Tres años. Ese es el periodo de vida medio de cada generación de AirPods Pro (exceptuando alguna actualización menor, como el cambio a USB-C en 2023). En 2019 se lanzó el primer modelo, en 2022 el segundo y, aunque soy un chico de letras, como podrás comprobar, no necesito contar con los dedos para saber que este año le toca el turno a los AirPods Pro 3.
Debutaron junto con los iPhone 17 y el iPhone Air, y llegan cargados de novedades. Ofrecen más batería, también una mayor cancelación de ruido y, según Apple, se ha mejorado la calidad de sonido. Todo ello con un diseño algo actualizado (aunque a simple vista no lo parezca), nuevas funciones enfocadas en la salud —como la medición del ritmo cardíaco—, y algunas características impulsadas por IA, como la traducción de llamadas.
A priori, por 249 euros, representan un salto generacional bastante grande, especialmente en comparación con los AirPods Pro de primera generación. Justamente, de ahí vengo yo. En el bolsillo pequeño de mi mochila descansan unos AirPods Pro comprados en octubre de 2019. Su batería ya no da más de sí; y el resto de sus componentes están afectados por el constante uso para escuchar música, el silenciar a mis compañeros de trabajo, las noches de insomnio, las caminatas por la ciudad, la lluvia, el sudor y un largo etcétera tras seis años de uso constante.
Cambiar los AirPods Pro de primera generación a estos AirPods Pro 3 me pareció el paso más lógico. Además de todas las mejoras, me permiten disfrutar de algunas funciones exclusivas de los modelos Pro –o que simplemente funcionan considerablemente mejor que en los AirPods más básicos–. Sin embargo, tras unas semanas con ellos en mis orejas, he llegado a una conclusión que no esperaba: los AirPods Pro 3 no son para mi.

Un pequeño rediseño que lo cambia todo
Como comentaba al inicio, los AirPods Pro 3 llegan con muchas novedades —y no solo respecto a la primera generación—. Uno de los principales cambios frente a los modelos anteriores es su diseño. Apple mantiene la estética tan característica de sus auriculares: ese aspecto reconocible a simple vista, con el tallo corto y ligeramente redondeado que tantas marcas (como Samsung, Huawei o Xiaomi) han intendado replicar, y su estuche en un blanco brillante. Ahora, sin embargo, su forma se ha ajustado ligeramente para adaptarse mejor a casi cualquier oído. Y presta atención a ese “casi”.
Según la compañía, se han empleado más de 10.000 escaneos de oído con más de 100.000 horas de investigación de usuarios para lograr que los AirPods Pro 3 se ajusten con mayor precisión a la mayoría de personas. Algunos de los componentes internos también se han reajustado para que el AirPod sea un poco más compacto —apenas se percibe la diferencia—. Además, la boquilla, (la parte que se inserta en el oído) está algo más centrada, lo que supuestamente mejora el agarre y reduce la probabilidad de que se caigan.
Apple está en lo cierto. Los AirPods Pro 3 se agarran mejor a la oreja que mis AirPods Pro de primera generación. Al principio, sin embargo, no me resultaban nada cómodos; incluso me llegaban a molestar tras una hora de uso. Parte del problema era el tamaño de la almohadilla. En mis AirPods Pro 1 usaba una talla S, así que lo primero que hice nada más abrir esta tercera generación fue colocar la misma talla. Resulta que el tamaño que más me conviene ahora es la XS, pese a que la función de los AirPods que comprueba el ajuste también me daba por buena la S.


Usar una talla menos ha hecho que colocar los auriculares en mi oreja sea mucho menos molesto y que descansen correctamente en mi oído incluso durante varias horas. Aun así, he de confesar que aun así no me llegan a resultar tan cómodos como los AirPods Pro de primera generación. Mi consejo, sin embargo, es que te tomes tu tiempo para comprobar todas las tallas y valorar cuál es la que mejor se adapta a tu oído. Ahora, Apple ofrece hasta una XXS, así que es más fácil dar con la tuya.
No obstante, es importante mencionar que la nueva forma de los AirPods hace que queden ligeramente separados de la oreja, lo que a su vez da la sensación de llevar unos auriculares más grandes, independientemente del tamaño de la almohadilla. La diferencia respecto a los AirPods Pro y Pro 2 es muy notoria, pues en las anteriores generaciones el tallo se quedaba bastante más pegado al rostro. Todo depende de cada oreja, evidentemente, aunque si navegas en foros como Reddit es fácil encontrar quejas de usuarios en esta misma situación. Es decir: no es algo aislado, aunque no necesariamente te ha de ocurrir a ti.
Puede parecer una tontería, pero es algo que se nota a simple vista. Para alguien que utiliza los auriculares como un complemento más —confieso que por eso a veces utilizo auriculares con cable— o simplemente no le gusta que se vean raros, puede molestarle un poco que estén tan separados.


