La Xbox portátil finalmente no vería la luz del día. Microsoft habría desistido de desarrollar su propio dispositivo, que llegaría como parte de la décima generación de consolas para reemplazar a las actuales Xbox Series X|S. El dato se conoce menos de una semana después del anuncio de la Asus ROG Xbox Ally, la primera portátil de terceros con el sello de la plataforma de Redmond.
Según reporta Tom Warren, de The Verge, Microsoft habría desistido de crear una consola portátil que pueda ejecutar juegos nativos de Xbox. La compañía se enfocaría en el desarrollo de un nuevo software de Xbox, y también en el hardware de terceros, pero con el sello de su familia de consolas.
La aparente determinación causa cierta sorpresa, aunque tampoco se puede decir que no se veía venir. Al menos hasta cierto punto. Recordemos que poco tiempo atrás se reveló que Microsoft había frenado el desarrollo de una Xbox portátil para dedicar sus recursos a mejorar la experiencia gaming de Windows 11 en consolas handheld de terceros.
Sin embargo, la decisión sería todavía más drástica. De acuerdo con el nuevo reporte, el proyecto de una Xbox portátil está “básicamente cancelado”. Si bien su autor considera que esto no implica que Microsoft Gaming quiera abandonar de forma definitiva el desarrollo de una nueva generación de consolas, sí puede sugerir que en el futuro vamos a ver múltiples dispositivos de fabricantes como Asus que se van a promocionar como Xbox de siguiente generación.
Microsoft mataría su Xbox portátil para enfocarse en los dispositivos de terceros

Desde hace bastante tiempo, se rumora sobre el posible lanzamiento de una Xbox portátil. La gran diferencia entre este supuesto dispositivo y las muchas opciones ya disponibles en el mercado, como la ROG Ally convencional, la Lenovo Legion Go u otras, estaría en que no sería un mini PC ejecutando juegos de Windows, sino una Xbox propiamente dicha que podría correr los mismos títulos que las versiones de sobremesa.
Sin embargo, lo que se reporta ahora da a entender que Microsoft habría abandonado ese enfoque. Durante el Xbox Games Showcase del pasado domingo, Asus presentó la ROG Xbox Ally, una versión especial de su consola portátil ya existente. Esta no solo destaca por introducir un hardware más potente y un diseño inspirado en el mando de Xbox, sino también por incorporar un botón dedicado con el logo de la consola de Microsoft. Aunque lo verdaderamente notorio está en su software.
El rol de Windows 11 en el cambio de estrategia
La Xbox ROG Xbox Ally utiliza Windows 11, como muchas otras consolas portátiles actuales, pero ofrece una experiencia optimizada y bootea directamente en una interfaz de Xbox a pantalla completa.
Un punto crucial de esta historia es que el sistema operativo ni siquiera se carga completo, ya que muchos procesos habituales que no son necesarios para jugar directamente no se activan. Así, se promete mejorar el rendimiento y ofrecer una experiencia que se sienta como una Xbox portátil y no como un “PC de bolsillo” que corre Windows con, como mucho, el añadido de un launcher.
Siempre se dijo que Windows 11 era el punto débil de los equipos con un factor de forma portátil. El propio Phil Spencer lo reconoció en alguna oportunidad. Por ello no sorprende que se hayan enfocado en mejorarlo de una vez por todas para impulsar propuestas gaming más ricas.
Si la apuesta de Microsoft y Asus con la ROG Xbox Ally es apenas una muestra de lo que está por venir, podemos imaginar muchos más dispositivos similares —pero de otras marcas— llegando al mercado en un futuro no muy lejano. Una estrategia ambiciosa, pero que, al parecer, le habría costado su existencia a la Xbox portátil nativa.
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