Kalimba atraviesa un momento de reconfiguración personal y profesional marcado por los procesos legales que enfrenta desde 2023, cuando fue denunciado por presunta agresión sexual. Aunque el cantante ha negado los señalamientos, el caso avanzó en instancias judiciales y ha afectado su imagen pública, su agenda artística y su estabilidad emocional. En este contexto, el artista reconoció que estuvo muy cerca de abandonar la música y dedicarse a otra cosa, una decisión que consideró seriamente en más de una ocasión.
Durante una conferencia de prensa, compartió que hubo momentos clave en los que pensó retirarse por completo. “El mundo necesita mucho que regresen canciones de amor, repito y hago hincapié, no exclusivamente de romance, porque tres veces por lo menos muy puntuales puedo decir que iba a renunciar y dije: ‘Ya, hasta aquí, ya no quiero hacer más música, me voy a ir a otra cosa’. Y lo que me regresó es que ahorita tú me cuentas cómo yo he sido parte de tu vida y nunca nos hemos conocido. Y algo que admiro, y que amo, y agradezco de poder dedicarme a hacer música es eso, que la música sí nos une”, expresó visiblemente conmovido.
El cantante describió cómo el vínculo que crea con su público ha sido una de sus principales motivaciones para mantenerse en la industria, incluso en tiempos turbulentos. La conexión emocional que su música genera en quienes lo han escuchado desde sus inicios se convirtió en un motor para no renunciar pese a la presión mediática y el desgaste personal.

Kalimba también reflexionó sobre el rumbo que ha tomado parte de la industria musical, particularmente en géneros donde predominan letras agresivas, violentas o cargadas de toxicidad. En su opinión, es urgente recuperar un sentido de responsabilidad artística. “La música correcta, por eso es que hablo de que no está tan padre hacer canciones de toxicidad, porque la música sí es un mensaje universal. La música sí tiene el poder de mover corazones, de mover el mundo, de mover almas, de convencernos. Para mí, tengo una responsabilidad en hacer música con la cual nos volvamos a unir”, afirmó.
Bajo esta visión, considera indispensable generar contenido que aporte emociones positivas y fomente vínculos sanos: música que enseñe a amar, a perdonar y a desarrollar empatía. Para él, el arte tiene el potencial de influir en el comportamiento social y puede convertirse en un agente de cambio si se utiliza con consciencia.
“Música con la cual aprendamos a amarnos bien, a perdonarnos bien, a entendernos bien, a ponernos en los zapatos del otro”, agregó, insistiendo en la necesidad de un mensaje que contrarreste la polarización y el desgaste emocional que viven muchas personas.
Finalmente, el artista lanzó un llamado a replantear la manera en que se interactúa en redes sociales, espacios que describe como terreno fértil para la agresión y el odio gratuito. “Hoy es mucho más fácil meterte a una red social y tirar pestes que agradar, que construir. Destruir es mucho más simple. Se volvió una manera social a nivel mundial, lo cual es muy triste, de comunicación”, lamentó.
En medio de su disputa legal, del juicio público y de sus propios momentos de quiebre, Kalimba busca encaminar su carrera hacia una propuesta más consciente, apostando por la reconciliación emocional y la construcción de narrativas que fomenten unión en tiempos de conflicto.
Fuente: Agencia México
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