La mejor cancelación de ruido que he probado nunca
Uno de los motivos por los que siempre me inclino por los AirPods Pro frente a los modelos base es por la cancelación de ruido. La de esta tercera generación, según Apple, es hasta cuatro veces superior a la de los AirPods Pro originales y el doble que en los AirPods Pro 2. He de confesar que es uno de los cambios que más he notado, y también el que más me ha fascinado.
Apple atribuye esta esta mejora en la cancelación activa de ruido a varios factores: un nuevo sistema de aislamiento acústico mejorado, nuevos micrófonos, la inclusión de una pequeña capa de fibra en las almohadillas que ayuda a reducir el sonido exterior y mejoras en los algoritmos de audio computacional encargados de eliminar el ruido ambiental.
Tras probarla en diferentes situaciones, he de decir que la cancelación activa de ruido de los AirPods Pro 3 es una auténtica maravilla. Nunca había experimentado algo así en unos auriculares, —y eso que he probado muchos—. Los Pro 3 consiguen aislar casi por completo cualquier entorno ruidoso. Se nota especialmente en el avión o durante los viajes en coche. Incluso ahora, mientras escribo esta rerview de los AirPods Pro 3 Pro con ellos puestos, no escucho ni siquiera el sonido de las teclas.


Apple, por supuesto, también ofrece un modo de transparencia (o modo de sonido ambiente) mejorado, que utiliza los micrófonos para filtrar el audio exterior y poder escuchar el entorno con total naturalidad cuando llevamos puestos los auriculares. Es, literalmente, como si no llevaras nada. El sonido exterior se percibe de forma completamente clara, sin voces robóticas ni procesadas y sin el eco o las interferencias que sí se aprecian en las generaciones anteriores.
Los AirPods Pro también incorporan con un modo de escucha adaptativo que ajusta el nivel de cancelación de ruido o sonido ambiente según el entorno. Es mi opción preferida cuando voy por la calle o estoy en algún sitio concurrido, como una cafetería, pues es capaz de reducir aquellos sonidos más fuertes sin necesariamente dejar de escuchar lo que pasa a mi alrededor.


Un muy buen sonido y una impresionante autonomía
El sonido de los AirPods Pro 3 también ha mejorado respecto a los modelos anteriores, incluyendo los de segunda generación, pese a que ambas versiones cuentan con el chip H2. Esto se debe a una arquitectura acústica rediseñada que incluye un micrófono orientado directamente hacia el canal auditivo y un nuevo amplificador y transductor que trabajan de forma conjunta con el procesador H2.
En la práctica, la calidad de sonido de los AirPods Pro 3 es muy buena en la mayoría de situaciones. Los auriculares reproducen graves muy bien calibrados, buena nitidez en las voces y un muy bien equilibrio en los instrumentos. Este buen sonido se percibe prácticamente en cualquier tipo de música, en especial en aquellas canciones más instrumentales, aunque hay algunos matices a tener en cuenta.
Por ejemplo, en la canción Berghain de Rosalía, la orquesta del inicio suena con una profundidad excelente; está tan bien calibrada que es posible distinguir cada instrumento con claridad. La voz se integra de manera equilibrada con la base instrumental. Sin embargo, no alcanzan la misma nitidez que la melodía. Son pequeños detalles que demuestran que si bien la calidad de sonido es muy buena, no es excepcional. No obstante, es más que suficiente, incluso excelente, para la mayoría de usuarios que quieren disfrutar de una buena experiencia a la hora de escuchar música u otro tipo de contenido multimedia.


Esta buena experiencia de audio puede mejorarse en algunos casos gracias a las diferentes funciones destinadas a la calidad de sonido, como el audio espacial, que utiliza un algoritmo es capaz de repartir el sonido dependiendo de nuestra posición de la cabeza. En mi caso, eso sí, prefiero utilizar este modo únicamente al ver series o películas.
Por cierto, aunque se apelliden ‘Pro’, no cuentan con ninguna función de ecualizador para que aquellos más experimentados puedan ajustar la calidad de sonido a su gusto. Lo que sí tienen son unos micrófonos mejorados que funcionan de maravilla, tanto en llamadas como a la hora de enviar audios por WhatsApp.
Sin embargo, lo que más me ha cautivado de los AirPods Pro 3 (junto con su cancelación de ruido) es su autonomía. Apple dice que los auriculares son capaces de ofrecer hasta 8 horas de reproducción de música con cancelación de ruido y una sola carga (dos horas más que los AirPods Pro anteriores). Y he de decir que, una vez más, Apple está en lo cierto. Los auriculares pueden alcanzar este tiempo de reproducción sin ningún tipo de inconveniente. En mi experiencia, de hecho, pude hacer un viaje de más de seis horas sin interrupciones, llegando a casa con aproximadamente un 20 % de batería restante.
Estas 8 horas se pueden ampliar en hasta 24 horas adicioanles si sumamos la carga a través del estuche. Los AirPods apenas tardan unos minutos en recuperar la batería completa, por lo que es especialmente útil para viajes más largos. El estuche, por cierto, cuenta con puerto USB-C, además de MagSafe y carga inalámbrica. Incluso es compaitble con el cargador del Apple Watch.


