Como cada diciembre, el Rancho Los Tres Potrillos en Guadalajara se convirtió en el epicentro de la memoria y el cariño hacia Vicente Fernández, el máximo ídolo de la música ranchera. A cuatro años de su sensible partida, familiares, amigos y fanáticos se reunieron para rendir homenaje al “Charro de Huentitán”, en una jornada marcada por la emoción, la nostalgia y el orgullo de mantener viva su herencia artística.
La presencia de doña Cuquita Barca, viuda del cantante, junto a hijos y nietos, reforzó el carácter íntimo y familiar de la ceremonia. La misa en su honor fue el momento más solemne, donde se recordó no solo al intérprete, sino también al hombre que marcó la vida de quienes lo rodearon. El ambiente estuvo cargado de respeto y admiración, con cientos de seguidores que acudieron para acompañar a la familia Fernández en esta fecha significativa.
Alejandro Fernández, “El Potrillo”, compartió unas palabras que reflejaron el proceso de duelo y la transformación del dolor en celebración. “Yo creo que para todos fue un día muy triste, pero ahorita ya pasó el tiempo, ya es hora de asimilarlo. Más que tristeza, nos reunimos aquí para festejar al papá”, expresó con serenidad, subrayando que su encuentro familiar busca mantener vivo el legado de Vicente desde la alegría y no desde la melancolía.
El intérprete también habló de lo que más extraña de su padre: “Teníamos una relación superbonita y muy cercana, y pues todo eso cuesta trabajo irlo soltando”, confesó. Sus palabras resonaron entre los presentes, quienes reconocen en Alejandro no solo al heredero musical, sino también al hijo que mantiene intacto el vínculo emocional con su padre.
La presencia del Potrillo fue especialmente celebrada, ya que en años anteriores no había podido acudir la conmemoración. En esta ocasión, además de acompañar a sus seres queridos, compartió una gran noticia: “Queremos un museo de mi papá… la idea sería hacerlo aquí en la casa para que la gente pudiera vivir la experiencia de dónde vivía, dónde dormía, dónde comía, dónde pasaba su tiempo libre”, adelantó, aunque aclaró que aún se evalúa si se realizará en el rancho o en una casona en Avenida Vallarta.
Por su parte, Vicente Fernández Jr. destacó el significado de reunir a la familia y al público en torno a la memoria de su padre. “Es un día de sentimientos encontrados, pero con la vista, el cariño y el recuerdo del presente y el pasado al mismo tiempo. De estar toda la familia juntos, de tener a mi padre en nuestros corazones, y en el corazón de todo su público”, dijo con emoción, reflejando la dualidad de la jornada: tristeza por la ausencia y gratitud por el legado.
En contraste, Gerardo Fernández se negó a dar declaraciones y, a diferencia de otros años, en esta ocasión no se permitió el acceso de la prensa durante la misa. Este gesto reforzó el carácter íntimo de la ceremonia, privilegiando el recogimiento familiar sobre la exposición mediática. Aun así, la conmemoración en Los Tres Potrillos volvió a demostrar que Vicente Fernández sigue siendo un símbolo de identidad cultural y un referente eterno para la música mexicana.
Fuente: Agencia México
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