El fabricante de automóviles estadounidense Ford Motor anunció este lunes un cambio de estrategia relacionado con su producción de vehículos eléctricos (VE), después de prever un impacto contable de 19.500 millones de dólares, informa The Wall Street Journal.
La compañía con sede en Dearborn (Míchigan) reveló que reforzará su línea de vehículos de gasolina mientras se reorienta hacia los vehículos híbridos y a los llamados VE de autonomía extendida, que incluyen motores de gasolina integrados.
El objetivo sería reducir los activos deficitarios y redistribuir el capital destinado a vehículos eléctricos hacia modelos con mayor rentabilidad. Asimismo, dejará de producir la versión eléctrica de la camioneta F-150, llamada Lightning, y en su lugar fabricará una versión de autonomía extendida.
“En lugar de invertir miles de millones en el futuro sabiendo que estos grandes vehículos eléctricos nunca serán rentables, estamos cambiando de rumbo“, explicó Jim Farley, director ejecutivo de Ford. “Ahora sabemos lo suficiente sobre el mercado estadounidense, donde tenemos mucha más certeza en esta segunda etapa [de sistemas de propulsión de emisiones reducidas]”, añadió.
En este sentido, señaló que los planes de producir una camioneta eléctrica con un precio de 30.000 dólares que esté a la venta en 2027 siguen en pie, detallando que será la primera de una nueva serie de VE de bajo costo. “Este es el núcleo de nuestra estrategia de vehículos eléctricos en Estados Unidos”, remarcó.
El impacto de la Administración Trump
Esta importante reducción de valor de Ford Motor se produce en un contexto de menor demanda de modelos eléctricos por parte de los consumidores estadounidenses y de un giro radical en la política federal bajo la Administración Trump, que ha remodelado el mercado automotriz en EE.UU.
Aunque los fabricantes estadounidenses destinaron cientos de miles de millones de dólares a este segmento automovilístico a comienzos de la década, las perspectivas para los vehículos eléctricos se han deteriorado notablemente este año, después de que Trump retirara el apoyo federal al sector y relajara las normas sobre emisiones de los tubos de escape, lo que favorece la venta de automóviles de gasolina.
Así, las ventas de VE en EE.UU. descendieron cerca de un 40 % en noviembre, después de que el 30 de septiembre venciera un crédito fiscal de 7.500 dólares concedido a los compradores durante más de 15 años para estimular la demanda. Además, en julio la Administración Trump decidió congelar las multas que deben abonar las automotrices cuando incumplen los estándares de eficiencia de combustible.
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