Washington/El Gobierno de Donald Trump activó este viernes un portal digital para consultar cientos de miles de archivos vinculados a la investigación federal sobre el pederasta Jeffrey Epstein, en un intento por cumplir con el plazo legal que obliga a divulgar toda la información no clasificada del caso. La medida, anunciada por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, llega rodeada de polémica, dudas sobre su alcance real y fuertes críticas tanto de víctimas como de legisladores demócratas.
El nuevo portal permite realizar búsquedas directas y acceder a registros judiciales, documentos divulgados bajo la Ley de Libertad de Información (FOIA), revelaciones del propio Departamento de Justicia y materiales que el comité de supervisión de la Cámara de Representantes viene publicando desde septiembre. Sin embargo, buena parte de los archivos ya había sido difundida con anterioridad, lo que ha llevado a cuestionar si la apertura de la base de datos supone un avance sustancial en el esclarecimiento del entramado de abusos y complicidades que rodearon a Epstein.
Entre los materiales disponibles figuran vídeos y fotografías de viajes del magnate con su ex novia y colaboradora Ghislaine Maxwell, grabaciones de seguridad de sus residencias, imágenes de festejos, agendas con contactos de masajistas –en gran medida censuradas– y vídeos de la celda de Epstein antes de que se suicidara en prisión en 2019. La naturaleza extremadamente sensible del caso ha obligado a revisar y editar cada documento para ocultar datos que puedan identificar a víctimas o revelar información confidencial, lo que, según expertos y activistas, limita severamente el potencial revelador de la publicación.
Desde el propio Gobierno se admite que la difusión íntegra de los archivos podría no aportar datos nuevos de gran calado. A ello se suma la reciente orden de Trump para investigar la relación que mantuvo el ex presidente Bill Clinton con Epstein, una instrucción que, según la ley, podría frenar o retrasar la divulgación de material relacionado con investigaciones en curso.
Según las estimaciones oficiales, los archivos pendientes superan los 300 gigabytes entre imágenes, documentos y vídeos
Trump aparece en numerosas ocasiones en la documentación del caso, debido a la relación personal que mantuvo con Epstein durante años. El actual presidente ha asegurado que rompió vínculos con él en 2004, antes de que fuera acusado por primera vez de abuso sexual y prostitución de menores. Aunque inicialmente se mostró reticente a apoyar la publicación de los archivos, Trump terminó firmando la ley tras constatar el amplio respaldo del Congreso.
El fiscal general adjunto, Todd Blanche, advirtió que el Departamento de Justicia no podrá publicar todo el material exigido por ley de una sola vez debido a su enorme volumen. Según las estimaciones oficiales, los archivos pendientes superan los 300 gigabytes entre imágenes, documentos y vídeos, y se prevé la liberación de “varios cientos de miles más” en las próximas semanas. Hasta ahora, la Justicia ha divulgado 3.965 archivos, con un tamaño aproximado de tres gigabytes, distribuidos en cuatro conjuntos de datos.
La lentitud y el alcance limitado de la publicación han provocado una reacción inmediata en el Congreso. Demócratas de los comités Judicial y de Supervisión de la Cámara de Representantes estudian presentar una denuncia contra la fiscal general Pam Bondi, a la que acusan de no cumplir plenamente con lo establecido en la ley de desclasificación.
Las críticas no provienen solo del ámbito político. Varias víctimas de Epstein celebraron la divulgación de los archivos, pero coincidieron en señalar que sigue faltando información clave. Dani Bensky, sobreviviente del pederasta, afirmó que los documentos publicados confirman la veracidad de las denuncias, aunque reconoció que esperaba una mayor transparencia. “Hay una parte de mí que se siente validada”, dijo, tras años de cuestionamientos y silencios oficiales.
La controversia se intensificó con la aparición de una fotografía de Bill Clinton en un jacuzzi, incluida entre los nuevos archivos
Maria Farmer, otra de las víctimas, calificó la publicación de su denuncia por pornografía infantil ante el FBI como un acto de reparación personal. “Este es uno de los mejores días de mi vida”, declaró, aunque lamentó que otras víctimas, como Virginia Giuffre, hayan sufrido daños irreparables debido a la inacción de las autoridades federales. Farmer aseguró que su reacción combinaba la alegría por el reconocimiento con la tristeza por quienes fueron ignoradas por el sistema.
La controversia se intensificó con la aparición de una fotografía de Bill Clinton en un jacuzzi, incluida entre los nuevos archivos. El portavoz del ex mandatario, Ángel Ureña, salió en su defensa y aseguró que Clinton pertenece al grupo de personas que rompieron relaciones con Epstein cuando salieron a la luz sus crímenes. En un comunicado publicado en X, Ureña acusó a la Administración Trump de utilizar la imagen del ex presidente como “chivo expiatorio” para desviar la atención de otras verdades incómodas aún no reveladas.
Mientras el portal permanece activo y promete nuevas tandas de documentos, la sensación generalizada es de insuficiencia. Para las víctimas, los legisladores y una parte de la opinión pública, la apertura de los archivos es solo un primer paso en un proceso marcado por la opacidad, los retrasos y la sospecha de que lo más comprometedor del caso Epstein sigue, por ahora, fuera del alcance del escrutinio público.
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