Con sólo 25 años, la actriz Goldie Hawn conseguía, en 1969, un premio Óscar y un Globo de Oro. Actriz, directora y productora, con su enorme carisma proyectado en una sonrisa genuina, es una de las estrellas de Hollywood más queridas de su generación. Sus casi 4 millones de seguidores en redes sociales lo avalan. El día 21 de noviembre, se convirtió en octogenaria.
Brillar en Hollywood no es tarea fácil, sin embargo, Goldie Hawn lo logró desde sus primeras incursiones en el cine. Con un físico que destilaba más encanto que seducción, logró una carrera profesional exitosa y duradera. Si bien se ha ido reinventando durante todos estos años, su melena rubia y su espontaneidad se han mantenido imperturbables, provocando la sensación de que el tiempo no ha pasado por ella.
Llega así a los 80 años, felizmente unida al actor Kurt Russell, madre, abuela y, además, comprometida socialmente con el bienestar emocional de los más pequeños. A través de la Hawn Foundation lleva a cabo el programa MindUP, que enseña atención y educación emocional a niños de todo el mundo.
El Oscar que no pudo recoger personalmente

Durante la ceremonia de premios de la Academia de Hollywood de 1970, Fred Astaire anunciaba el Óscar en la categoría de Mejor Actriz de Reparto para Goldie Hawn por su interpretación en “Cactus Flower” (Gene Saks, 1969). En ese momento aparecía en escena Raquel Welch, quien lo recogía en su nombre con estas palabras: “Gracias. Es un placer aceptar este premio para ella. No pudo estar aquí porque está rodando en Londres”.
Efectivamente, mientras todo esto ocurría en Los Ángeles, Goldie Hawn dormía en un hotel londinense por el rodaje de la película “There is a girl in my soup” (Roy Boulting, 1970).
Con la perspectiva del tiempo, Goldie Hawn comentó, en una entrevista a la revista Variety, que se había arrepentido de no haber recogido personalmente tan preciado galardón, pero que le había parecido improbable ganarlo, al ser uno de sus primeros trabajos. La realidad es que fue el primer y único Óscar ganado, aunque fue nominada una vez más, esta vez como Mejor actriz protagonista en “Private Benjamin” (Howard Zieff, 1980), sin llegar a lograrlo.
Una familia feliz y cinematográfica
Tras dos matrimonios —el primero con el bailarín Gus Trikonis y el segundo con el músico Bill Hudson, padre de sus dos hijos, Oliver y Kate Hudson—Goldie Hawn no se volvió a casar. Sin embargo, desde 1983 forma parte de una de las parejas más sólidas de Hollywood junto al actor Kurt Russell.

Se conocieron durante el rodaje de “Swing Shift” (Jonathan Demme, 1983), y la química entre ellos fue instantánea. Más de 40 años juntos demuestran la complicidad que les une y, cansados de ser interpelados por la prensa, en la ceremonia de los Óscar de 1989 anunciaron con ironía que se casarían antes de entregar el premio al Mejor Director.
Ambos no han necesitado pasar por el altar para formar una gran familia que unió a los dos hijos de ella, junto al hijo de Kurt Russell de su anterior matrimonio con la actriz Season Hubley, más el hijo que tuvieron en común, Wyatt Russell.
Todo un clan familiar y también cinematográfico, ya que todos han trabajado en la industria de Hollywood con más o menos proyección. De entre ellos, destaca la trayectoria de la hija de Hawn, Kate Hudson, quien fue nominada al Óscar por “Almost Famous” (Cameron Crowe, 2000) y ganó el Globo de Oro por este mismo título.
El compromiso social de una actriz
Aunque el perfil de Goldie Hawn la ha llevado a interpretar, a lo largo de su carrera, papeles de chica ingenua o atolondrada, no por esto dejó de elegir historias de cierta profundidad emocional, donde además podía hacer brillar su inteligencia.
En “Private Benjamin”, donde da vida a una mujer mimada que, por circunstancias, ingresa en el Ejército, Hawn supo transmitir como nadie la determinación y honestidad de un personaje que se echa al público al bolsillo.

En otros títulos como la comedia romántica que protagonizó junto a Kurt Russell, “Overboard” (Garry Marshall, 1987), la irreverente “Death Becomes Her” (Robert Zemeckis, 1992) o “Everyone Says I Love You” (Woody Allen, 1996), siguió combinando cierta ingenuidad con una fortaleza de carácter extraordinaria que la distanciaba mucho del cliché de rubia tonta.
La honestidad que reflejan sus interpretaciones es uno de los rasgos que caracterizan también la vida personal de Goldie Hawn. Alejada convenientemente de las alfombras rojas, siempre que no ha sido necesario, ha sabido construir una vida familiar sólida, priorizándola por encima de todo.
Madre y abuela amorosa, ha trascendido también el ámbito familiar para dedicar buena parte de su tiempo a uno de los programas de la Hawn Foundation, puesto en marcha desde 2003, que busca, a través del Mindfulness infantil, cuidar el bienestar emocional de los niños.
En tiempos de dispositivos móviles y exposición continua en redes sociales, este programa, que se desarrolla en las aulas, pretende dar a los niños herramientas para manejar el estrés, enfocar la atención y cultivar la empatía, lo que se traduce en un mejor rendimiento académico y un mayor optimismo en los estudiantes.
La contribución de una mujer que, en declaraciones públicas, ha comentado: “He tenido suerte en la vida”, para hacer de este mundo un lugar más habitable y que, a sus 80 años, sigue inspirando. Su cuenta de Instagram suma casi 4 millones de seguidores, una cifra que, en la actualidad, la convierte en una persona influyente, a pesar de no permanecer en el foco mediático.
Carmen Jiménez
EFE-REPORTAJES
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