En el corazón de la Mata Atlántica brasileña, en el Parque Estatal del Río Doce, en Minas Gerais, el fotógrafo brasileño Fernando Faciole instaló una elaborada trampa fotográfica fuera de la madriguera de un armadillo gigante, el armadillo canastra, un animal difícil de fotografiar. Pero antes de conseguir una foto del armadillo, Faciole se sorprendió con la captura de una foto icónica: la de un hermoso y escurridizo jaguar.
En marzo de 2025, Fernando Faciole instaló en medio del bosque dos cámaras trampa con sensores (un tipo de trampa fotográfica en la que la cámara se oculta en una caja en el hábitat natural de los animales salvajes). Fueron creadas por el Laboratorio de Tecnología de Exploración de la National Geographic Society y cuentan con un sensor de interrupción de flashes para no asustar a los animales.
“La foto del jaguar forma parte de un proyecto que desarrollo como explorador junto con la National Geographic Society y el Proyecto Tatu-Canastra, que me acompaña sobre el terreno para contar la historia de esta especie casi fantasma. Mi viaje se basa en encontrar la última población de tatus-canastra de la Mata Atlántica, dentro del Parque Estatal de Rio Doce”, explicó Faciole.
Como la madriguera del armadillo es utilizada por muchas otras especies, existía la posibilidad de registrar otros animales en el lugar, entre ellos jaguares y pumas. “Cuando volví al parque en julio y revisé la tarjeta, allí estaba la foto. Un jaguar parado allí, mirando directamente a la cámara, en la posición perfecta, la cola, el encuadre… Fue muy especial para mí, parecía un regalo de la naturaleza”, contó el fotógrafo sobre la imagen. “Tardé muchos meses en conseguir esta foto y, hasta hoy, ha sido el único jaguar que ha pasado por allí”.
Fernando cuenta que, en aquella época, ya participaba en el proceso de Pictures of the Year, de National Geographic. “De todas las fotos que envié, incluidas algunas del armadillo gigante, la del jaguar fue la que más llamó la atención de los editores”, continúa.
“Recibir la noticia de que la foto estaría en la selección final de la revista fue muy especial. La marca que me enseñó a admirar la naturaleza ahora selecciona una foto mía, de la fauna brasileña, como una de las mejores del mundo. Sentí una mezcla de honor y responsabilidad, especialmente en un momento en que Brasil está en el centro de los debates globales sobre el clima y la conservación”, concluye.
La argentina Natalia Favre, por su parte, es fotógrafa y cineasta documentalista, además de exploradora NatGeo, y divide su vida entre Buenos Aires, capital de Argentina, y La Habana, en Cuba. Su trabajo aborda cuestiones sociales desde una perspectiva íntima, explorando la intersección entre comunidad, identidad y territorio.
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