En lugar de buscar petróleo, Cuba debe apostar a la biomasa e importar gas licuado

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By ndh
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Madrid/La estrategia del Gobierno cubano para recuperar el sistema eléctrico nacional (SEN) está completamente equivocada, explica el investigador de la Universidad de Texas Jorge Piñón en una entrevista publicada este lunes por Bloomberg Línea. El experto es claro en que, a corto plazo, es imposible que haya una solución y apuesta por un cambio radical que pase por el uso del gas natural licuado y la biomasa, esta última de manera muy relevante, porque supondría regenerar, en paralelo, la industria azucarera.

“Si tú mañana me dices: ‘Oye, aquí tienes un billete de 20 dólares, ¿tú dónde lo pones?’. Te respondo que en biomasa, porque me da azúcar, electricidad y etanol, que, como combustible, puede reducir la necesidad de importar gasolina”, cuenta al medio económico. En su opinión, la Isla tiene un enorme potencial en el azúcar como generador de energía, un modelo que sigue Brasil. Sin embargo, el estado de los ingenios y una zafra cada vez más menguante, juegan en su contra. “Yo me olvidaría de perforar para encontrar petróleo y apostaría por el campo cubano, por arreglar las centrales azucareras y aumentar la producción de caña”.

Frente a los habituales anuncios de las autoridades cubanas sobre, sobre todo con instalaciones pequeñas, que generan apenas 21 MW cada una, el especialista rechaza esta fuente de energía autóctona, debido al alto contenido en azufre que ha contribuido a un deterioro de las centrales termoeléctricas ya en franco declive por sobreuso. Pìñón califica el crudo nacional de “dañino, muy dañino”, para las termoeléctricas. “Es un círculo vicioso: reparan las plantas, pero se vuelven a romper por el crudo con que las alimentan”.


“Es un círculo vicioso: reparan las plantas, pero se vuelven a romper por el crudo con que las alimentan”

Piñón admite que las sanciones de EE UU pesan a la hora de “recapitalizar” el sistema cubano, pero niega que sea la causa principal del deterioro del SEN. “Hay varios proyectos que Cuba no pudo terminar, como el de un parque eólico en La Herradura, Las Tunas, un proyecto 100% financiado por China. Otro ejemplo es Ciro Redondo, una planta de biomasa que costó 186 millones de dólares, también pagados por China, para generar 62 MW, que se encuentra inactiva debido a la falta de biomasa de caña de azúcar”, recuerda.

Otros actores extranjeros que cita el especialista son las empresas Total (Francia) y Siemens (Alemania), que estuvieron en 2018 en la Isla planteando la construcción de una planta eléctrica con gas natural, sin lograrlo. “Iba a tomar de tres a cinco años y no había dinero para construirla, ni financiamiento”, cuenta, recordando que ni los cubanos con sus facturas, ni el Estado en bancarrota pueden pagar, ni hay organismos internacionales que puedan o quieran prestar dinero a la Isla. “Como ves, lo único es que los rusos o los chinos le regalen nuevas plantas de generación eléctrica. No veo solución a corto plazo”, admite.

Piñón también hace referencia a la contribución de China con la energía solar, que, a su juicio, tampoco puede ser la única solución, sobre todo con instalaciones pequeñas, que generan apenas 21 MW cada una. “Yo apoyo las energías renovables, como la solar, eólica y biomasa que contempla ese plan, pero tú no puedes poner todos los huevos en una sola canasta”, subraya. La falta de baterías, que deja sin almacenar la energía generada, es un lastre por el momento, añade, y pone como ejemplo un parque que acaba de construir en Texas –donde reside– una empresa francesa que aporta 720 megavatios (MW) con 225 de almacenaje. 

El experto es, además, muy escéptico con el apoyo de China o Rusia y cree que, más allá del apoyo político, en la práctica no es la Isla quien interesa a Pekín y Moscú. “Cuba es como el peón en un ajedrez, una pieza pequeña. Para Rusia y China es más importante una Venezuela y una Guyana. Ellos quieren demostrar su apoyo político a Cuba, pero no un apoyo económico que garantice una renta a largo plazo”, argumenta.


“Cuba es como el peón en un ajedrez, una pieza pequeña. Para Rusia y China es más importante una Venezuela y una Guyana. Ellos quieren demostrar su apoyo político a Cuba, pero no un apoyo económico que garantice una renta a largo plazo”

Entre los errores de la estrategia cubana, Piñón incide una y otra vez en que el petróleo nacional es un estorbo. La generación distribuida –que califica de “copia en carbón de las termoeléctricas”– demanda un mantenimiento muy costoso, que Cuba no puede permitirse, como le pasó con las centrales flotantes turcas. “La Isla arrendaba todo el equipo, pero además tenía que suministrar el combustible, y como no tenía efectivo disponible para pagar el arriendo, quedan dos nada más de las ocho que tenían originalmente. Las demás se han ido para Ecuador, Guyana y República Dominicana”.

En medio de este panorama desolador, y de la certeza de que para resolver el problema de las termoeléctricas moribundas se requieren años y cantidades ingentes de dinero que no existen –”partiendo de generar el 60% energía con plantas que usen 100% gas natural, requeriría entre 8.000 y 10.000 millones de dólares y de tres a cinco años de trabajo”, calcula– el experto es contundente. 

“Aplaudimos el objetivo de llegar a un 37% de energías renovables, ¿y el resto? Debería ser gas natural licuado, siguiendo los pasos de República Dominicana, Puerto Rico, Panamá. El gas natural licuado se puede traer de Trinidad y Tobago, de una futura Venezuela, de Angola, de un sinnúmero de mercados, para abastecer las plantas termoeléctricas en vez de hacerlo con líquidos de alto contenido de azufre”, sentencia.

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