A veces, el fármaco ideal para el tratamiento de una enfermedad concreta lleva mucho tiempo en las farmacias, pero está dirigido a otro tipo de tratamiento. Es justamente lo que ha estado ocurriendo con la diabetes tipo 1. No hay una cura ni ningún tratamiento que retrase los síntomas. A los pacientes no les queda más remedio que recurrir a las inyecciones de insulina para normalizar sus niveles de glucosa en sangre. Eso es siempre un fastidio, sobre todo cuando se trata de niños, un grupo poblacional en el que se diagnostican muchos casos de esta enfermedad. Sin embargo, un tratamiento que llevaba mucho tiempo usándose para la alopecia y la artritis ha demostrado funcionar también como fármaco contra la diabetes para detener el progreso de la enfermedad y retrasar todo lo posible el inicio de las inyecciones de insulina.
Dicho fármaco se llama baricitinib y, si bien fue descubierto con este fin en 2023, acaba de dar un nuevo paso en su camino hacia el tratamiento de la diabetes tipo 1. Gracias a un ensayo clínico ciego, se ha demostrado que su eficacia puede durar un año, posiblemente más, y que, además, los efectos secundarios son muy escasos.
Son todo ventajas con este nuevo fármaco contra la diabetes tipo 1. Habrá que realizar aún más ensayos clínicos antes de añadir este nuevo uso de una vez por todas, pero todo va viento en popa con el ensayo que se acaba de presentar en la Reunión Anual de este año de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD), en Viena.
¿Cómo se produce la diabetes tipo 1?
La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune en la que el propio sistema inmunitario de los pacientes ataca a las células beta del páncreas, encargadas de la secreción de insulina. Dado que el papel de la insulina es regular los niveles de glucosa en sangre, pueden producirse picos de esta muy peligrosos. Por eso, llega un momento en que estos pacientes deben administrarse insulina para que su metabolismo funcione con normalidad.
¿Cómo funciona este fármaco para la diabetes?
Muchas enfermedades autoinmunes se tratan con medicamentos encargados de bloquear las señales que conducen a la hiperactividad del sistema inmunitario. Es decir, esas señales que provocan que el sistema inmunitario de los pacientes ataque estructuras propias como si fuesen amenazas externas.
Uno de esos medicamentos es el baricitinib. En su caso, detiene esta vía mediante la inhibición de un tipo de proteínas inmunitarias conocidas como quinasas Janus. Ha mostrado ser muy eficaz en el tratamiento de afecciones como la alopecia autoinmune, la artritis reumatoide o la colitis ulcerosa. En 2023 se demostró también que podría ser eficaz como fármaco para la diabetes tipo 1. No obstante, no se conocían sus efectos con el paso del tiempo. Ahora, gracias al ensayo bautizado como BANDIT (Baricitinib in New Onset Type 1 Diabetes), se sabe que sus efectos perduran en el tiempo, de modo que pueden ralentizar muchísimo el avance normal de la enfermedad.
¿En qué consistió este ensayo?
Para llevar a cabo este estudio se contó con la participación de 91 personas de entre 10 y 30 años a las que se les había diagnosticado diabetes tipo 1 en los 100 días anteriores. Era importante que el diagnóstico fuese reciente. Si el ataque a las células pancreáticas lleva mucho tiempo produciéndose ya es más difícil actuar.
La mitad de los pacientes tomó una píldora de baricitinib al día durante 48 semanas. El resto hizo lo propio con una pastilla de placebo. Ellos no sabían cuál de las dos opciones estaban recibiendo.
Al comienzo del ensayo y en las semanas 12, 24 y 48, se midieron los niveles de péptido C de los participantes. Este es un marcador de la secreción de insulina. Por lo tanto, sirve como indicador del estado de las células del páncreas. Si estas están bien, el paciente podrá seguir sintetizando insulina. También se midieron los niveles de glucosa y HbA1c, que actúa como indicador de los niveles de azúcar a largo plazo.
¿Cuáles fueron los resultados?
A las 48 semanas, los niveles de péptido C fueron de 0,65 en el grupo de baricitinib y de 0,43 en el de placebo. Esto, claramente, indica que quienes recibieron el fármaco para la diabetes estaban produciendo su propia insulina con más eficiencia. Sin embargo, después de suspender el tratamiento, los niveles de péptido C cayeron a 0,49 en el grupo de baricitinib y 0,36 en el grupo de placebo a las 72 semanas, y luego a 0,37 y 0,26, respectivamente, a las 96 semanas. Esto significa que no era una casualidad. Es el baricitinib el que estaba salvando a las células del páncreas. Al retirarlo, se volvía a dificultar la síntesis de insulina. De hecho, tras 72 y 96 semanas de tratamiento los pacientes ya necesitaron inyectarse prácticamente la misma cantidad de insulina que los que no probaron el fármaco.

¿Qué pasó con la glucosa?
Lógicamente, todo esto se tradujo también en un mayor control de los niveles de glucosa en sangre a corto y largo plazo bajo los efectos del fármaco, pero un deterioro de los mismos a medida que pasaba el tiempo tras el cese del tratamiento.
Esto nos indica que, más allá de la alopecia y otras enfermedades autoinmunes, baricitinib puede ser una opción ideal para pacientes con diabetes tipo 1 en fases tempranas. De hecho, estos investigadores creen que, quizás, podría ser una buena opción de tratamiento incluso antes de la aparición de síntomas, en personas con una gran predisposición genética a la enfermedad. Esto es algo que quieren probar en otro ensayo clínico.
Sea como sea, todo irá más rápido que con un fármaco descubierto desde cero, ya que muchísimos pacientes lo han recibido con otros fines y su seguridad está más que comprobada. Quizás este sí que sea por fin el medicamento que tantos pacientes de diabetes tipo 1 estaban esperando.
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