La nutricionista y creadora de contenido Ana Navarro ha publicado en su cuenta de TikTok un vídeo en el que señala cuales son, para ella, los mejores panes de Mercadona. La mayoría de ellos son panes 100 % integrales. Y es que da igual si el pan es de Mercadona o de la panadería de tu barrio. Cuanto mayor porcentaje de harina integral, mejor.
Desde 2019, la denominación del pan integral está regulada en España. Si un pan no es integral por completo, deberá incluir en la etiqueta el porcentaje de harina integral que contiene. Por lo tanto, es muy sencillo elegir las mejores opciones. Cabe destacar que el pan de cereales, aunque a la vista parezca el más saludable y natural de todos, no lo es necesariamente. Podría tener un porcentaje muy elevado de harina blanca. Por eso, tanto con los panes de Mercadona como con el resto, la clave está básicamente en buscar un indicativo en el envase de que es 100 % integral.
Dicho esto, tampoco vamos a demonizar al resto de panes. Son menos saludables, pero no venenosos ni nada por el estilo. Para ocasiones puntuales, cualquier pan es bueno. De hecho, no todos los panes de Mercadona que menciona Ana Navarro son 100 % integrales. Veamos entonces cuáles son sus consejos.
Los mejores panes de Mercadona según una nutricionista
Entre los panes de Mercadona favoritos de Ana Navarro se encuentran el pan redondo de cristal, el pan 100 % integral, las tostas 100 % integral, los panecillos cuadrados de chapata, los panecillos integrales, los de centeno y los de semillas. También los panecillos “normales”. Además, para una opción rápida, aconseja las tostas de harina integral y sésamo y las de maíz. Incluso recomiendan unos picatostes tostados.
¿Por qué es mejor el pan integral?
La propia nutricionista menciona en su vídeo lo que ya hemos adelantado. Que siempre serán mejores las opciones integrales, aunque se pueden combinar con otros tipos de pan, especialmente si es para ocasiones puntuales.
Ahora bien, dejando a un lado el gusto de cada persona, ¿por qué es mejor el pan integral? La respuesta es sencilla, pero para abordarla debemos entender un poco mejor cuál es la conformación de los granos de cereales.
La harina integral se diferencia de la blanca desde el momento de la molienda. En la primera, se trituran los granos para dejarlos en forma de harina, pero se dejan las tres partes que los componen, llamadas pericarpio, germen y endospermo. El primero, también conocido como salvado, es la capa externa que recubre el grano y se caracteriza por tener fibra, vitaminas y minerales. El segundo constituye el embrión. Es decir, la parte de la que habría surgido una nueva planta. Sus principales nutrientes son los lípidos. Y, para terminar, el endospermo es la parte central, que consta principalmente de almidón.
En el caso de la harina blanca, está mucho más refinada, ya que cuando se muele se elimina cualquier resto del salvado y el germen, dejando solo el endospermo.
Esto hace que nutricionalmente sea mucho más pobre, pues perdemos fibra, vitaminas, minerales y lípidos y nos quedamos solo con el almidón. Además, precisamente ese almidón es un problema si se abusa de él. Este es una macromolécula formada a su vez por dos polímeros a base de glucosa, llamados amilosa y amilopectina. En definitiva, cuando se consume se descompone en muchas subunidades de glucosa, que es el azúcar que nuestras células usan mayoritariamente para obtener energía.

¿Y cuál es el problema con todo esto?
Hasta aquí, todo podría estar bien. A más glucosa, más energía. El problema es que cuando la consumimos esta pasa directamente a la sangre y es necesario que se libere una hormona, llamada insulina, para ayudar a las células a captar la glucosa que necesiten. Si esto ocurre en grandes cantidades y frecuentemente, este azúcar no solo se irá acumulando, pudiendo dar lugar a reservas de grasa, también será necesaria cada vez más y más insulina, ya que las células se acostumbrarán a ella. Estos picos de glucosa no son buenos y a la larga pueden desencadenar problemas como la diabetes tipo 2. Para evitar que esto ocurra, es importante que no se absorba mucha glucosa de una vez.
Otros casos en los que pasa lo mismo
Ocurre como con las frutas. Sabemos que es mejor comerlas enteras, ya que la fibra ayuda a que se libere la glucosa más lentamente. Si exprimimos la fruta y hacemos zumo, eliminamos casi toda esa fibra y propiciamos los picos de glucosa. En las patatas, por ejemplo, que también tienen grandes cantidades de almidón, se aconseja no comerlas solas, sino mezcladas con otros alimentos ricos en fibra, como las verduras. Y para las harinas, siempre será mejor la harina integral, porque posee la fibra del salvado. Esa es la clave por la que siempre será mejor el pan integral que el blanco.
En resumen, los panes de Mercadona con harina 100 % integral, son la mejor opción, pero si simplemente te vas a hacer tostadas para desayunar un domingo, compra el que más te apetezca. La clave está en el equilibrio y, sobre todo, en la información. No hay nada más útil que saber lo que te estás comiendo. Luego ya decidirás lo que prefieras según tus circunstancias.
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