Curiosamente, una de las principales novedades de los nuevos AirPods Pro 3 es una función pensada especialmente para quienes usan los auriculares al hacer deporte: el medidor del ritmo cardíaco. Este modelo incorpora un sensor específico capaz de registrar las pulsaciones durante el entrenamiento. Ojo, solo durante una actividad física; no existe una app como tal o una opción específica, sino que es necesario iniciar una actividad en la app Fitness o en cualquier otra aplicación de terceros compatible. En el caso de que lleves un Apple Watch, Apple siempre priorizará la medición del reloj.
Otra de las funciones estrella de los AirPods Pro 3 es la traducción en tiempo real. Funciona gracias a Apple Intelligence, y permite escuchuar diferentes idiomas mediante una traducción inmediata. El usuario que lleva los AirPods escucha directamente la traducción en sus auriculares, mientras que la otra persona puede ver la traducción en la pantalla del iPhone del propietario. Si ambos llevan unos AirPods Pro compatibles, pueden escuchar la traducción de forma simultánea. Eso sí, todavía no está disponible en Europa: llegará con iOS 26.2.
Mención especial para el estuche de los AirPods Pro 3, es un poco más grande a causa de la modificación en el diseño de los auriculares, pero mantiene todas sus prestaciones, incluyendo la función de Buscar, el altavoz para reproducir el sonido o el orificio lateral que permite colocar una correa.


Los AirPods Pro 3 no son para todos, pero sí son increíbles
Los AirPods Pro 3, por 249 euros, son un producto prácticamente redondo. Me atrevería a decir que son los mejores auriculares inalámbricos que hay disponibles actualmente. Su cancelación de ruido es inigualable, su calidad de sonido muy buena y su autonomía es sobresaliente.
Son el salto ideal para quienes vienen de unos AirPods Pro de primera generación, no solo porque la mejora en calidad de sonido y cancelación de ruido es evidente, sino también por las funciones extra que los modelos lanzados en 2019 no incluían: desde el sonido adaptativo o la función de hacer gestos con la cabeza para responder o rechazar llamadas.
Ahora bien, los AirPods Pro 3 no son para todo el mundo. De hecho, aunque son los auriculares que llevaba tanto tiempo esperando, no son para mí. Sí, he alabado su cancelación de ruido, su sonido, su micrófono y su batería, pero hay un aspecto clave que me ha hecho darme cuenta de que, muy a mi pesar, no son mis auriculares perfectos: la incomodidad. ¿Son cómodos? Sí, pero no alcanzan el nivel confort de los AirPods Pro de primera o segunda generación. Ese nuevo diseño, además, hace que se vean algo más grandes, y en mi caso, valoro tanto el buen sonido y la cancelación, como el hecho de que pasen lo más desapercibidos posible.
Esto no significa que no sean recomendables. Al contrario, mi consejo es que si vienes de unos AirPods Pro de primera generación, te animes a acercarte a una Apple Store o cualquier tienda donde puedas probarlos para comprobar si su diseño te resulta cómodo. Si es así, adelante, no te vas a arrepentir de invertir esos 250 euros que cuestan. Si por el contrario, sientes incomodidad y necesitas cambiar tus AirPods, los de segunda generación ofrecen un muy buen equilibrio entre sus prestaciones y su precio.
Por otro lado, si ya tienes unos AirPods Pro 2, en mi opinión no merece la pena dar el salto a esta tercera versión, salvo que la batería ya esté muy desgastada o que notes una pérdida en la calidad de sonido por el uso. Los modelos de segunda generación siguen ofreciendo un sonido excelente y una cancelación de ruido más que decente –mejor que incluso otros auriculares de gama alta–. No compensa gastar otros 250 euros solo por funciones como el sensor de ritmo cardíaco, a menos que seas alguien que practique deporte con frecuencia y no tengas un Apple Watch.
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