Aunque es prevenible al 100% mediante la vacunación, la rabia sigue siendo una enfermedad que cada año afecta a miles de personas y animales en distintas partes del mundo.
El perro no vacunado continúa siendo uno de los principales transmisores, lo que convierte a la inmunización canina en una herramienta fundamental para cortar la cadena de contagio y salvaguardar la salud pública.
¿Qué es la rabia?
La rabia es una enfermedad viral que afecta el sistema nervioso central de los mamíferos, incluidos los seres humanos. Una vez que aparecen los síntomas —como fiebre, dolor de cabeza, espasmos musculares, confusión y, en fases avanzadas, parálisis— la enfermedad es prácticamente mortal. Por eso, la prevención mediante vacunación es considerada la medida más efectiva para evitar tragedias.
El virus se transmite principalmente a través de la saliva de un animal infectado, generalmente mediante mordeduras. También puede entrar al organismo si la saliva entra en contacto con heridas abiertas o mucosas, como los ojos o la boca. Los perros son los principales transmisores en muchos países, aunque otros animales como gatos, murciélagos, zorros y mapaches también pueden propagarla.
En países donde la interacción cotidiana entre humanos y animales es alta, como ocurre en gran parte de América Latina, la prevención de la rabia cobra una importancia doble: no solo protege la vida de los animales de compañía, sino también el bienestar de las familias y la seguridad de las comunidades.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), vacunar al menos al 70% de los perros de una población es suficiente para eliminar o prevenir brotes. Sin embargo, la estrategia no termina ahí: la educación y la sensibilización comunitaria son elementos clave para que la protección se mantenga en el tiempo.
“La rabia sigue siendo una amenaza seria para personas y animales, pero es completamente prevenible. Vacunar a los perros es la manera más efectiva de proteger a todos, y el cuidado responsable de los animales contribuye a mantener a las comunidades seguras y saludables”, señaló el veterinario Audrey Kauffmann.
La inmunización canina es también la vía más accesible y sostenible en comparación con los tratamientos de emergencia que requieren las personas expuestas a mordeduras. Proteger a los perros significa atacar el problema desde la raíz, reduciendo riesgos y costos para los sistemas de salud.
En este contexto, iniciativas internacionales como Afya, un programa impulsado por MSD Animal Health desde 1996, han demostrado el impacto de la acción conjunta. La iniciativa combina donaciones de vacunas antirrábicas, campañas masivas de inmunización y talleres de formación en comunidades donde la rabia sigue siendo endémica.
Hasta la fecha, más de 7 millones de vacunas han sido entregadas a través de Afya, junto con capacitaciones que han alcanzado a más de 12 millones de personas en África, Asia y América Latina.
La meta internacional, respaldada por la OMS y diversas entidades de salud, es clara: un futuro libre de rabia para 2030. Para lograrlo, expertos coinciden en que la combinación de vacunación masiva de perros y programas de educación comunitaria seguirá siendo la fórmula más efectiva para poner fin a esta amenaza silenciosa pero letal.
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