Kiplimo, que apenas afrontaba su segundo maratón, corrió como si llevara la épica tatuada en los músculos. Desde los primeros kilómetros imprimió un paso endiablado, a ritmo de récord del mundo, desafiando a los más curtidos del circuito. A su lado resistió John Korir, defensor del título, hasta que el ugandés decidió correr solo contra el tiempo y el destino.
Con la elegancia del fondista y la fiereza del guerrero, se lanzó a tumba abierta por las calles de la ciudad del viento.
La multitud coreó su gesta cuando cruzó la meta en 2.02:23 horas, marca personal y victoria de resonancia continental. Detrás llegaron los kenianos Kipruto (2.03:54) y Masai (2.04:37), mientras el estadounidense Conner Mantz batió el récord nacional con 2.04:43.
En la rama femenina, Feysa honró la estirpe etíope con una demostración de dominio absoluto. Despegada desde el kilómetro 30, firmó una obra de resistencia y serenidad que la llevó a la gloria con 2.14:56, relegando a su compatriota Alemu (2.17:18) y a la tanzana Shauri (2.18:03).
Feysa sucede en el palmarés a la suspendida Ruth Chepngetich y se inscribe, como Kiplimo, en el libro de los elegidos que transforman una carrera en un acto de fe y fuego.
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Con información de PRENSA LATINA https://www.prensa-latina.cu/2025/10/12/kiplimo-y-feysa-escriben-su-epopeya-en-el-maraton-de-chicago/