Magia en cada grano de color: los tapetes de Xico en honor a Santa María Magdalena

Xico, Ver.- Enclavado entre los verdes cerros de Veracruz, Xico despierta año con año en julio con un alma más vibrante. Sus calles empedradas y casas de tejados coloniales parecen susurrar historias de fe y tradición a los miles de visitantes que llegan para admirar una de las expresiones más entrañables del arte popular mexicano: la alfombra de aserrín.

Desde hace años, los xiqueños convierten su calle principal en un lienzo comunitario que honra a Santa María Magdalena. Con manos pacientes y corazones fervorosos, chicos y grandes transforman aserrín pintado en figuras que evocan la flora, fauna y cultura de su región. Cada cuadra es un universo de color, cada diseño una muestra de creatividad que brota desde lo más profundo de la identidad de su gente.

El proceso comienza meses antes, cuando los barrios se organizan como si fueran parte de una gran orquesta: trazos, bocetos, pigmentos, herramientas hechas con cariño… todo se conjuga en una sinfonía visual que, al amanecer, cobra vida con la luz dorada que acompaña a los artesanos.

Lo verdaderamente mágico, sin embargo, no es sólo el resultado final, sino el camino. La alegría contagiosa de los creadores, la generosidad al compartir técnicas y secretos, y el entusiasmo de los niños que aprenden para, algún día, continuar con esta tradición. Cada grano de aserrín tiene el eco de una historia, una promesa, una devoción.

Por la noche, la alfombra se convierte en un altar efímero para la santa patrona que pasará sobre ella. Y aunque el diseño desaparecerá con el paso del tiempo, quedará grabado en las memorias, en las fotografías, y en el corazón de quienes tuvieron el privilegio de caminar sobre la magia de Xico.