Maduro propone al Alba ayudar a Cuba para enfrentar su crisis energética

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Madrid/Reunidos en su XXV encuentro (en formato virtual), los países miembros de la Alianza Bolivariana de los Pueblos para Nuestra América acordaron crear una misión internacional de apoyo a Cuba en su crisis energética. La propuesta la hizo el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, que afirmó en su discurso la necesidad de combinar “la resistencia unida, popular, prolongada, de los pueblos del Alba con la ofensiva permanente de construcción de bases sólidas en una economía conjunta, común, cooperativa, de beneficio mutuo”.

El plan ya tiene nombre, Misión Internacional de Energía y Electricidad de Apoyo Especial para el Pueblo de Cuba, pero si tiene contenido, se desconoce, más allá de ser una declaración de intenciones sobre la importancia de apoyar al régimen de la Isla. “He comunicado a las delegaciones de nuestros nueve países, una propuesta que hemos venido trabajando para, en el espíritu de la Misión Milagro, compañero presidente (Miguel) Díaz-Canel, crear una misión especial de energía y electricidad del Alba”, dijo Maduro.

Recogió el guante, cómo no, Bruno Rodríguez, que dijo en redes sociales que constituye una nueva demostración de “la esencia de la Alianza como mecanismo que pone en el centro de su quehacer la solidaridad y la cooperación entre pueblos hermanos”.

Aunque al pomposo nombre del plan no le falta la coletilla sobre el “pueblo de Cuba”, la incautación del petrolero Skipper la pasada semana ha servido para aportar algo de claridad sobre la manera en que la Isla gestiona parte del crudo que recibe de Venezuela, destinado en buena parte a la reventa para obtener divisas. The New York Times daba algunos detalles basados en la documentación que se ha recabado a partir de ese suceso y según los cuales la cantidad de barriles que fueron transferidos al tanquero Neptune 6 con destino a Matanzas eran 50.000 y no los 200.000 que contabiliza Reuters. 


Aunque al pomposo nombre del plan no le falta la coletilla sobre el “pueblo de Cuba”, la incautación del petrolero Skipper la pasada semana ha servido para aportar algo de claridad sobre la manera en que la Isla gestiona parte del crudo que recibe de Venezuela

El resto de la carga, 1,9 millones de barriles según la estatal venezolana Pdvsa, fueron hacia Asia. Ramón Carretero, el empresario panameño sancionado por Washington la pasada semana, es quien gestiona, según el NYT, el flujo de petróleo entre La Habana y Caracas. El Skipper transportaba el miércoles, cuando fue interceptado, combustible contratado a medias por una empresa de Carretero y la estatal Cubametales, sancionada en 2019 por el Departamento de Estado de EE UU, pero que este año ha obtenido contratos para comprar unos 65.000 barriles al día de petróleo venezolano, un 29% más que en 2024 y siete veces más que el año anterior. A su vez, las empresas de Carretero gestionan al menos un cuarto del crudo que Venezuela exporta. 

El Skipper fue detenido el miércoles entre las islas de Granada y Trinidad cuando iba hacia China, lo que reafirma la tesis de que, en lugar de usarlo para producir electricidad y reducir los interminables apagones, Cuba revende al gigante asiático el crudo que Venezuela le regala a cambio de personal médico y militar, sobre todo. “El dinero le ha proporcionado al Gobierno cubano unas divisas muy necesarias”, dijeron al NYT fuentes del Gobierno venezolano. Según el reportaje, el monto se gasta en comprar “bienes básicos, aunque la opacidad de la economía del país hace difícil estimar adónde va a parar ese dinero, o cómo se gasta, o cuánto va a parar a intermediarios comerciales vinculados a ambos Gobiernos”.

El reportaje destaca además los nexos que hay entre Venezuela, Rusia, Cuba e Irán, todos sancionados por EE UU y unidos más que por otra cosa –destaca el texto– por la necesidad aunque en ocasiones sus intereses chocan. “Es como la Opep de las sanciones: estos países tienen intereses comunes, pero también algunos intereses opuestos”, dijo Francisco Monaldi, de la Universidad Rice de Houston, que explicó al medio neoyorquino que todos compiten por vender a China. 

Este jueves, no obstante, todos se pusieron de acuerdo para rechazar la incautación de EE UU, a la que calificaron de piratería. 


Este jueves, no obstante, todos se pusieron de acuerdo para rechazar la incautación de EE UU, a la que calificaron de piratería

El Skipper ya había formado parte durante cuatro años de la flota encubierta de Irán, desde donde transportaba petróleo a Siria y China, según datos de la empresa de transporte Kpler y un funcionario de alto rango del ministerio iraní del Petróleo citado, bajo condición de anonimato, por el NYT. El ministerio de Exteriores de Teherán se refirió el viernes a la operación estadounidense como “piratería patrocinada por el Estado”. Irán, además, coopera a través de contratistas, en la reparación de las refinerías venezolanas de El Palito y Amuay, indica el texto.

Además, Rusia también está en torno al asunto. O, incluso, dentro, a través de una mayoría de los 30 marineros que componían la tripulación del Skipper. Moscú vende nafta a Venezuela para diluir el petróleo pesado, algo fundamental para su comercialización, aunque también EE UU vende nafta a Venezuela, a través de Chevron y para las empresas autorizadas. El pasado 13 de noviembre, el tanquero Seahorse fue interceptado por el destructor estadounidense USS Stockdale, que se colocó en su trayectoria impidiéndole llegar a Venezuela, a donde se dirigía con nafta rusa, precisamente.

Todas estas turbulencias están complicando la situación petrolera para Venezuela. Este mismo lunes, la agencia británica Reuters ha contado que hay al menos una docena de petroleros sancionados dentro de la zona económica marítima exclusiva de Venezuela, muchos de los cuales corren ahora el riesgo de ser incautados y que hay “indicios” de que los compradores asiáticos están pidiendo mayores descuentos por el crudo venezolano para hacer frente al creciente riesgo comercial.

Las exportaciones de crudo del país caerán en diciembre, según las previsiones de Kpler, que las estima en unos 702.000 bpd, la cantidad más baja desde mayo, después de que en septiembre alcanzaron más de 1 millón. La causa está relacionada con la producción, que también ha bajado después de meses superando el millón, hasta los 860.000 bpd en noviembre, debido sobre todo al problema con la nafta y otros diluyentes. Estas importaciones caerán a 39.000 bpd en diciembre, frente a los 54.000 bpd de noviembre y los 89.000 bpd de octubre, según Kpler.


La agencia cree que la producción petrolera de Pdvsa puede caer entre 300.000 y 500.000 bpd, aunque considera que no habrá problemas a nivel internacional

La agencia cree que aunque esto se note en la producción, tampoco la detendrá, principalmente por la licencia de Chevron, que produce unos 250.000 bpd y exporta aproximadamente 150.000 bpd a la costa estadounidense del Golfo de México, donde hay refinerías para procesar el crudo pesado de México, Canadá y Venezuela.

La agencia cree que la producción petrolera de Pdvsa puede caer entre 300.000 y 500.000 bpd, aunque considera que no habrá problemas a nivel internacional, ya que Canadá está aumentando mucho su generación de crudo. Además, señala Reuters, “la instauración de un gobierno favorable a Estados Unidos que conduzca a la eliminación de las sanciones a Caracas podría provocar una rápida reactivación de la producción petrolera en Venezuela, que posee las mayores reservas de petróleo del mundo, de unos 303.000 millones de barriles”.

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