resultados pierden valor.

Y es que en la mayoría de estos estudios no se tuvieron en cuenta los factores de confusión. Es decir, no se analizó si las mujeres que participaron en el estudio tenían antecedentes de autismo en su familia o si consumían tabaco o si llevaban a cabo cualquier otro hábito que sí que pudiese influir en el desarrollo cerebral de sus bebés. Los trastornos del espectro autista tienen un origen multifactorial, por lo que puede haber muchos factores implicados.
De hecho, como se lleva avisando desde el comunicado de Donald Trump, tampoco se tuvo en cuenta algo muy importante. ¿Por qué estaban tomando esas mujeres el paracetamol?
La fiebre mantenida o el estrés causado por el dolor sí que pueden afectar al desarrollo cerebral de los bebés. Lo mismo ocurre con algunas infecciones, que también podrían empujar a las embarazadas a tomar el medicamento. Por lo tanto, lo más probable es que muchos de los casos en los que se correlacionó paracetamol con autismo se debiesen a esta causa. El problema no era el medicamento.
Solo dos estudios lo hicieron bien
Tras analizar exhaustivamente la metodología y emplear técnicas estadísticas avanzadas, los autores de esta última revisión solo encontraron dos estudios que sí tuvieron en cuenta factores de confusión. Para sorpresa de nadie, fueron los únicos que no encontraron esa correlación entre autismo y paracetamol.
Por todo esto, la conclusión de la revisión fue, que de las nueve revisiones analizadas, 7 apuntaban a una confianza críticamente baja y 2 a una confianza baja.
No deberías usar a Donald Trump como fuente en asuntos científicos
Tras hacer estas declaraciones tan polémicas sobre paracetamol y autismo, Donald Trump animó a las mujeres embarazadas a soportar la fiebre. Este es un gran error por lo que ya hemos mencionado. Se trata de algo que sí podría aumentar el riesgo de autismo. Y por si no hubiese patinado suficiente, el presidente de los Estados Unidos finalizó su comunicado anunciando que hay un fármaco que podría curar el autismo: la leucovorina.


Esto, de nuevo, es un gran error. Y es que, si bien ha dado buenos resultados con algunos síntomas en algunos pacientes, el autismo no es una sola enfermedad. De hecho, el nombre correcto es “trastornos del espectro autista”, ya que es un conjunto de trastornos muy variados, con un origen multifactorial. No existe una bala de plata que cure todos los síntomas en todos los pacientes con todos los trastornos.
En definitiva, la conclusión de esta última revisión es que, al menos en temas científicos, no le hagas caso a Donald Trump. Nada nuevo bajo el sol.
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