“Kalimán vuelve a nuestra época cuando un nuevo mal mundial lo impulsa a regresar”
▲ Boceto, dibujo completo a línea de tinta y viñeta coloreada de Kalimán: El despertar, historieta realizada por el guionista Alfredo Rodríguez, Karmix; el dibujante Ricardo Osnaya y el colorista Ulises Grostieta.Foto tomada de la página de Ricardo Osnaya en la plataforma Substack
Martín Arceo S.
Periódico La Jornada
Sábado 20 de diciembre de 2025, p. 5
Kalimán, el hombre increíble, regresó para vivir aventuras en historietas realizadas con todo el afecto, toda la dedicación y talento de un equipo de narradores gráficos encabezados por el guionista Alfredo Rodríguez, Karmix; el dibujante Ricardo Osnaya y el colorista Ulises Grostieta.
Kalimán, creado para la radio en 1963 y editado en cómics semanalmente desde noviembre de 1965 –en la década de 1970 llegó a vender 1 millón y medio de ejemplares semanales–, protagonista de dos películas filmadas en Egipto y Brasil, dejó de publicarse en la primera década del siglo XXI por una fuerte disputa de derechos de autor.
Desde hace pocos años, la empresa Superhéroe SA, encabezada por Edgar David Aguilera, es dueña del personaje y sus aventuras, ahora impresas por Editorial Kamite. Se planea continuar con nuevos relatos y reditar los cuentos clásicos del protagonista que enseña a la humanidad que quien domina la mente, lo domina todo.
En entrevista con La Jornada, Karmix comentó que el estilo narrativo de la nueva serie titulada Kalimán: El despertar es diferente al original “que era más bien una novela ilustrada con mucho texto, como se hacían las historietas mexicanas del siglo XX. Ahora se ofrece –respetando la esencia del personaje–, una narración más dinámica, que la acción hable más por el personaje como el lector puede esperar de un cuento de Batman o incluso de un manga (cómic al estilo japonés). Buscamos un relato en el que Kalimán comparta con el lector su sabiduría y que, como se acostumbraba en la era clásica, cada número concluya con una situación que invite al lector a regresar para la siguiente entrega”.
Indicó que acompañan a Kalimán en sus nuevas peripecias “el secretario de Naciones Unidas, una compañera (posible interés romántico), Angélica, que trabaja con la ONU y es enlace con Kalimán, y La Araña Negra, el regreso de un villano clásico que pretende dominar al mundo, pero con un giro: La Araña Negra supuestamente murió en los años 80, entonces queda el misterio de si es un clon, es su hijo, o un imitador, y eso lo vamos a averiguar.
“En cada número buscamos que Kalimán ofrezca una perla de sabiduría, no sólo ‘serenidad y paciencia’, y que tengan un sentido dentro de la trama, pequeños guiños al lector clásico, pero que inspiren a los nuevos lectores. Frases tan icónicas como ‘un gran poder implica una gran responsabilidad’, de El Hombre Araña, o ‘soy el mejor en lo que hago’, de Wolverine.”
Asimismo, expuso que la serie se presenta con portadas de Ricardo Osnaya, así como de Raúl Valdés, ilustrador de la nueva historieta de Blue Demon en los consorcios editoriales DC Comics y Marvel –para los cuales hizo Batman: El mundo y Los Hombres X, respectivamente–; Salvador Velázquez (dibujante de GI Joe y Heavy Metal, entre otras revistas) y Ek Balam, realizador de muchos cuentos de Marvel, incluidos 4 Fantásticos vs. Gárgolas y aventuras de Los Vengadores.
Aquel que no toma riesgos, nunca gana
Alfredo no es ningún neófito en el medio del cómic. Comenzó como articulista en historietas de Kamite, posteriormente tradujo narraciones gráficas para la misma empresa, “y en 2019 mi amigo Fernando Peniche (hoy dibujante de los cómics de las Tortugas Ninja para el sello estadunidense IDW) realizaba historietas digitales inspiradas en el futbolista brasileño Neymar Junior, como protagonista de una historia de zombis y otra de superhéroes. Hice muy buena relación con su editor Jason M. Burns, quien me invitó a escribir tres historias para su historieta Social Monsters. Ese fue mi primer trabajo como guionista”.
