Esta empresa quiere generar luz solar por la noche: ¿por qué?

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By ndh
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La luz solar es una fuente magnífica de energía renovable. Por eso, cada vez son más las centrales solares que se construyen para ir desechando poco a poco los combustibles fósiles. Normalmente se construyen en lugares muy soleados, para aprovechar la mayor cantidad posible de radiaciones. Sin embargo, por muy soleado que sea el sitio, la noche supone un parón de varias horas, con todo lo que ello supone en términos energéticos. Para solucionar este problema, una compañía estadounidense quiere producir luz solar a demanda durante las noches. Puede parecer rentable a bote pronto, pero la realidad es que las consecuencias pueden ser nefastas.

Su idea es utilizar satélites cargados con espejos que reflejan la luz solar de forma estratégica, para que incida justo en el lugar en el que se encuentran las placas solares. Pero esto no es fácil. Según los cálculos realizados por los astrónomos Michael J. Brown y Matthew Kenworthy en un artículo para The Conversation, el parche de Tierra sobre el que incidirían tendría que medir, como mínimo, 7 kilómetros. Eso supone una zona iluminada mucho más amplia de lo “necesario”.

No es difícil imaginar toda la contaminación lumínica que supondría generar luz solar por la noche. Pero eso no es todo. Para que sea eficiente, también sería necesario producir una inmensa cantidad de basura espacial.

¿Cómo pretenden generar luz solar a demanda?

Como bien describen los autores del artículo de The Conversation, lo que pretende hacer esta compañía estadounidense, llamada Reflect Orbital, es similar a lo que hace la esfera de un reloj cuando incide un rayito de sol sobre ella. Se puede hacer incidir la luz en otro lugar. Pero en este caso no usan algo tan pequeño como una esfera de reloj, porque no quieren mover solo un rayito de sol. El objetivo de la compañía es lanzar satélites cargados con espejos de 54 metros de diámetro.

Esperan lanzar el primero de estos satélites en 2026. Orbitará a unos 654 kilómetros del suelo, lo cual, teniendo en cuenta el ángulo desde el que reflejará la radiación, asciende hasta unos 800 kilómetros aproximadamente. 

Ahora bien, si volvemos a fijarnos en la esfera del reloj, cuando se hace incidir la luz reflejada sobre una pared cercana, vemos un punto muy brillante. En cambio, cuando lo hacemos sobre una pared más alejada, el punto se ensancha y la luz se hace más débil.

Estos satélites están muy lejos, de modo que la luz resultante será bastante débil. Concretamente, 15.000 veces más débil que el Sol de mediodía. ¿Y qué supone eso en términos de energía? Pues, básicamente, demasiado poco para que se produzca suficiente energía solar. Pero sí suficiente para generar contaminación lumínica.

Un experimento que no sirve en la realidad

El año pasado, el fundador de Reflect Orbital, Ben Nowack, quiso explicar cómo funcionarían estos satélites con un pequeño experimento. Acopló un espejo de unos 2,5 metros de ancho a un globo ubicado a 242 metros de una serie de paneles solares. El objetivo era usar el espejo para reflejar la luz directamente en los paneles y obtener energía con ella. Lo consiguió con unas cifras bastante buenas. Concretamente, un promedio de 516 vatios por metro cuadrado. Pero esto no es extrapolable a sus satélites.

Si pasamos de 242 metros a 800 kilómetros, la esfera del reloj está demasiado lejos de la pared. Para obtener de verdad una cantidad de energía equivalente a la del experimento se necesitarían espejos más grandes, de unos 6,5 kilómetros de ancho. Eso, lógicamente, no es viable. 

De hecho, con el espejo que han sido capaces de construir, para reflejar un 20 % de la luz del Sol de mediodía se necesitarían 3.000 satélites. Menos de esa cantidad no sería suficiente para tener una energía solar aceptable. Pero aún hay más problemas, ya que los satélites están en movimiento, de modo que, en el lugar justo y adecuado, solo habría luz solar durante unos pocos minutos. Para tener una hora de iluminación se necesitarían al menos 100.000 satélites. Nowack ha asegurado que están dispuestos a llegar hasta ahí. ¿Pero a qué precio?

Crecen los problemas

Si realmente se tuviesen cientos de miles de satélites produciendo luz solar a demanda, no solo aparecerían regularmente puntitos iluminados en el cielo, también habría una cantidad inmensa de basura tecnológica en el espacio. Toda esta basura podría impactar entre sí, causando serios peligros. Además, esos puntos de luz que se mueven en el cielo causarían una gran contaminación lumínica. Ya no hablamos de farolas, sino de luz solar reflejada a conciencia. Si un astrónomo se topase con ella a través de sus telescopios, podría dañar sus ojos de una forma irreparable. Todo eso por no mencionar lo mucho que interferiría en su trabajo.

Basura espacial
El proyecto generaría mucha basura espacial. Crédito: NASA Goddard Space Flight Center

Desde Reflect Orbital aseguran que eso no ocurrirá. Que harán públicos los momentos en los que se haga incidir la luz sobre la Tierra, de manera que los astrónomos puedan programar sus observaciones. No es nada cómodo para ellos tener que programar su trabajo según los deseos de una empresa. ¿Pero qué pasa con el resto de personas y otros animales que nos expondremos a los efectos de la contaminación lumínica? Los desajustes en nuestros ritmos circadianos por no tener los niveles normales de luz solar y oscuridad pueden ser muy graves. ¿De verdad vale la pena todo esto? La mayoría de científicos coinciden en que no. Por supuesto que la energía solar es importante, pero, teniendo en cuenta el balance beneficio/riesgo, sería mejor buscar otras formas de exprimirla. 

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Esta información pertenece a su autor original y fue recopilada del sitio https://hipertextual.com/ciencia/generar-luz-solar-noche/

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