¡Cuidado! Estas son señales de alerta si su mascota se rasca o se muerde en exceso

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By ndh
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El rascado excesivo, lamido compulsivo o mordisqueo constante son conductas que muchos dueños de mascotas suelen asociar con “nervios”, ansiedad o incluso aburrimiento. Pero, según Mary Carmen Freimann, médico veterinaria, especialista en comportamiento animal y miembro del Colegio de Médicos Veterinarios de Costa Rica (Colvet), este tipo de comportamientos pueden tener causas médicas que es urgente descartar antes de enfocarse en lo emocional.

“Un comportamiento de rascarse o de morderse puede tener un componente emocional, sí, pero también puede tener una causa médica. Entonces tenemos que ver cuál de las dos es, e incluso puede haber una combinación de ambas”, advierte la experta.

La doctora Freimann insiste en que nunca se debe asumir que el comportamiento tiene un origen psicológico sin antes realizar una valoración médica completa.

“La única forma de saber si se trata de una alergia alimentaria, una alergia ambiental o algo provocado por ectoparásitos es haciendo un chequeo a profundidad. Eso incluye exámenes como raspados de piel y, en algunos casos, biopsias. Necesitamos descartar que se trate de un problema causado por ácaros, bacterias, hongos u otra lesión dermatológica. A veces, una lesión empieza por parásitos, pero luego se complica con infecciones secundarias”, explica.

Primero la salud, luego la conducta

En su experiencia clínica, Freimann ha visto casos en los que un diagnóstico correcto marca la diferencia entre un tratamiento efectivo y semanas —incluso meses— de sufrimiento innecesario para el animal. Por eso, insiste en que cualquier cambio de comportamiento que implique daño físico debe investigarse con rigor.

“Siempre que tenemos un problema que parece de comportamiento, lo primero que debemos hacer es descartar que no haya una base orgánica, un problema físico real. Solo después de eso podemos pensar en ansiedad o estrés como causas primarias”, recalca.

El proceso ideal, según la especialista, es trabajar en conjunto con un médico veterinario para realizar un examen general completo. En casos persistentes, podría ser necesario profundizar con pruebas dermatológicas específicas.

Una vez que se ha descartado una causa médica, el siguiente paso es analizar la historia de vida del animal y su entorno. Cambios en la rutina, mudanzas, pérdidas de compañeros humanos o animales, o incluso la llegada de un nuevo miembro a la familia, pueden generar ansiedad o estrés en perros y gatos.

“Sí, existen comportamientos compulsivos como el lamido excesivo. Pero hay que entender por qué se están dando. Los cambios en el ambiente o la rutina pueden ser detonantes. Y no solo los perros, los gatos también pueden desarrollar este tipo de conductas. Por eso es tan importante conocer bien la historia de ese animal para entender qué lo está afectando”, explica Freimann.

La especialista subraya que cada caso es único y requiere una evaluación individualizada.

“Yo no puedo tener una receta universal para todos los animales. Necesito encontrar el origen de la conducta en ese perro o gato específico. Solo así puedo saber cuál va a ser la modificación ambiental o terapéutica adecuada para resolver el problema”, indica.

¿Qué tratamientos existen?

Una vez identificado el origen del problema, ya sea médico, emocional o mixto, el tratamiento puede incluir múltiples herramientas: desde medicamentos y cambios en la alimentación, hasta terapias conductuales, suplementos, feromonas, enriquecimiento ambiental y CBD. Pero todo debe utilizarse con criterio clínico.

“Sí, podemos usar medicamentos, cambios en el ambiente, alimentación natural, terapia conductual… todo eso nos puede ayudar. Pero nada debe hacerse sin diagnóstico. Usarlos por usarlos no nos lleva a ninguna parte”, advierte Freimann.

En este sentido, resalta que la constancia y la supervisión profesional son claves para lograr buenos resultados.

“Tanto los tratamientos dermatológicos como los tratamientos de ansiedad requieren constancia. Siempre hay que estar de la mano de un profesional, porque muchas veces tenemos que ir haciendo ajustes según cómo evolucione el animal. Además, hay diagnósticos como las alergias atópicas que no tienen cura. En esos casos, debemos aprender a manejar el problema de forma crónica”, señala.

¿Y si es solo ansiedad? Freimann advierte que, aunque hay muchos recursos para tratar la ansiedad, como el uso de CBD o feromonas, su aplicación no puede ser improvisada.

“Si alguien te da una receta mágica para curar la ansiedad de tu mascota sin haber hecho una evaluación completa, literalmente te está bateando. Cada caso es diferente y todos los tratamientos deben estar adaptados al animal y a su diagnóstico específico”, afirma.

La médica veterinaria concluye con un mensaje claro: nunca debemos minimizar los cambios en la conducta de nuestras mascotas, ni asumir que se trata de algo “pasajero” o simplemente emocional.

“Tenemos que dejar de adivinar. Un animal que se lame o se rasca hasta hacerse daño necesita atención veterinaria. Y si se descarta un problema físico, entonces abordamos lo emocional. Pero no al revés. Esa es la única forma responsable de cuidar su salud”, finaliza.

Esta información pertenece a su respectivo autor y ha sido recopilada del sitio web: https://www.teletica.com/buen-dia/cuidado-estas-son-senales-de-alerta-si-su-mascota-se-rasca-o-se-muerde-en-exceso_386891

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