Recordó que “para 2017 Kamite sacó la nueva serie El legado de Kali, en la que no participé –la escribieron Edgar David y Ek Sahib, ilustrada por el artista peruano Roberto Castro–, que modernizaba el estilo narrativo y gráfico, pero que bien podría haber sucedido en cualquier momento de la vida de Kalimán, dividida en dos partes, una con el origen de Kalimán y otra en la que él combate al demonio Mahakaalam.
“Kamite quería presentar una historia ambientada en el mundo de hoy y, a partir de ello, Pedro Infante (directivo de Kamite) me llamó para hacer una historia de Kalimán en nuestros días, para enfrentarlo a situaciones que le duelen a México como el narcotráfico o la trata de personas, el tipo de amenazas que Kalimán no combatió en su momento.
“Yo lo comparo con El Capitán América, que era un producto de su tiempo, la Segunda Guerra Mundial, quien en una aventura queda congelado y cuando es rescatado se encuentra en un mundo totalmente diferente, la sociedad es distinta al igual que los medios y la tecnología. Así, Kalimán vuelve a nuestra época cuando un nuevo mal en el mundo lo impulsa a regresar, luego de pasar años aprendiendo, acrecentando sus poderes mentales y su sabiduría.
“Este es el escenario para Kalimán: El despertar, que constará de seis números de 32 páginas cada uno, de los cuales ya se han publicado tres. Trabajo a partir de una premisa de Edgar David, que es una trama pensada originalmente para radio, que incluyó conceptos del ya finado novelista Francisco Haghenbeck (1965-2021, autor de El diablo me obligó, adaptada a la televisión por Netflix como Diablero, entre otras obras)”, narró Rodríguez.
Incluso el camino más largo empieza con el primer paso
Este diario también entrevistó al dibujante Ricardo Osnaya, con 27 años como profesional de la narrativa gráfica, fogueado en historietas de las firmas mexicanas Grupo Editorial Vid y Editoposter, fundadora del periodismo roquero nacional con la revista Conecte, y del periodismo comiquero con Conexión Manga. Actualmente publica en la empresa Zenescope. Apuntó que laboró en las principales agencias de publicidad mexicanas “haciendo storyboards (guiones gráficos) para comerciales; ahí aprendí a hacer secuencias narrativas”.
“Hacer Kalimán es de lo más chingón –declaró–. Antes de la pandemia me habló Pedro Infante, director de la editorial Kamite. Me invitó a hacer Kalimán y me puse a estudiarlo. A los dos años, pasada la pandemia, me volvió a hablar y yo, puestísimo. Me entrevisté con Edgar David Aguilera, les gustó mi trabajo y me dieron el primer guion. Fueron dos años de laborar con gente muy talentosa, empezando por Karmix y el colorista Ulises Grostieta. Es muy padre trabajar con este equipo creativo; tú ves los primeros números y los comparas con los siguientes y sólo me queda asegurar, ‘me quedó muy chido, la verdad’. Trasladar una historieta clásica a una del siglo XXI no cuesta trabajo si, como en este caso, el guion está bien trabajado, si el relato está bien fundamentado es sencillo hacer tu mejor labor.
“Me bastó estar cerca de las actitudes del personaje. Si Kalimán es un artista marcial que domina la mente, domina el espíritu, debemos mostrarlo en esa esencia de misticismo, de poder sobrenatural; me hicieron caso en algunas de mis sugerencias, y se incluyeron en el cómic.
“Ahorita trabajo en mi proyecto Pantrak, heredero de los olmecas, la cultura madre mesoamericana, de la que se habla mucho menos que de los mexicas o los mayas. Ellos tenían a su dios Jaguar y en él baso mi personaje; hice investigación al respecto y saldrá a la primera oportunidad. Además, sigo con Zenescope, y pues a buscarle. Soy como los actores, acaba un proyecto y me voy por el siguiente”, remató.
Las nuevas aventuras de Kalimán están disponibles en una conocida cadena de tiendas con restaurante, y directamente en la página electrónica de Kamite.
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