▲ El actor Francisco De Luna, quien interpreta la controvertida figura del fundador de los Legionarios de Cristo.Foto cortesía de la producción
Ana Mónica Rodríguez
Periódico La Jornada
Sábado 8 de noviembre de 2025, p. 6
La controvertida figura del padre Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, se expone en la obra Hágase mi voluntad, donde emergen “sus laberintos sicológicos” tras las acusaciones públicas que –tanto la sociedad, ex miembros de su congregación y la Iglesia– lo señalaron como “toxicómano, estafador y pederasta”.
El monólogo de Alicia Garza Martínez, con adaptación, dirección y actuación de Francisco De Luna, el cual fue estrenado el año pasado, tendrá dos funciones hoy y mañana en el Teatro Rafael Solana, donde se abrirá el debate, la reflexión y, sobre todo, se enfatizará la necesidad de no permanecer en silencio.
Esta experiencia teatral, explicó Garza Martínez, “desafía al espectador a mirar de frente temas como la fe, el poder, la culpa y el abuso; además confronta a la audiencia a las zonas oscuras de la fe institucional e invita al público a escuchar, cuestionar y dialogar –sin juicios previos– sobre uno de los capítulos más polémicos de la Iglesia contemporánea”.
En escena, Maciel, vive el exilio, en una vida reservada en oración y penitencia, que le fue impuesta por la Santa Sede; se observa a un ser deambulando entre recuerdos de sus orígenes, su amor a Dios, sus logros eclesiásticos, manipulaciones de poder y perturbaciones mentales.
Para Francisco De Luna, quien interpreta a Maciel, explicó que “como actor, cuando voy a interpretar a un personaje que realmente existió, me gusta mucho investigar sobre su vida, saber qué es lo que opinan los demás sobre él; su entorno socioeconómico, íntimo, familiar y hasta astrológico, para comprender mejor quién era y por qué es vital contar su historia”.
Más allá, dijo, “del reto de memorizar el texto, de encajar en su fisonomía o edad, es comprender su sicología y qué originó su comportamiento, cómo asumió los retos personales, profesionales y sociales. Como actor no puedo juzgar a mi personaje, debo entenderlo, ver en qué sí y en que no compaginamos y trabajarlo desde esa perspectiva”.
El director del monólogo subrayó: “me atrapa la idea de que las personas que vivieron los hechos o quienes por los medios de comunicación se enteraron de lo que hizo, experimenten una catarsis, reconozcan en el escenario a esta figura tan polémica; mientras las nuevas generaciones que sólo han escuchado algo o no tienen idea de quién es, lo descubran, se interesen por su historia e investiguen sobre sus actos. Si se logra eso me doy por satisfecho”.
En nombre de Dios
En tanto, la autora Alicia Garza Martínez, quien contó con la asesoría dramatúrgica de Luis Martín, reveló que la idea de escribir el texto surgió luego de la noticia de que el papa Benedicto XVI, “le hace un rasguñito e invita a Maciel a retirarse a una vida de oración y penitencia. Ahí dije: al fin alguien hizo algo en el Vaticano en contra de este hombre. Admiré la valentía del Papa de ir contra el statu quo de la Iglesia y hacer pública esta situación”.
Pero fue “hasta 2020 cuando los Legionarios reconocieron 175 víctimas de abuso sexual, perpetrados por 33 sacerdotes de la congregación, entre ellos, 60 sólo eran de Maciel. Ante esto, me dediqué a ampliar mi primer texto y luego se lo envié a Jason Berry, quien fue el periodista que denunció –junto con Gerald Renner– en el Hartford Courant de Connecticut, los abusos de Marcial. Él me animó a seguir puliendo el trabajo y, después con Luis Martín lo tallereamos juntos durante varios años”.
Además “conocí a dos de las víctimas de Maciel a quienes entrevisté; Paul Lennon era sacerdote legionario y Elena Sada fue una consagrada; ellos escribieron los libros Nuestro padre que estás en la cama y Ave negra, de manera respectiva”.
En escena y durante una hora, en Hágase mi voluntad “el personaje hace un recorrido por todas sus vivencias, logros y pecados, todo en nombre de Dios; además emergen sus amores y sus aversiones. El monólogo no sólo aborda su sicología, sino también la social, pues Maciel no se hizo solo porque fue apoyado por una sociedad que lo idolatraba, lo cual es la misma dinámica que aplican los curas pederastas”.
A Marcial Maciel “lo veneraron empresarios, políticos, artistas, madres y padres de familia, que por supuesto, le donaban cantidades muy fuertes de dinero así como propiedades. Incluso seducía a viudas ricas que le cedían todo su capital, pero sobre todo, gozó de la protección y encubrimiento de la jerarquía vaticana y todo esto se expone en la obra”.
Hágase mi voluntad, un monólogo inspirado en la figura del padre Marcial Maciel, se presentará en el Teatro Rafael Solana, ubicado en avenida Miguel Ángel de Quevedo 687, colonia San Francisco, Coyoacán, con funciones hoy a las 19 horas y mañana a las 18 horas.
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