Arancel palabra del año 2025, elegida por la FundéuRAE, refleja la centralidad del término en el debate público y mediático, así como un periodo marcado por conflictos económicos y decisiones políticas globales de cara a 2026.
Laura Velarde
“Ha llegado el momento de anunciar la palabra del año 2025”
Cada año, el lenguaje deja huellas de lo que fuimos, temimos y de aquello que ocupó el centro de la conversación pública. Las palabras también guardan memoria de su tiempo. De cara a 2026, la palabra que resume el clima político y económico del año anterior es arancel, elegida como Palabra del Año 2025 por la Fundación del Español Urgente, FundéuRAE, promovida por la Real Academia Española y la Agencia EFE.
Se trata de un término antiguo, documentado desde 1726, que durante décadas perteneció casi exclusivamente al ámbito técnico del comercio y el derecho, pero que en 2025 saltó con fuerza a la conversación cotidiana y al debate público.
Durante el anuncio, Santiago Muñoz Machado, director de la RAE y presidente de la FundéuRAE, subrayó el papel decisivo de los medios y de la tecnología en la transformación del léxico contemporáneo.
“La prensa tuvo mucha importancia cuando se produjo la primera revolución de las palabras, porque fue la que lo trajo a la a las obras académicas y la que exigió tener más en cuenta los medios de comunicación en lo sucesivo. Pocas veces en la historia se producen esta clase de revoluciones de las palabras, momentos en que las palabras surgen a borbotones y no despacio, muy lentamente, como es propio del léxico.
Estamos en otro mundo de esos momentos, que es el momento un momento caracterizado por una gran revolución tecnológica que está provocando que surjan de nuevo palabras a borbotones”.
Arancel se define como la tarifa oficial que se aplica a las importaciones o a ciertos servicios. Su protagonismo reciente se explica en la política comercial del segundo mandato de Donald Trump y la intensificación de conflictos económicos entre países. La FundéuRAE subrayó que la palabra dejó de ser exclusiva de especialistas para convertirse en un concepto común, cargado de significado social y político.
Junto a ella, fueron finalistas palabras como apagón, boicot, dron, generación Z, macroincendio, macrorredada, papa, preparacionista, rearme, tierras raras y trumpismo, un conjunto que dibuja el mapa de preocupaciones del año.
Lenguaje vuelve a reflejar el mundo que habitamos
Mirar las palabras de años anteriores permite leer la historia reciente desde el idioma: dana en 2024, habló de la crisis climática; polarización en 2023, de la fractura social; inteligencia artificial en 2022, del avance tecnológico; vacuna en 2021, de la pandemia; y aporafobia en 2017, de la desigualdad.
Así, arancel no sólo nombra una medida económica: se convierte en un símbolo de un tiempo marcado por tensiones globales, donde el lenguaje vuelve a reflejar —y a explicar— el mundo que habitamos.
Las palabras del año no son solo elecciones lingüísticas: son espejos del presente. Así lo señala Soledad Puertólas, vocal del patronato de la FundéuRAE y académica de la Rae:
“La palabra del año es la de Fundéu, o sea, esto se ha llegado a ser como un clásico, ¿no? Y claro, el momento de la palabra del año es cuando esa unión, digamos, tiene una repercusión entre el público que es algo muy satisfactorio para los que trabajamos cerca de Fundéu y para la academia”.
Arancel, en el umbral de 2026, nos recuerda que el idioma registra los conflictos del mundo, pero también nos da herramientas para comprenderlos. Nombrar es entender, y entender es el primer paso para imaginar otros futuros.
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