Intrigan parásito y larva recién descubiertos

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Eirinet Gómez

 

Periódico La Jornada
Martes 25 de noviembre de 2025, p. 6

Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México y de la Autónoma Metropolitana (UAM) descubrieron un nuevo parásito y una larva cuyo ciclo de vida es un enigma. El hallazgo evidencia las lagunas que persisten en el conocimiento de la biodiversidad parasitaria y la importancia de reforzar los inventarios biológicos que permiten monitorearla.

“Los parásitos son vistos como malos en la escena teatral del entorno ecológico, pero tienen un papel muy preponderante. Son diseñadores de ecosistemas y es una satisfacción enorme salir a campo, buscarlos, hacerse preguntas, y entenderlos”, dijo a La Jornada Miguel Ángel Mosqueda, de la UAM-Xochimilco.

El artículo que recientemente publicó Mosqueda en Springer Nature documenta que a las siete especies de Gnathostoma, “parásitos que pueden causar una enfermedad llamada gnatostomiasis en los humanos”, identificados en el continente americano, habrá que sumar la nueva especie Gnathostoma mexicanum.

El hallazgo se logró después de estudiar ejemplares de la zarigüeya de cuatro ojos, recolectada en Tlacotalpan, Veracruz. En laboratorio, los parásitos fueron aislados y examinados morfológicamente. Además, se les realizaron secuencias de ADN para estudiar secciones claves de su material genético.

“Buscábamos una especie que creíamos conocer; cuando se hizo el estudio molecular, encontramos una completamente distinta a lo que ya conocíamos”, resaltó Gerardo Torres Carrera, de la UNAM.

La nueva especie se diferencia de G. turgidum Stossich, “la especie común que infecta a marsupiales”, por su menor tamaño corporal, el número reducido de dientes en las espinas cuticulares de la mitad anterior del cuerpo y por el sitio de infección.

“Este trabajo representa la cuarta especie de Gnathostoma descrita para mamíferos mexicanos y la octava registrada en América”, subraya el artículo.

Además del nuevo parásito, los investigadores identificaron una larva cuyo ciclo de vida permanece sin resolver. Fue hallada en anfibios, pero su ruta completa entre hospedadores intermedios y definitivos aún es desconocida.

“Eso nos muestra que hay procesos ecológicos y vínculos entre especies que todavía no entendemos”, señaló Mosqueda.

Para los investigadores, este tipo de descubrimientos muestran que aún hay especies circulando en la fauna silvestre que no han sido descritas y que pueden tener implicaciones para la salud humana.

Torres Carrera consideró que este hallazgo tiene un impacto en la salud pública, ya que conocer qué parásitos circulan en animales y cómo se transmiten permite anticipar en qué momento pueden saltar a los humanos, con el fin de generar campañas preventivas.

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