▲ Instalaciones del Laboratorio de Matemática Aplicada y Cómputo de Alto Rendimiento, en el estado de México.Foto cortesía de Isidoro Gitler
Eirinet Gómez
Periódico La Jornada
Miércoles 31 de diciembre de 2025, p. 6
La supercomputadora Abacus, inaugurada hace ocho años en el Laboratorio de Matemática Aplicada y Cómputo de Alto Rendimiento (Abacus-Cinvestav) en el estado de México, continúa siendo una referencia en el país, al haber dado un fuerte impulso a la investigación científica y tecnológica.
Con una capacidad de medio petaflop (unidad de medida de rendimiento computacional que representa mil billones de operaciones de coma flotante por segundo), se ubica entre las cinco más potentes del país –después de la supercomputadora Yuca, de la Universidad de Sonora (Unison)–. Más allá de su potencia, Abacus es relevante por los proyectos que albergó, el impulso que dio a la comunidad académica y porque abrió brecha en el desarrollo del supercómputo en México.
“Lo que más me gusta de Abacus es que abrimos la posibilidad de que investigadores, tecnólogos y estudiantes pudieran utilizar la gran capacidad de cómputo que ofrecía en esa época”, afirmó Isidoro Gitler, pionero del proyecto.
En 2011, el gobierno federal lanzó una convocatoria, en colaboración con el estatal de México, para fortalecer la infraestructura científico-tecnológica del país. El proyecto ganador fue presentado por el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional, elaborado por especialistas de su departamento de matemáticas y encabezado por Gitler (La Jornada 15/9/17).
Una característica central del proyecto fue otorgar a los investigadores una alta capacidad de procesamiento. “De los 9 mil núcleos de procesamiento CPU que teníamos, llegábamos a asignar hasta 7 mil a un solo proyecto, cuando otras instituciones –incluso a nivel mundial–, no era fácil que otorgaran más de 2 o 3 mil núcleos”, explicó.
Para Gitler, esa capacidad fue determinante para que muchos proyectos alcanzaran gran relevancia, tanto por sus resultados teóricos como por sus aplicaciones prácticas. En su primera etapa, Abacus desarrolló más de 140 proyectos de investigación que generaron cerca de 250 artículos científicos, además de numerosos congresos y talleres.
Entre los temas abordados se encuentran la simulación numérica de malformaciones vasculares en el cerebro; estudios de racemización en química de hélices moleculares; simulación de riesgos ambientales; aplicaciones matemáticas en pilas de arenas; matrices de cobertura para pruebas de software; problemas relacionados con diversas fuentes de energía; astrofísica; dinámica de fluidos y algoritmos criptográficos.
Uno de los proyectos más relevantes de los pasados cinco años fue Enerxico: Supercómputo y Energía para México, que involucró a 12 instituciones –seis de México y seis de la Unión Europea–, con la finalidad de estudiar procesos de interés tanto para Pemex, en materia petrolera, como para el desarrollo de energías alternas.
“Su objetivo fue incidir en la solución de problemas específicos de Petróleos Mexicanos, como la explotación de yacimientos, la comprensión de su estructura y la inyección de gases u otras sustancias para maximizar su aprovechamiento”, explicó Gitler, quien destacó que este proyecto dejó aprendizajes en múltiples niveles, desde la formación de personal hasta el desarrollo de software completamente nacional.
Detalló que durante este proyecto se incorporaron herramientas de inteligencia artificial. “Desde entonces se identificó que la IA jugaría un papel clave, por lo que se desarrollaron soluciones que apoyaron el avance tecnológico realizado en colaboración con distintos actores del sector energético”.
Sobre la situación actual de Abacus, Gitler consideró que se han visto perjudicados por la complejidad administrativa que se vive en el Cinvestav, lo que ha dificultado ejercer recursos obtenidos a través de distintos proyectos, e incluso ha obligado a devolverlos.
“Hemos enfrentado diversos impasses en nuestra actividad debido, precisamente, a las dificultades para ejercer los recursos. Esto nos ha llevado a periodos en los que trabajamos al mínimo, seguidos de momentos de alta actividad, para después volver a detenernos”, explicó.
Ante el anuncio de Coatlicue –la futura supercomputadora mexicana–, Gitler planteó que desde Abacus surge una pregunta central: “¿Cuál será el nuevo mapa del supercómputo en México?”
Señaló que existe un amplio horizonte por delante en el cómputo de alto rendimiento, no sólo por Coatlicue, sino también por el anuncio de una red nacional de supercómputo y la actualización de infraestructura que esta iniciativa conlleva, así como por los avances en inteligencia artificial, cómputo cuántico y computación neuromórfica.
“Con los anuncios que tenemos hoy, aunque el panorama aún no se redefine por completo, sí comenzará a redibujarse con supercomputadoras con capacidades de cómputo mayores que Yuca de la Universidad de Sonora (2.3 petaflops), a lo largo del próximo año y el siguiente”, concluyó.
Lista de computadoras potentes
1.- LNS (Laboratorio Nacional de Supercómputo del Sureste de México, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla).
2.- CADS (Centro de Análisis de Datos y Supercómputo, Universidad de Guadalajara).
3.-CNS (Centro Nacional de Supercómputo del IPICT en San Luis Potosí).
4.- El Centro de Datos y Sistemas (Dirección de Telemática del Cicese, en Ensenada, Baja California Norte).
5.- Lancad (Laboratorio Nacional de Cómputo de Alto Desempeño, que es un consorcio entre el Cinvestav, la Universidad Autónoma Metropolitana y la Universidad Nacional Autónoma de México).
6.- Eicar (Laboratorio Nacional Conahcyt de Enseñanza e Innovación Aplicando el Cómputo de Alto Rendimiento, que es un consorcio entre la UAEMéx, Cinvestav, UdeG, Cicese, Umison).
7.- Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares, Acarus (Universidad de Sonora).
8.- Mandra (Centro de Innovación Digital de la Universidad Autónoma del Estado de México), entre otras.
Fuente: Boletín de la Sociedad Mexicana de Física (abril–junio de 2024).
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